Inmediatez vs Proceso
Oscar Tabárez, DT de Uruguay.
Doce goles en contra en cuatro partidos, un leve rumor de “complot” de algunos exitistas y resultadistas, mil y una declaración sobre la altura de La Paz, las cualidades extra-terrenales de Messi, el buen momento de Falcao y el millón de estadísticas que vuelan por el aire sobre eliminatorias pasadas y tablas de posiciones de hace diez años, y nadie (o por lo menos muy pocos uruguayos) lavando los trapos “en casa”.
El cuarto puesto en el mundial pasado, la copa América de Argentina y algunas fluctuaciones entre cuarto y segundo puesto en el ranking FIFA, no fue logrado ni por otro seleccionado, ni por otro Director Técnico. La mayoría, para no decir todos, son los mismos jugadores que hace dos años en Sudáfrica llegaron a poner a todo una generación de jóvenes y niños efervescentes con una selección que “lograba algo” y que a su vez devolvió una esperanza a los más entrados en años. Son los mismos que hace un año demostraron que Argentina no era invencible…y guste a quien le guste son los mismos que rescataron un punto de 12.
Buscar culpables individualmente, apañar versiones extraoficiales, pretender hacer una ecuación que permita ver quien “anda bien” en sus clubes y quien “anda mal” en la Selección es ingenuo y hasta simplista. El público y pueblo uruguayo futbolero, al igual que el que no tiene idea de quién es Suárez, se desacostumbró de la autocrítica, se desacostumbró de la “otredad” y quiere linchar en una plaza pública a cualquiera catalogado a la ligera como responsable, sea quien sea: Forlán, Tabárez o el propio Lugano.
El DT Tabárez en La Paz. Uruguay cayó ante Bolivia 1:4
Por qué digo que se desacostumbró de la autocrítica, se desacostumbró de la “otredad”? Porque a todos nos cansan los procesos. Queremos resultados ya, y cuando los obtenemos, queremos que sean eternos y que no se diluyan con el tiempo, una gloria utópica y a la larga aburridora. Pero lamentablemente para algunos, los grupos humanos que comparten un proceso y los procesos mismos tienen “altibajos”: victorias y derrotas, alegrías y frustraciones, y estas dos caras de las monedas hacen a la historia de un pueblo, la historia de una generación que se viste con las ropas de los halagos, en las victorias, y se limpia las heridas con los trapos de las pérdidas.
El temple y la hidalguía de los lideres no siempre sale a relucir en épocas de bonanza, sino todo lo contrario… y creo que en este momento poco afortunado de la selección celeste, tenemos que tomar ese rol de líder y actuar con “la diligencia de buen padre de familia” aquellos que supimos emocionarnos hasta las lágrimas con una no muy lejana época de bonanza.
