Saralegui: “Peñarol es como cuando te enamorás pero tenes que tomar distancia”
El Dr. Leopoldo Murninkas se sentó a mi lado, en un banco afuera del vestuario del Estadio Centenario, donde los jugadores de la Selección, que dirigía Omar Borrás, hacían una prueba ergométrica y dijo…
-”Es una bestia, rompió todos los records…”
-¿Quién?
-Mario Saralegui, quien más. Impresionante…
Corría el año 1985.
Hace pocos días, hablando con Mario, comentó: “Por allí sigue todavía. Tengo entendido que esa marca nadie la pudo superar”
—o0o—
Todo potencia. Todo entrega. Un león, con su melena rubia haciéndolo más león aún. Pero, en la vida, hay otros aspectos que movilizan con idéntica intensidad. Más aún, no hay forma de medirlos, pero con su silencio extremo potencian las sensaciones que hacen vibrar, marcando hasta propias pautas de vida. Algunas provocando alegrías, otras dolores. Es el laberinto por el que se deambula y que, por momentos, llega a despertar batallas internas que determinan decisiones.
¿Quién duda que Mario Saralegui lleva a Peñarol en el alma? ¿Quién duda que el domingo se jugará por Juventud? Batalla en ciernes. Decisión segura, más allá que el sentimiento se atreva a disparar una estremecedora descarga de emociones.
-En realidad, en este momento, no pienso en Peñarol con el corazón. No puedo. Me debo a Juventud. No puedo olvidar que soy un profesional. Si gano o empato, no va a cambiar mi relación por un partido. ¿Qué querés que te diga? Que quiero a Peñarol. Claro… lo quiero. Fueron quince años como jugador y en total como veinte si sumamos el tiempo que trabajé como entrenador. Como dijo una vez Morena, porque esté o no, se le sigue queriendo igual o más. Fue el club que me formó, fue parte muy grande de mi vida y sigue siendo, a pesar que no estoy.
-Pasaste momentos buenos y malos. En alguno dio la sensación que tomaste distancia, como si necesitaras espacio entre Peñarol y vos.
-Cuando hay una separación, cuando te alejas, lo vivis de otra manera. ¿Sabés qué pasa? Es como cuando te enamoras de alguien y de pronto no tenés a esa persona, hay que tomar distancia. Es cuando debes buscar otras alternativas.
-¿Esa distancia puede haber sido cuando te fuiste a dirigir a Ecuador?
-Yo lo disfruté, pero no puedo estar prendido a Peñarol. Mi carrera va por otro lado. Tengo que liberarme de eso. Somos quinientos para estar allí, porque es la frutilla de la torta. Uno no quisiera irse nunca. Pero fue como abrir un paréntesis. Fue bueno ese tiempo en Ecuador. Nos hizo bien a todos. Tener la chance de estar en otro lado te permite mirar las cosas sin tanto apego. Por otro lado, acá es muy difícil crecer profesional y económicamente. Salir te abre la cabeza.
-Y ese gesto fuerte, con puño crispado, al término del partido que le ganaste a Nacional, qué significado tuvo.
-No, no… nada especial. Hice lo mismo cuando le ganamos a Cerro Largo, después de ir perdiendo dos a cero en Melo. Quizás en el partido no soy muy expresivo, pero al final sí, más cuando estás en un equipo donde te estás jugando la vida, como en Juventud.
-Lo salvaste del descenso…
-Salimos adelante. Si me lo hubieran dicho antes no lo hubiera creído. Hubo una respuesta bárbara delos jugadores, con gran apoyo desde la interna del club. Estar viviendo este momento es para pellizcarnos, por eso tenemos que disfrutar esto. ¿Sabes? Hay una tendencia a alegrarse sólo por lograr campeonatos. Hay que disfrutar el camino también, porque se hace difícil. Perder y ganar es parte de eso, pero si no te detenes un rato para tomarle el gusto a lo que lograste, vivis más en el sufrimiento que en otra cosa.
-¿Cómo llega Juventud para este partido con Peñarol?
-Bien, se han dado los resultados que es lo importante y eso condiciona, motiva. Todo lo que ha pasado hasta ahora nos da tranquilidad. Va a ser un partido difícil. Peñarol tiene que salir a buscar. Está obligado porque no pudo ganar la fecha pasada. Estamos tranquilos. Sabemos que va a ser difícil, pero tenemos que hacer lo nuestro.
-Te has ganado un espacio importante en Juventud. Venis invicto, lo sacaste del descenso, hay expectativa de poder clasificar a la Sudamericana…
-Sí, si… pero vos sabés como es esto. Normalmente los dirigentes siempre te dicen que los resultados son secundarios, pero si no ganas ya sabes que te pasa. En lo personal, estoy conforme porque venimos cumpliendo con ellos y con uno mismo.
-Lo estás estudiando.
-Tengo que mantener mi identidad de juego, pero sin dejar de mirar que enfrente hay jugadores tremendos, con una categoría enorme. No es fácil pensar que vas a enfrentarte a Zalayeta, al Tony o al Lolo. Yo creo en el trabajo para salir adelante. Lo bueno es sentirse tranquilo porque diste el máximo.
-¿Pensás que puede haber algún juzgamiento especial por todas estas circunstancias que hablamos?
-No tengo como salirme del lugar en donde estoy. Puede pasar cualquier cosa. No creo que nadie pueda juzgarme por el resultado que se dé. Pero… si llego a perder,no va a faltar quien piense que le regalé los puntos. Si salgo a defender o a atacar seré criticado por la subjetividad con que mire el partido. Es parte del juego.
-Recién dijiste que en esto hay que dar el máximo. ¿Por eso dejaste de jugar?
-Yo llegaba una hora antes y me iba una hora después de los entrenamientos. Me gustaba de alma lo que hacía. Pero llegué a los 35 años y me di cuenta. Fue en un partido en la cancha de River, creo. Me expulsaron y me dieron nueve fechas de suspensión. Era porque me pasaban por al lado y no los podía agarrar. Se me notaban los años… Hoy lo vivo con la misma intensidad, pero del otro lado de la raya.
Mario Saralegui… corazón de león!!!