Home   »   Columnistas

Ahora todos son leyenda




Parados: Alcides Ghiggia-Ariel Longo-Ruben "Perro" Soria-Eliseo Alvarez-Carlos Manzor y William Martínez Abajo: Alberto Spencer-Juan "Cebolla" Aguerrebery-Omar Miguez-Antro Aparzumian (amigo del grupo) y Miguel de Britos


16 julio, 2015
Columnistas

Esto escribía  como una parte del prologo de mi primer libro, en el 2002.

Lo traigo a colación luego que nos dejara  el último campeón del mundo que nos quedaba a nivel de selección, y donde él participa en el  prologo de ese libro  con un gesto que no podré borrar de mi memoria.

Así era parte del prologo:

“En mi último año mientras todavía jugaba; uno de mis entrenadores cuando era juvenil en la I.A.S.A;  el querido Juan Carlos “Cebolla” Aguerreberry me invita a jugar en el equipo de las Estrellas de Alberto Spencer ya que siempre  llevaban 3 ó 4 “jóvenes”  para integrar el equipo. Entre otros jugaban el propio Alberto ; Néstor “Tito” Goncálvez , Domingo Pérez , Alcides Edgardo Ghiggia , Omar Migues , Julio Pérez , William Martínez , Eliseo Álvarez , Miguel De Britos  , Rubén “Perro” Soria; el propio “Cebolla” y ahí estaba yo , en el paraíso , también acompañado casi siempre con otro “joven” , Carlos Manzor . Se jugaba en todo el territorio nacional y también incursionamos en Argentina pero siempre jugando a beneficio. Esto ocurrió entre los años 1986  y 1992.

Parados: Alcides Ghiggia-Ariel Longo-Ruben "Perro" Soria-Eliseo Alvarez-Carlos Manzor y William Martínez             Abajo: Alberto Spencer-Juan "Cebolla" Aguerrebery-Omar Miguez-Antro Aparzumian (amigo del grupo) y Miguel de Britos

Parados: Alcides Ghiggia-Ariel Longo-Ruben “Perro” Soria-Eliseo Alvarez-Carlos Manzor y William Martínez
Abajo: Alberto Spencer-Juan “Cebolla” Aguerrebery-Omar Miguez-Antro Aparzumian (amigo del grupo) y Miguel de Britos

Hubo otra etapa donde se sumaron  más adelante Jorge Fossati, Pablo Forlán, Néstor Montelongo, Alberto Cardaccio, Fernando Morena, Julio Cesar “Cascarilla” Morales y Héctor “Lito” Silva.

Ahí comencé  a pensar en poder concretar lo que hoy puedo hacer realidad, con este libro. El hecho que me invitaran y me aceptaran sin yo “atarle los zapatos” a cualquiera de ellos y prácticamente fuera uno más de ellos me empezaron a marcar en muchos aspectos.

Lecciones de todo tipo, ejemplos por doquier, deslumbrado por tanta gloria y humildad. Gente que nunca hablan de ellos mismos. Habían tocado el cielo con las manos y jamás un alarde de nada.  Siempre contaban historias jocosas donde generalmente el protagonista no era el que la contaba, había sabiduría, siempre dejaban algo. Fenómenos en toda su dimensión. Mi vida entera estaré agradecido de haber compartido 6  años maravillosos.

Recibí muchos ejemplos, enseñanzas y narraré algunos episodios vividos que demuestran porqué fueron, son y serán inolvidables del fútbol y de la vida.

Todo esto que contaré mucho tiene que ver con lo que sienten, como viven, como trasmiten los verdaderos fenómenos y está muy ligado a la enorme lista que engalana este libro que no es más que la prolongación del futbolista, EL ENTRENADOR.

Íbamos a jugar un partido benéfico a la ciudad de Lascano. Detrás del asiento mío en el ómnibus venían conversando Julio Pérez y Omar Miguez. Por supuesto, en cada viaje mis orejas tomaban las dimensiones del elefante Dumbo y en mi boca había un candado imaginario.

