Liverpool transformó el desencanto en máxima alegría y le ganó 2:1 a Rentistas, flamante campeón del Apertura, 2:1 de visitante. Después del gran recibimiento de sus jugadores, en la cancha aplaudiendo a los rojos, y de la merecida plaqueta al presidente del club, se adueñó de tres puntos valiosos. Los dos goles de Juan Ignacio Ramírez, el primero de penal y el segundo definiendo de zurda una gran jugada de Ezequiel Escobar, sellaron la primera sonrisa franca en su serie del Intermedio.

El negriazul dirigido por Gustavo Ferrín, entrenador interino, se recompuso con la búsqueda constante. La iniciativa en gran parte del juego no le alcanzó para alertar sobre el arco de Yonatan Irrazábal. Sin embargo, pasó de la insinuación al desahogo. Ramírez, el goleador, ejecutó un penal directamente a la red. Se equivocó el árbitro Diego Dunajec: no hubo falta de Maximiliano Amondarain a Martín Correa.

Luego, en el final con intenciones de los dos lados, Escobar aceleró por  derecha y Ramírez resolvió con su estirpe en el área para la renovada alegría del equipo de Belvedere.

Rentistas, obviamente, sintió el resabio de la semana feliz, a cuatro días del éxito resonante en el Apertura. A pesar de que mantuvo a la mayoría del equipo titular, igualmente resintió su potencial en el juego. La ventana en el golazo formidable de Mathías Abero, por encima  del arquero Andrés Mehring, no pudo sostenerla. Se retrasó demasiado –un  auténtico mérito del rival-, y esta vez cayó.