River Plate, despidió el año con un gran triunfo. Venció en auténtico partidazo a Fénix, con todos los ingredientes en cancha. Goles, fútbol y polémicas. Aplausos para los dos equipos. Nos regalaron una tarde repleta de emociones.

El dueño de casa pegó de arranque con el gol de José Neris, en verdadero manual de contragolpe. No impactó en el albivioleta, que por el contrario, con la calidad de Manuel Ugarte y el manejo de Bryan Olivera, tomó el control del balón y comenzó a ofender en ataque. Fue constante su ofensiva y encontró su premio, ya que logró dar vuelta el tanteador. En el comienzo del complemento con las conquistas de Roberto Fernández y Maureen Franco, se puso al frente. Vale decir, que en la jugada previa al segundo tanto, producto del penal cometido en perjuicio de Bruno Scorza, el delantero arrancó la carrera en evidente posición adelantada.

El equipo de Fossati, en desventaja, cambió el chip.  Apareció en toda su dimensión Matías Arezo, muy bien secundado por Diego Vicente y Nicolás González. La reacción fue inmediata, con el penal que cambió por gol el propio Matías Arezo. También hay que subrayar, que la infracción de Adrián Argachá en contra de Diego Vicente, pitada como pena máxima, fue claramente fuera del área visitante.  

Con el marcador igualado, los últimos veinte minutos se tornaron de ida y vuelta, con los arqueros como excluyentes protagonistas y el gol rondando los dos arcos. La balanza, finalmente se inclinó para el lado riverplatense, tras la soberbia asistencia de Diego Vicente y la notable definición de Nicolás González, picando la pelota ante la salida de Guillermo De Amores, para que la pelota explotara en la red y desatara la alegría darsenera.

Juan Ramón Carrasco y la airada protesta final que le valió la tarteja roja de parte del árbitro Diego Riveiro.