Home   »   Primera

Clásico de preocupación

Nacional y Peñarol se aprontan para verse las caras por primera vez en la final de un Torneo Intermedio, con bajas sensibles y con otros objetivos importantes a la vuelta de la esquina.




Mateo Antoni y Maximiliano Silvera disputan el balón, en el clásico del Torneo Apertura, disputado en el Campeón del Siglo.


2 agosto, 2024
Primera

Luego de un Torneo Intermedio irregular, los mejores equipos del año -hasta el momento-, Peñarol y Nacional, lograron terminar como líderes de sus respectivos grupos y definirán por primera vez el certamen. Como el resultado del no afectará la Tabla Anual, la final pierde cierto trascendencia, pero al tratarse de un clásico, obliga a los dos equipos a salir con sus mejores armas disponibles, aún siendo conscientes de los próximos desafíos que se les avecinan.

 

Los octavos de final de la Copa Libertadores se encuentran en la vuelta de la esquina y tanto Martín Lasarte como Diego Aguirre lo tienen anotado como uno de los objetivos más importantes del segundo semestre. Peñarol enfrentará a The Strongest -Bolivia- el miércoles 14 de agosto, mientras que Nacional lo hará ante San Pablo -Brasil-, el jueves 15. Y si bien ambos abrirán la serie como locales -lo que les ahorra el desgaste del viaje-, necesitarán las mejores versiones de sus equipos para intentar imponerse.

 

Sin embargo, ni el Tricolor ni el Carbonero cuentan con un plantel completo y al 100% de su capacidad física, sino que ambos llegarán al clásico con bajas importantes y desgaste. A lo largo de la temporada, las sanidades de ambos clubes no tuvieron descanso, varias figuras principales se lesionaron y algunos estarán ausentes para el clásico e incluso podrían perderse el duelo internacional. Además, el Torneo Clausura se pondrá en marcha el próximo fin de semana, por lo que no habrá pausa para los finalistas del Intermedio.

 

En busca del mayor tiempo de recuperación posible, los dos equipos estuvieron de acuerdo en eliminar la posibilidad de un alargue tras los 90 minutos de juego, por lo que en caso de empate, todo se definirá desde el punto penal. El  mercado de pases de invierno, por otro lado, representa un momento crucial, ya que le brinda a ambas instituciones la oportunidad de reforzar sus líneas y sus necesidades más urgentes para el futuro próximo, pero el tiempo cada vez es menos.

 

UNA DELANTERA DIEZMADA 

 

En el caso de Nacional, su sector más golpeado es el ofensivo. Gonzalo Carneiro, una de las figuras y goleadores del equipo, quien sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha en la goleada 6:0 ante Danubio, se despidió del resto de la temporada. En el partido siguiente, ante Miramar Misiones, Rubén Bentancourt -otro de los goleadores- sufrió un desgarro en el isquiotibial derecho que lo dejó fuera del Intermedio y que lo pone en duda para la Copa Libertadores. A estas lesiones se le suma la ausencia por dos semanas de Federico Santander, quien salió del país por cuestiones personales. Si bien ya está de vuelta en territorio uruguayo y se reintegró al plantel, perdió ritmo.

 

Este conjunto de malas noticias generaron un gran dolor de cabeza para Martín Lasarte, quien tuvo que recurrir a Gonzalo Petit -delantero juvenil de 17 años- para cubrir el puesto de centrodelantero. Ahora, para el domingo, el entrenador albo deberá decidir entre el delantero paraguayo o el juvenil. Otras alternativas, aunque menos probables, podrían ser la aparición del extremo Gastón González, quien en el último partido se posicionó como centrodelantero durante los últimos minutos, la incursión de Mauricio Pereyra, aunque no como referencia de área, sino más bien como un falso nueve, o la presencia de Diego Herazo, el flamante centrodelantero colombiano que llegó a Nacional en los últimos días, proveniente de San Lorenzo, pero con poco rodaje.

 

De todas formas, el Tricolor supo sobrellevar la adversidad con altura y con goleadas en sus últimos partidos, donde varios jugadores que no son delanteros, convirtieron. La banda derecha, conformada por la dupla Leandro Lozano-Antonio Galeano -quienes se entienden a la perfección-, generó estragos en las defensas rivales, con profundidad, penetración y gol, convirtiéndose en uno de los puntos más fuertes del equipo. A ellos se le suman, además, los muy buenos rendimientos que han tenido Christian Oliva y Alexis Castro en la mitad de la cancha, con recuperación, distribución y generación de peligro.

 

Por lo tanto, a pesar de los problemas en el centro del ataque, Nacional tiene con qué generar daño, mientras que en sus otras líneas, el equipo parece salir de memoria, con la única duda en la pareja de zagueros, donde podría llegar a hacer su debut Sebastián Coates.

 

LAS INCÓGNITAS DE AGUIRRE 

 

Por el lado de Peñarol, las lesiones le han impedido a Diego Aguirre mantener una misma oncena titular, lo que llevó al equipo a tener un rendimiento irregular. A su vez, se plantean incógnitas en varias posiciones de cara al clásico, ya que tampoco contará con su capitán, Gastón Ramírez, quien está suspendido por acumulación de tarjetas amarillas. 

 

A lo largo del Torneo Intermedio, el entrenador aurinegro ha experimentado con el equipo de acuerdo a sus disponibilidades. Usualmente, el Carbonero suele apostar a su juego por banda, aprovechando la velocidad de sus extremos y las subidas de los laterales. Sin embargo, con las ausencias de Eduardo Darias y el argentino Leonardo Sequeira -ambos por lesión-, la capacidad de desborde del equipo ha disminuido considerablemente, y con ella, la profundidad. La llegada de Jaime Báez -quien se encuentra falto de fútbol, pero tiene chances de integrar el plantel del domingo- responde, en gran medida, a esta necesidad.

 

Con la llegada de Facundo Batista, Aguirre propuso una pareja de nueves junto con Maximiliano Silvera, que en el último partido se complementó bien. Con esta nueva fórmula, Peñarol enfrentó a Defensor Sporting, generando chances de gol por la calle central de la cancha, pero sin la claridad suficiente para concretarlas. Luego, en el segundo tiempo, la salida de Batista y el ingreso de Lucas Hernández en zona de volantes, cambió la formación y fue determinante. Se asoció con los mediocampistas para progresar y brindó la asistencia del gol agónico de Matheus Babi.

 

Por lo tanto, a pesar de las bajas, Aguirre tiene nombres para cubrir los puestos libres, así como posibles variaciones en la formación que el equipo ya experimentó. En el mediocampo, Ignacio Sosa o Leonardo Coelho sustituirán al suspendido Ramírez, pero la duda principal es respecto al ataque, ya que el estilo de juego podría cambiar significativamente si planta una pareja de centrodelanteros o no.