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Francia-Uruguay: una final que le hace bien a la historia del fútbol





13 julio, 2013
Columnistas

La sede actual de la AUF, inaugurada en 1976, a los fondos del terreno cuya cara principal da hacia la Avda. 18 de Julio, donde se encontraba la AUF cuando viajó a conquistar el Campeonato Mundial de 1924.

La sede actual de la AUF, inaugurada en 1976, a los fondos del terreno cuya cara principal da hacia la Avda. 18 de Julio, donde se encontraba la AUF cuando viajó a conquistar el Campeonato Mundial de 1924.

Los británicos crearon el “fútbol moderno”. Lo reglamentaron diferenciándolo del rugby ya existente; organizaron la forma de sus competencias (Copa y Liga); expandieron su difusión al mundo como un brazo más de la Revolución Industrial nacida durante el Reinado de Victoria y fueron los primeros en profesionalizarlo. A pesar de toda esta contribución a la popularización y masificación del fútbol, cometieron el grave error histórico de despreciar la proyección internacional que podría alcanzar si ellos lo hubieran potenciado. Prefirieron encerranse en sus islas auto convencidos que por siempre ellos -los británicos- serían los mejores.

El holandes Karls Hirschmann hoy es un personaje olvidado. Sepultado por un desfalco que realizó en las arcas de la FIFA, cuando su poder económico se vino al suelo como consecuencia de la crisis mundial de 1929 por la quiebra de Wall Street, fue el primer dirigente del mundo que se dio cuenta, valoró y advirtió el poder y el sitial que el fútbol ocuparía en las sociedades modernas a corto plazo. Ocupando el cargo de Secretario de la Federación de Fútbol de Holanda -fundada en 1889- Hirschmann fue el ideólogo de crear la FIFA para concentrar en sus manos el fútbol del mundo. Recorriendo el camino lógico fue a buscar a los ingleses. No sólo por ser los inventores del “fútbol moderno”, sino también porque los franceses -siempre adelantado a los tiempos futuros-, con Pierre de Coubertin a su frente, crearon el Comité Olímpico Internacional con la idea de que en su seno y bajo su bandera, cada cuatro años se llevaran a cabo los campeonatos del mundo de todas las disciplinas deportivas.

Hirschmann pensaba diferente. Actuaba como banquero y financista de primera línea. Creía que el fútbol podía bastarse por sí solo para alcanzar ese objetivo sin necesidad del andador del Comité Olímpico. Pero… los británicos le dieron la espalda. Fue entonces que Hirschmann hizo realidad el refrán: si no puedes con ellos, únete a ellos… Y le planteó a los franceses poner en marcha una Federación Internacional de Fútbol.

Fue dura la pelea para desarrollar el emprendimiento. Francia no tenía una Federación exclusiva de fútbol. Compareció con la USFSA (Unión des Sociétés Francaises de Sports Athlétiques), con Robert Guerin a su frente. Detrás de su figura estaba la de Pierre de Cubertin. En los Estatutos, Hirschmann forzó la inclusión de una cláusula que cometía a la FIFA a organizar “una competencia internacional” de fútbol. Desafiaba el poder del Comité Olímpico. De los otros fundadores de la FIFA, solo Dinamarca y Suiza estaban en igualdad con Holanda. Fueron las tres Federaciones exclusivas de fútbol que se sumaron para fundar la FIFA. Las otras eran Asociaciones polideportivas. La USFA francesa, la UBSSA de Bélgica y un ciudadano que compareció a título personal (André Espirt) en calidad de apoderado el Madrid FC, aunque su nombre y apellido denunciaba su condición de francés.

Después de la Primera Guerra Mundial la FIFA casi en extinción pudo reanudar su actividad gracias al holandés Hirschmann y a Jules Rimet, una figura cuyos procedimientos hoy en día comienzan a ser cuestionados en Francia. De todos modos, apareció en la FIFA en el Congreso de 1914 y desde allí mantuvo su actividad hasta su muerte en 1956 dentro del organismo. Creador de la FFF (Federación Francesa de Fútbol) en 1919, en marzo de 1921 accedió a la Presidencia de la FIFA. Después de coquetear con el Comité Olímpico para que el Campeonato Mundial de fútbol se mantuviera bajo su dominio, comunicó al COI que el torneo de fútbol de 1924 a celebrarse en París, lo organizaría la FIFA sin ninguna intromisión. Así fue. Es más, por primera vez en su historia la FIFA logró dar cumplimiento a la exigencia estatutaria de 1904. ¡Y tuvo su primer Campeonato del Mundo!

Uruguay un pequeño gran país del Cono Sur americano, gracias exclusivamente a que su Ministro Plenipotenciario en los Países Bajos, Dr. Enrique Buero, fue designado para gestionar la afiliación de Uruguay a la FIFA, terminó compitiendo en el campeonato de 1924. ¡Medio fútbol uruguayo acudió a la cita! El medio que respondía a Nacional. El otro medio -el liderado por Peñarol- procuró por todos los medios evitar que la AUF cumpliera con la idea lanzada por el Dr. Buero desde Ginebra en carta fechada el 23 de mayo de 1923, cuando logró en el Congreso de la FIFA la afiliación de la AUF.

En suma, Francia y Uruguay son las dos naciones que más hicieron en los tiempos en que la FIFA era un organismo que estaba al borde de su desaparición. Los franceses -junto con Hirschmann-, logrando mantener al organismo en vigencia, concretando el gran desafío de asumir la responsabilidad de la organización de los Campeonatos Mundiales de fútbol de 1924 y 1928. Y los uruguayos en asombrar al mundo con su capacidad, destreza y habilidad, ganando al hilo esos dos primeros torneos mundiales organizados por la FIFA, dictando clases magistrales de fútbol. Fue como un redescubrimiento para los europeos. Las celestes resultaron una especie de “modernos Colones” conquistadores de las viejas tierras…

Uruguay goleó a Francia en Colombes, cuando se cruzaron en aquel Campeonato del Mundo en la instancia semifinal. Hoy, a otro nivel y con mucha agua corrida por debajo del puente, se vuelven a ver las caras en una jornada decisiva a nivel juvenil. ¡Una final que le hace mucho bien a la historia verdadera del fútbol que hoy, en la propia tierra francesa, los jóvenes investigadores comienzan a reescribir!