Emoción celeste
La selección volvió a la sonrisa y al reencuentro con la gente en el Estadio Campeón del Siglo, al vencer 4:2 a Bolivia por las Eliminatorias. Uruguay ganó después de cuatro partidos.
La selección se dio el gusto de ganar después de cuatro partidos en las Eliminatorias, 4:2 a Bolivia en el Estadio Campeón del Siglo. El corazón celeste se asoció a una cita especial con los 15.000 uruguayos presentes –aforo mediante, en tiempos de pandemia- retomando el sentimiento eterno desde las Tribunas del CDS. Los dos goles de Giorgian De Arrascaeta, el tiro libre a la red de Federico Valverde en la pelota quieta, y el estreno goleador de Agustín Álvarez Martínez, en su debut soñado, elaboraron el triunfo.
Uruguay abrumó a los bolivianos en un tiempo de presión alta en el que logró dos goles arriba. El equipo, encendido, instaló una tendencia con claridad. La conexión de los volantes Rodrigo Bentancur –le alcanzó un tiempo para imponer su dimensión- y Federico Valverde con los delanteros marcó la cancha. El explosivo Brian Rodríguez exhibió su influencia y resultó demoledor. Entonces, la combinación de la técnica con la velocidad se plasmó con enorme distancia. Giorgian De Arracaeta, en el rol de organizador, se asoció y potenció todos los espacios. Un pase fantástico de Valverde a Brian Rodríguez abrió el triunfo en la corrida del atacante y la posterior definición de la estrella del Flamengo.
En el juego, la diferencia excedió al resultado. El elenco boliviano acortó el socre con los dos goles de Moreno Martins -el primero, aprovechando un error defensivo-, y el segundo en un penal que en un exceso de imaginación sancionó el árbitro paraguayo Eber Aquino –no hubo falta de Nández-, en insólita sociedad con el VAR. La repercusión se minimizó por el desenlace sellado con anticipación. En otra circunstancia, la polémica hubiese brotado.
Los celestes se fortalecieron en ataque y fueron una pesada carga para Bolivia. La ofensiva sostuvo su intensidad. Uruguay acumuló posibilidades netas desde el arranque explosivo de Brian Rodríguez y la notable asistencia de Federico Valverde, como ocurrió en la llegada del primer gol de De Arrascaeta. Entonces, antes y después del 1:0, así como en el tiro libre de Federico Valverde a la red, el arquero Lampe representó el único escollo para el seleccionado.
El instinto goleador de Agustín Álvarez Martínez, luego de un avance de Joaquín Piquerez por izquierda, dio el impulso a la goleada. Uruguay, lejos de pensar en el jueves ante Ecuador, mantuvo la misma convicción. Insistió y fue por más.
La sorpresa asomó una vez en el gol de Bolivia, de Moreno Martins, originado en una imprecisión defensiva. Sin embargo, fue propio de otro desarrollo. El elenco uruguayo aceleró una vez más y Brian Rodríguez generó el penal que De Arrascaeta ejecutó a la red. Luego, la novena del VAR quedó para el recuerdo. Y la emoción se adueñó de la noche.