Adios al querido “Maño”
El 12 de enero de este año desde aquí, desde esta columna hacíamos un pequeño y más que merecido homenaje (“Un “Maño” uruguayo”) al querido y exitoso entrenador uruguayo Aníbal “Maño” Ruiz.
Él lo leyó y me escribió inmediatamente contándome de la emoción de leer lo que estaba escrito, agradeciéndome.
Muy seguido esos contactos; siempre enviando saludos para los entrenadores de aquí y para A.U.D.E.F en particular.
Le respondí que lo que estaba escrito era porque él lo había hecho, que no había agregado nada que no fuera realidad, y era más que justo reconocerlo, aunque como siempre yo, por vivir con mi profesión dentro de mi sangre siempre quiero más reconocimiento a los entrenadores. Pero en definitiva pudo sentir que desde su Uruguay había un pequeño pero sentido homenaje a su trayectoria y persona.
Aun no se apagaron los ecos del fallecimiento del entrenador uruguayo Don Carlos Miloc; fue nuestra nota pasada (“Se fue otro Embajador uruguayo en otros países, Carlos Miloc”) , que tengo que escribir, muy tristemente, de otro entrenador uruguayo fallecido en el extranjero.
Las cosas del destino quieren que sea el mismo Aníbal “Maño” Ruiz que nos dejó tanto repentina como sorpresivamente.
Al igual que otro maravilloso entrenador uruguayo, ganador, como Washington “Pulpa” Etchamendi, falleció “Maño” en una cancha de futbol. Había salido a reconocer el terreno de juego previo a un partido Puebla vs. Veracruz este 10 de marzo; cuando su corazón le puso fin a su vida.
En los 11 países donde jugó y dirigió, hizo honor a nuestra bandera uruguaya y a la profesión, teniendo el alto reconocimiento de que otros países le entregaran la representación del país (El Salvador-Paraguay), acontecimiento este, que no es para cualquiera.
El último equipo que sacó campeón, Universidad de San Martin de Porres, lo despide como un grande dentro de su club y del Perú.
Hombre muy querido, afable, respetado; y para la profesión un referente.
Queridísimo “Maño”; a muy poco tiempo de haber escrito de ti, contándole al público de todas tus hazañas y meritos, eres el centro de la nota para una despedida.
Te fuiste pisando una cancha de futbol y eso no es poco honor a tu persona, por más que hubiéramos querido seguir estando comunicados como lo hacíamos y siempre acordarte de tu Uruguay, que quizás no “devolvió la misma moneda”.