Rampla Juniors festejó su victoria 2:1 a Rocha en el Estadio Charrúa y dio un paso clave para seguir en la Liga de Ascenso Profesional. El rojiverde ganó por su arranque fulminantes con dos golazos de esos que rompen con todos los libretos en el fútbol  y se transforman en el factor  táctico excluyente. El derechazo extraordinario de Adrián Vila, a larga distancia, y la zurda precisa de Juan Albín en el tiro libre de su sello, marcaron la ventaja de dos goles en apenas seis minutos. Semejantes sacudones conmovieron a su oponente y al partido. Entonces, pese a la reacción de su rival y al notable empuje, el “picapiedra” logró su anhelado desahogo.

Rocha rescató su enorme corazón y dio pelea. Bruno Piano, el entrenador, hizo tres cambios en 36’ y desde el ingreso del nigeriano Jimmy Evans, los celestes soñaron. A pesar de que no acumularon jugadas en cantidad, nivelaron el partido y el control de la pelota. Evans acortó en la pelota que bajó el argentino César Pereyra. La lesión de Pereyra, después de las cinco  variantes, entregó la imagen del delantero en la cancha sobrellevando la dolencia en forma conmovedora al servicio del equipo.

El ida y vuelta final no alteró el desenlace. Rocha fue con el alma pero no le alcanzó. Rampla Juniors se jugó a la velocidad de Jonathan Ramírez y del colombiano Joshuan Berríos. Así liberó el grito de triunfo.