Nacional se abrazó al triunfo. Merecida imposición, que le permite subir en la tabla y, así, continuar en la pelea por el Apertura.

Carambola  y ventaja en la red en la primera mitad. El tricolor, sin ser nada del otro mundo, fue evidentemente superior, tanto gracias al desdoble de Yonathan Rodríguez como a la habilidad de Brian Ocampo. No mostró un juego colectivo óptimo, pero en la oportunidad precisa encontró el gol a través de una pelota que le cayó como regalo del cielo a Manuel Monzeglio, quien, sin marcas en el área chica, la mandó a guardar. Fue justo, es cierto, por lo plasmado en campo, en el que el albo había mostrado más que un tibio representativo arachán.  

El gol de Monzeglio, de los llamados “de vestuario”, a los cuatro minutos de iniciado el complemento, le bajó por completo la cortina al partido. Golpe de nocaut, y los tres puntos al bolso. El arachán se cayó anímicamente y nunca fue rival de un tricolor que, sabedor de su superioridad, hizo correr la pelota y el reloj pensando en el partido del próximo martes en Buenos Aires.

Nacional encontró el gol, pero también la tranquilidad, en Paysandú.