Cerrito lo hizo otra vez: resurgió y le ganó 3:1 a Albion. La pasó mal en el primer tiempo, y no solo por el gol. No encontró espacios en ataque y padeció en la defensa. Luego, con uno más en cancha por la expulsión de Mathías López, hizo  pesar su juego ofensivo. El volante Rodrigo Pérez empató, Julián Perujo convirtió el segundo en el penal a Raúl Tarragona –sustituyó a Ortiz, que salió por un corte en la cabeza- y Tarragona convirtió un golazo, el tercero. Además, estuvo muy cerca de aumentar.

Albion neutralizó al líder en los primeros 45 minutos. Cortó el circuito de juego sobre las bandas y llegó con dos contragolpes que exigieron al arquero Alberto Eiraldi. En ese tramo, ejecutó su plan con éxito. Las dos intervenciones del golero  evitaron goles. Una llegada con Maximiliano Ohaco  y otra de Joel Burgueño marcaron el dominio.

La expulsión del volante Mathías López –empujado en forma involuntaria por su compañero Joel  Burgueño- en el cierre de los 45’, cuando impactó sobre Rodrigo Pérez, condicionó al equipo de Ignacio Ordóñez. No pudo sostener la ventaja en el gol de penal, ejecutado por Maximiliano Noble. Y tampoco mantuvo la misma solidez defensiva. Cerrito, sin la soltura que había exhibido en los partidos anteriores, conquistó tres puntos más para afianzar la punta.