100 años de Colombes (27)
En Inglaterra primero fue el cricket desde 1550.
Martes 10 de junio de 1924. Portada del diario El Día. La publicación de José Batlle y Ordóñez, fue el único periódico que cubrió el campeonato mundial de fútbol, en la VIII Olimpiada, con un enviado especial. Lorenzo Batlle Berres, sobrino de Don Pepe, viajó como un integrante más de la delegación. Así comenzó la cobertura después de la sensacional victoria.
Escribe: Atilio Garrido
La mayoría de los historiadores e investigadores británicos afirman que el comienzo del cricket se localiza en la Edad Media, período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV, iniciándose con la caída del imperio romano de occidente en el año 476 finalizando con el descubrimiento de América en 1492. En esa etapa comenzaron a practicarlo los niños de las comunidades de Sussex, Surrey y Kent, en el extremo sudeste de Inglaterra. En 1550 se jugaba en escuelas, clubes y otros espacios públicos, expandiendo su influencia en forma rápida hasta el siglo XVIII momento en que el cricket pasó a ser considerado el deporte nacional de los ingleses.
Contribuyó a que ello ocurriera su propagación entre la aristocrática clase alta británica, cuyos integrantes contrataban trabajadores para completar los equipos que disputaban partidos en los que estaban en juego fuertes apuestas. Paul Campbell, profesor de literatura de la Universidad Nacional Australiana en Camberra, descubrió un poema de 1553, atribuido a John Skelton, en el que hace referencia al juego del cricket practicado por los flamencos. Según esta “opinión alternativa el juego se originó en Flandes y fue llevado al sur de Inglaterra [Sussex, Surrey y Kent] por tejedores inmigrantes, llegando finalmente a Londres donde alcanzó una popularidad masiva, y a Hampshire, alcanzando tanto fama como leyenda”.[1]
Escena del juego actual del cricket que sigue practicándose en varios países del mundo. Con varios puntos de contacto con el béisbol, los británicos e hindúes siguen manteniendo gran afición por el mismo.
Marylebone Cricket Club
En 1787 en Londres se procedió a la fundación de uno de los clubes deportivos privados más antiguos y prestigiosos del mundo. El Marylebone Cricket Club, también llamado “el hogar del cricket”. Desde entonces tomó a su cargo la fijación de las reglas definitivas del juego, constituyéndose en el organismo mundial que desde ese año supervisa las mismas. En las instalaciones de su sede actual en 28A St John’s Wood Rd, condado de Westminster en Londres NW8 7JY, Reino Unido, además de contar con el museo mundial del deporte, posee el Lord’s cricket ground, magnífico escenario que homenajea en su nombre al creador, Thomas Lord. Definido como la catedral del crícket con capacidad para 30.000 personas se inauguró con el primer partido llevado a cabo el 22 de junio de 1814, albergando anualmente la disputa del “Test Cricket” y el “One Day International”.
¿Cómo se practica el deporte del cricket?
