Empate con sabor violeta
Defensor Sporting la remó de atrás y logró rescatar un empate, 2:2 ante Liverpool en el Franzini. El negriazul comenzó arrollando, se puso dos goles arriba, pero no lo supo liquidar.
Nicolás "Ojito" Rodríguez (Defensor) escapa de la marca de Matías Zunino (Liverpool).
Defensor Sporting, con el agónico gol del interminable “Chino” Navarro, rescató al menos un punto que por la forma que se dio el partido parecía perdido. Liverpool se puso dos goles arriba en el marcador y tuvo varias oportunidades para dar el golpe de “Knock Out”, pero perdonó y el violeta resurgió para remontar dos goles y sellar la igualdad. Un empate con mejor sabor violeta, que de todas formas deja a los dos equipos lejos de los primeros lugares.
Mejor arranque del partido no pudo haber tenido Liverpool. El lateral paraguayo Miguel Samudio, con notable remate de tiro libre al ángulo puso la apertura en el marcador y pocos minutos después Luciano Rodríguez marcó el segundo tanto.
Defensor, que venía del duro golpe de la eliminación copera, le costó recomponerse en el partido. Alan Medina tuvo el tercero, pero Dufour evitó un gol que hubiese liquidado el pleito. El violeta logró llegar antes del descanso al descuento. Duarte remató de lejos al ver adelantado a Lentinelly, el golero logró sacarla casi desde su propio arco pero en el rebote lo fusiló Andrés Ferrari.
Tras el traumático comienzo, Defensor, a pesar de los pesares, se puso a un gol del empate. En el complemento el “Chino” Rivero arañó el tercero, pero otra vez Dufour le tapó el mano a mano. Los goles errados los terminó pagando muy caro el negriazul.
Defensor, con garra y corazón, no se dio por vencido y a los 88′ llegó el gol de Álvaro Navarro. El goleador histórico violeta selló el empate 2:2 muy festejado para darle gran dramatismo al accidentado final, que terminó con un expulsado en cada equipo.
El empate final le dejó un mejor sabor a los hinchas violetas. Liverpool se lamentó no haberlo podido liquidar en varias ocasiones el partido cuando tenía al rival contras las cuerdas. Terminaron en tablas en el Franzini.
