Danubio liberó el grito del 1:0 a Fénix en Jardines. Ganó y respiró aliviado en la pelea por salir de la zona más incómoda del descenso. Rodrigo Piñeiro, con apenas un minuto en cancha, transformó la incertidumbre en alegría. El delantero fue de cabeza al gol en el centro de Facundo Labandeira, desde la derecha, luego del pase de Santiago Paiva.

La Franja despejó el interrogante de un tiempo donde pasó lejos del arco rival. Leo Ramos regresó con tres cambios y también modificó el desarrollo. El equipo parecía seguir sin sorpresa en ofensiva, hasta que despegó. Presionó, se asoció y encontró el espacio para elaborar la ventaja.

Labandeira en el lado derecho y Cristian González en la izquierda habían llegado, aunque sin ejecución de sus compañeros en el área. El volante argentino  Matías Friztler, en su primera presentación, se sumó a las modificaciones y a la insistencia desde el mediocampo.

Fénix impresionó mejor en el capítulo inicial, con iniciativa y dominio de la pelota. Maureen Franco rondó el gol en una llegada neta. Sin embargo, fue una ráfaga, porque no elaboró situaciones claras. En la adversidad, empujó y se acercó, pero sin la necesaria claridad que implica el juego asociado. En la semana del viaje y de la sonrisa en la Copa Sudamericana, también sobrellevó el rigor físico.

La victoria quedó en Jardines. Y se valoró a lo grande.