Uruguay fue brillante y goleó a Colombia en el “horno” de Barranquilla. En una palabra, le pasó por arriba.

Es que los celestes se impusieron de principio a fin. Y hubo un solo equipo en la cancha. El local fue una sombra, realmente pareció sufrir la sofocante temperatura y la alta humedad de su propia casa.

En cambio, el equipo de Tabárez fue exuberante, compacto, sólido, agresivo y contundente. Recuperó a jugadores fundamentales como Josema Giménez y Edinson Cavani, y se convirtió en una fuerza futbolística de primer nivel mundial, comandado por la notable dupla que conformaron en el mediocampo Rodrigo Bentancur y Lucas Torreira, los dueños de la pelota.

El seleccionado pegó de arranque con el gol de Edinson Cavani, con enorme mérito de Nahitan Nández, quien presionó en tres cuartos de campo la salida de rival y asistió en forma precisa al “Matador”, que definió con su acostumbrada eficacia. Inolvidable retorno del delantero salteño.

Corría el minuto 5 y los cafeteros sentían el impacto del gol en su contra, cayendo en un pozo anímico del que no pudieron salir jamás. Y no porque no lo intentaran. Por el contrario: porque los celestes no se lo permitieron y los minimizaron al máximo.

Y en el complemento llegó el festival de goles, fútbol y calidad al mejor estilo uruguayo. Penal en perjuicio de Rodrigo Bentancur, tras una gran combinación con Luis Suárez. Que el goleador histórico, con absoluta serenidad y su precisa pegada, se encargó de transformar en el segundo gol.

Como si fuera poco, apareció Darwin Núñez, el joven artillero, para, con un derechazo sensacional desde fuera del área, mandar el balón al fondo del arco de Ospina y sellar la goleada.

Uruguay le aplicó una auténtica paliza a Colombia, y se reacomodó en la parte alta de la tabla de posiciones de las eliminatorias, enderezando la pisada camino a Catar 2022.

BRI-LLAN-TE.