Sin dar ni pedir tregua. Pudo ser de Progreso, pudo ser de Rentistas. Pero fue empate con todos los ingredientes: goles, fútbol, emoción, polémicas… Un auténtico partidazo en el Paladino.

El “Bicho colorado”, vestido de blanco, pegó de entrada. Desborde de Robert Ergas por izquierda y aparición fantasmal de Salomón Rodríguez para mandar el balón al fondo del arco. El mejor comienzo fue claramente para el equipo de Cappuccio, que en ventaja se sintió cómodo, retrocedió líneas y manejó el balón ante un representativo gaucho que sintió el impacto del gol en contra de arranque y no pudo encontrar su característico juego colectivo, por lo que sus intentos ofensivos carecieron totalmente de profundidad. No llegó nunca con peligro al arco custodiado por Irrazábal.   

Complemento de excelente nivel futbolístico, de los mejores del Apertura. No le faltó nada, ya que se jugaron por enteros y brindaron un gran espectáculo.

El elenco de Rocco salió a quemar las naves, al todo o nada. Despertó de su letargo y fue al frente con furia, acorralando a su oponente sobre su propio arco. Fue por abajo, fue por arriba y, con dos sendos cabezazos de Lucas Ferreira y Gustavo Alles, logró dar vuelta el tanteador en el tramo final. Poco la duró la alegría: apenas un minuto. Santiago Romero, con otro cabezazo, logró el gol del empate.

Sobre la hora, el dueño de casa tuvo el triunfo en los pies de Esteban González, pero no pudo con Yonatan Irrazábal, quien en notable estirada se quedó con el tiro penal del lateral, salvando el invicto y la punta para Rentistas.

Aplausos para los dos equipos. El fútbol, agradecido.