En el cricket se enfrentan equipos de 11 jugadores que reúnen la condición de bateadores y entre quienes uno de ellos asume la condición de capitán. Dos son los elementos utilizados en el juego. El bate de madera de sauce por ser más resistente, mide 96 centímetros de largo por 10,8 de ancho, siendo plana la parte delantera utilizada para golpear la pelota. Tiene un mango de junco que permite al bateador asir el mismo. La pelota de color blanco o roja, forrada de cuero, mide 6 centímetros de diámetro y pesa 165 gramos. Se juega en una cancha ovalada (elíptica) de césped corto, cuyo ancho debe medir entre 152 y 168 metros y el largo entre 133 y 160. En el centro del campo hay una zona rectangular que mide 3.40 metros de ancho por 20.12 metros de largo en donde se desarrolla mayormente la acción del partido. Allí el césped debe reunir condiciones especiales que permitan el pique de la pelota. Debe estar cortado a ras del suelo y presentar una superficie tupida y plana. A este sector se lo denomina pich. En cada extremo se coloca un wickets. Son dos adminículos formados por tres barras cilíndricas de metal de 71,1 centímetros de alto y 22,8 centímetros de diámetro, sobre las que se coloca una pieza de madera en cada una denominadas bails, que caen si son golpeadas por la pelota, cometiéndose diversos tipos de faltas. La dinámica del juego se realiza sobre el pich entre bateadores de los equipos que participan en parejas. Impactada la pelota por aquel se produce la lucha por completar una carrera, en forma parecida a lo que ocurre en el beisbol. El cricket cautivó de tal manera a los habitantes de Inglaterra al extremo de convertirse “en el deporte nacional del país en el siglo XVIII y se desarrolló a nivel mundial en el XIX”.[2]
1831: Buenos Aires Cricket Club
Ese auge coincidió con el comienzo de la revolución industrial[3] que acaudillaron los británicos y cuyo desarrollo, en lo que se refiere a la parte sur de América, se superpuso con las fracasadas invasiones militares inglesas a comienzos del siglo XIX (1806 – 1807), cuando Buenos Aires y Montevideo formaban parte del virreinato del Río de la Plata. Rechazados violentamente por las tropas orientales que resultaron decisivas para que ambas ciudades continuaran bajo el dominio español, utilizaron otra vía para lograr lo que no pudieron obtener con sus armas y cañones. Sembraron en los vencedores la idea de la libertad con el objetivo de abrir los puertos y expandir la revolución industrial. Iniciaron la conquista pacífica a través de la emigración y radicación procurando objetivos definidos. Alentaron la independencia de los países del Cono Sur americano con la finalidad de poder comerciar con ellos. George Canning y Lord Ponsomby –a quién el Dr. Julio María Sanguinetti denomina “el partero [de un hijo] de una larga gestación de 17 años” llamado Uruguay-, llevaron adelante ese plan del cual surgió el pequeño “estado tapón” entre dos naciones gigantes. Cumplido el objetivo se incrementó la corriente migratoria de los ingleses afincándose en las urbes de ambas márgenes del Río de la Plata.
Mayoritariamente eligieron Buenos Aires donde crearon en 1830 la Sala de Residentes Extranjeros, punto de encuentro para reuniones sociales, comerciales e industriales. “Fueron miembros de este club en su mayoría, los residentes británicos, hombres que instalaron los ferrocarriles, que poseyeron buques, que fueron estancieros progresistas, que fundaron industrias y bancos, que además practicaban el críquet desde 1820 y que tendrían importante intervención en todo el desarrollo del deporte rioplatense”.[4]
Esta última afirmación se sustenta en la importancia que adquirió la institución que se arroga –a mi juicio legítimamente-, la condición de ser la más antigua aún en existencia en Argentina y, agregaría, en América del Sur: el Buenos Aires Cricket Club.
“El 5 de noviembre de 1831 el diario The british Packet menciona la disputa de un encuentro de criket, deporte nacional de los ingleses, en las cercanías de la iglesia del Pilar, en Recoleta. Por unos carteles ubicados en la zona, uno de los contendientes habría sido el Buenos Aires Cricket Club. Si bien se desconoce la fecha exacta de fundación de esta entidad, se estima que debió haber sido en ese mismo año. A fines de 1940 la sede del club resultó destruida por un incendio. Los documentos más antiguos que se rescataron tenían fecha de diciembre 8 de 1864, por lo cual se la tomó como fundacional aunque la mención de que por entonces registraba 60 socios confirma su existencia anterior”.[5]
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[1]Roy Webber. Phoenix History of Cricket. La historia del cricket. 19/06/2012.
[2] <https://en.wikipedia.org/wiki/History_of_cricket>.
[3] Revolución industrial (1760 – 1840). Nació en Gran Bretaña y marcó un punto de inflexión en la historia. Inicialmente cambió el trabajo manual y el uso de la tracción animal por máquinas de vapor para la fabricación industrial, el transporte de mercancías y pasajeros, evolucionando en el siglo XIX con el uso de los motores de combustión y la energía eléctrica.
[4] José L. Buzzetti y Eduardo Gutiérrez Cortinas. Historia del deporte en el Uruguay. Montevideo. Talleres Gráficos Castro y Cía:1965:17.
[5] Carlos F. Yametti. Historia del fútbol argentino. Buenos Aires. Talleres de Masterdigital. 2011:11-
