Le dieron “con un fierro” y devolvió una copa
Leí con gran atención, hace un tiempo, una gran nota, justa, coherente, fiel a su estilo que luego de leída se transformó en alegría. La misma era de Joselo Olascoaga y su título fue “La salida de Jorge Da Silva” donde escribía sobre la situación difícil de aquel momento del entrenador de Peñarol, y exponía antecedentes donde los presidentes influían, para el éxito, en la continuidad de los conductores técnicos.
Un entrenador debe tener convicciones firmes, que a veces le salen bien y otras no; porque su pensamiento y acción están reflejadas en el campo de juego pero que son llevadas adelante por los jugadores; que son lo máximo del fútbol y los actores que interpretan “la partitura” del orientador.
Hacían “cola” para pegarle “con un fierro”, sacaban número porque eran muchos, y entonces tener un orden para “agarrar el fierro”. Se ordenaron; de mañana, de tarde, de noche y porque no alguna madrugada.
Después del partido con Defensor Sporting en el Franzini , había que poner para la “corona” porque era un difunto entrenador.
El mismo, o quizás más, fue el caudal de los ríos de tinta, las horas de radio, las infinitas imágenes de TV para “condenar” su actuación sumado a los silencios o murmullos de seguidores cuando la integración de Peñarol era finalizada por los altavoces con el nombre de Jorge Da Silva.
AHORA se han transformado o mutado en elogios que algunos se comparan a cuando uno le pregunta a su hijo pequeñito……..”¿Hasta dónde quieres a papá?” y el niño responde: “¡hasta el cielo!”.
De la misma manera que muchas veces se les solicita a jugadores, dirigentes, árbitros o entrenadores que tengan autocritica; sería un acto de justicia que se pudiera aplicar en todos los espectros del futbol y que la coherencia reine. “Ni tan calvo ni con dos pelucas”.
El lo debe recordar muy bien, el principio de su carrera de entrenador cuando quien escribe esto mediante una de mis presidencias de A.U.D.E.F se le entregó una llave para que pudiera recibir todos los aplausos que merece, gracias a su coherencia y firmeza deportiva.
Le dieron “con un fierro” y el con sus jugadores transformaron ese metal, en un Trofeo que le dio otro Titulo al carbonero para engalanar sus vitrinas.