Julio venía mirando por la ventana el paisaje y en un tono de melancolía y mirando el cielo dice, “te acordás del Víctor  (Rodríguez Andrade que había fallecido poco tiempo atrás), me imagino que allá estará jugando con todos los que se fueron”. Omar sintetizando en pocas palabras y demostrando la enorme cantidad de grandes jugadores que ya no estaban con nosotros pero también dejando imborrable en mi memoria la picardía que siempre lo acompañó y aplicó , sentenció: ¡“pero deja, mira que ir allá arriba para ser suplente “!

En otra ocasión estando esperando el ómnibus que nos trasladaría a otro viaje sentado en el muro que está en la entrada a la Mutual de Jugadores, veo acercarse a quién con su gol nos dio el campeonato del mundo de 1950, Alcides Edgardo Ghiggia con su brazo estirado y su mano pronta a un saludo y pensé  que ejemplo de humildad;  el que tocó la gloria estirar su brazo para saludar a alguien que nada es comparado con su gloria infinita, cuando generalmente el hecho se produce al revés ya que uno es el que busca el saludo de alguien glorioso.

Y creo que el ejemplo más grande que puedo brindarles de humildad es de ese ser humano excepcional y jugador de características extinguidas  que se llama Julio Pérez. Estando por llegar a disputar otro encuentro benéfico y conversando con él me cuenta que “poca gente sabe que entre Nacional y Sud América yo jugué en un equipo brasileño, el Internacional de Porto Alegre,  donde te imaginas Longuito;  mis 10 compañeros eran campeones Panamericanos” (Brasil había sido campeón Panamericano en 1956  y la base de la selección era el Inter). Quedé perplejo por su humildad  ya que la misma no le permitió decir;   “aunque  yo era campeón del mundo”;   y no lo dijo. Entonces le repliqué luego de un silencio eso que él no había dicho, “¡pero Ud. era campeón del mundo!”, entonces sentenció  ignorando  totalmente esa afirmación mía “sí, pero sabes cómo jugaban”; resaltando el merito de ellos por encima del suyo;  demostrándome su enorme grandeza.

Eliseo Alvarez-Alberto Spencer (de particular)-Pablo Forlan-Jorge Fossati-Nestor Montelongo-Ariel Longo-Alberto Cardaccio-Juan "Cebolla" Aguerreberry              Abajo: Carlos Manzor-Profe Larrosa (de particular)-Ruben "Perro" Soria-Domingo Perez-Hector "Lito" Silva-Fernando Morena y Julio Cesar "Cascarilla" Morales.

Eliseo Alvarez-Alberto Spencer (de particular)-Pablo Forlan-Jorge Fossati-Nestor Montelongo-Ariel Longo-Alberto Cardaccio-Juan “Cebolla” Aguerreberry
Abajo: Carlos Manzor-Profe Larrosa (de particular)-Ruben “Perro” Soria-Domingo Perez-Hector “Lito” Silva-Fernando Morena y Julio Cesar “Cascarilla” Morales.

Por muchas cosas fueron campeones pero no tengo dudas que estas contribuyeron. Por tener los pies sobre la tierra, por ser solidarios, corajudos, y también con gran calidad en todos los aspectos, y por como se dice hoy; “Por tenerla clara”. Nunca hablan de ellos siempre hablan de las virtudes de los demás.

Son geniales y están aquí en mi país.”

Así terminaba esa parte del Prologo del “Campeones: La historia jamás escrita” (2002).

Hoy tendría que escribir: “Eran geniales y estaban aquí en mi país”; donde muchos se fueron prácticamente olvidados, conjuntándose todos los homenajes merecidos y reconocimientos en nuestro último “héroe”.

Hoy con la ida de Alcides Edgardo Ghiggia ojalá no sea haya ido la estirpe de campeón.

Recuerdo una frase del inolvidable  Mario Patrón, hace muchos años atrás: “pero Ariel,  si acá hay un campeón a la vuelta de cada esquina”.

En cuanto a la humildad y a la gloria todos deseamos que no se nos haya ido algo así como “una raza en extinción”. Ojalá sirva él como un enlace que una a su “raza” con las actuales, dejándonos  su “legado maravilloso”, porque el pueblo jamás los abandonó, y ellos siempre estuvieron presentes en conversaciones de bares, clubes, esquinas, reuniones, peluquerías, pero estuvieron poco en los estrados.


Etiquetas: Columnas