Un cero que resta. En definitiva, una igualdad con sabor a nada. Ya que Boston River, sigue hundido en la fatídica del descenso y no depende de sí mismo para evitar la pérdida de categoría. Y Fénix, también debe ganar por goleada y a su vez esperar por otros resultados para clasificarse a la Copa Sudamericana. 

La primera parte fue friccionada, por demás entrecortada, se jugó lejos de los arcos. En el complemento, el albivioleta creció en lo futbolístico y realmente hizo méritos para llegar al gol. Pero se chocó contra las muy buenas atajadas de Gonzalo Falcón y una gran dosis de mala suerte, con los caños jugando en su contra.

Fue un empate de caras largas.