Nacional, recuperó la sonrisa. Le ganó con autoridad a Fénix, y sumó tres puntos que le permiten acortar distancias con el puntero Peñarol y volver a meterse de lleno en la pelea por el Apertura.

Paliza futbolística del tricolor desde el arranque. Un solo equipo en cancha, desplegado en ataque, con circuitos de juego, desborde, profundidad y contundencia. La mejor versión de la nueva “era Gutiérrez”. Le pasó por arriba al albivioleta, que dio ventajas defensivas de todo tipo, tamaño y color. Se pareció realmente a una formación amateur.

Y además como si fuera poco y es sabido, goles son amores. Abrió la cuenta el argentino Fabián Noguera, con un preciso cabezazo, tras un grave error del arquero Geist y a continuación apareció en toda su dimensión Juan Ignacio Ramírez. El “Colorado” por partida doble, con exquisita definición de derecha y el segundo de penal, para a los 36 minutos bajarle por completo la cortina al partido.

Ya con el dueño de casa, tres tantos arriba en el tanteador, el resto estuvo de más. Se jugó simplemente para cumplir con el reglamento. Sirvió simplemente para comprobar el progreso colectivo del albo, que mostró un interesante manejo y tenencia de balón, con Francisco Ginella como eje central del equipo. Y la vigencia goleadora de Juan Ignacio Ramírez, autor de un espectacular hat-trick. 

Nacional, a todo gol en el Gran Parque Central.