Peñarol, en lo más alto. Se subió en solitario a la punta del Clausura y se ubicó dos puntos por detrás de Plaza Colonia, el líder de la trascendente Tabla Anual. Goleó a Wanderers en una noche de domingo plena de alegría.

El arranque fue ideal para el aurinegro. Cabezazo en propia meta de Hernán Rivero, en un gol de los considerados “traído desde los vestuarios”. Apenas corría el minuto 2 y ya se encontraba en ventaja. Manejo de balón, triangulaciones, desborde –imparable Laquintana-, profundidad, pero nuevamente carente de puntería y contundencia. Realmente superó en lo futbolístico a un bohemio que se vio desbordado y que la terminó sacando barata en la primera mitad.

Idéntico inicio y golpe de nocaut en el amanecer del complemento. Bombazo de Ignacio Laquintana para gritar gol y aumentar la ventaja en el tanteador. Ni siquiera incidió la tarjeta roja a Edgar Elizade, ya que apenas un minuto después, resultó expulsado Hernán Petryk. Fue todo del equipo de Larriera, que desplegó su característico fútbol de ataque. Y siguió de largo con otro gol de Ignacio Laquintana, quien selló la goleada y aseguró la conquista de tres puntos valiosísimos.

Peñarol, ahora sí, le apunta directamente al Uruguayo.

Carlos Rodríguez, brazos abiertos en el festejo del primer gol aurinegro.