Danubio, trepó alto. Sufrido y festejado triunfo para sumar tres puntos de oro. La alegría franjeada, contrastó con la amargura de Liverpool, que perdió el invicto en el torneo y en la propia valla.

La primera parte, resultó por demás entretenida y pareja. Con el local, manejando el balón, con su característico juego colectivo ante un danubiano, ordenado y siempre vertical. Ambos con sus armas, resultaron peligrosos y rondaron el gol.

Gol que cayó en el arranque del complemento. Golazo de Maicol Cabrera, en sensacional jugada individual. El equipo de Fossati, se puso en ganancia y pasó a defender con uñas y dientes la ventaja en el tanteador. El negriazul, fue y se cansó de ir, por derecha, por izquierda, con envíos aéreos, remates de media y cuarta distancia, pero por ningún medio pudo romper la estoica defensa franjeada. Principalmente, por errores propios a la hora de definir, careció de puntería y también de esa imprescindible dosis de fortuna, como por ejemplo en el disparo de Pablo González, que se estrelló de lleno en el vertical derecho con el arquero Conde ya vencido.

Danubio festejó en Belvedere.