Uruguay lleva 5 derrotas al hilo y no gana desde el 10 de noviembre de 2016. ¿Podrá vencer hoy a los argentinos en el Estadio?
Desde tempranas horas de la mañana el Uruguay-país se transformó –positivamente- como viene ocurriendo desde hace muchos años. Para ser justos, debe señalarse que esa mutación paulatinamente comenzó en 2006, momento en que el presidente de la AUF, Eugenio Figueredo, depositó la conducción del proceso de la organización de la selección en manos del entrenador Oscar Tabárez.
Poco a poco, piedra sobre piedra fue construyendo una isla en el proceloso mar del Uruguay-futbolístico. El nuevo modelo partió de la forma de escoger los jugadores para integrar el combinado. Mientras puso en marcha el proceso la fuerza de la necesidad lo llevó a disponer de los jugadores que en aquel momento ocupaban el lugar de primeras figuras. Paralelamente, convirtió al Complejo Celeste en la fábrica que debía producir al “nuevo futbolista” uruguayo desde el pie. O sea desde los 14 años, edad en que comienza la captación de los jugadores para el combinado sub-15, el de los más pequeños. Cuando los tuvo fue borrando al “viejo futbolilsta”.
Los resultados lentamente –nada en la vida es de hoy para mañana y mucho menos el auge o la decadencia se concreta en 24 horas-, comenzaron a palparse en tangible realidad. La clasificación permanente a los campeonatos mundiales juveniles –recién este año Uruguay quedó fuera del torneo ecuménico sub-17 a disputarse en octubre en la India-; las buenas colocaciones en esos certámenes: el cuarto lugar en Sudáfrica 2010; la Copa América de 2011 y la Copa del Mundo de Brasil 2014, resultaron estaciones exitosas de la tarea que llevó a cabo, exclusivamente, el técnico Tabárez.
Lo señalado en las líneas precedentes avala y justifica esa euforia que modifica los hábitos y las conductas del Uruguay-país el día que juega la celeste. Los programas matutinos generalmente encarados a la información nacional, internacional y política cambiaron su eje. Uno típico de ellos –En perspectiva por CX12 Radio Oriental- hoy convocó a sus oyentes a enviar mensajes sobre el partido y anunció el comienzo de la transmisión del equipo que comanda Javier Máximo Goñi a partir de las 16 horas.
En cambio no puede extrañar que Sergio Gorzy, el campeón del optimismo, haga hecho explotar la pasión desde que arrancó su famoso ¿Usted qué opina? por la antigua legendaria emisora del deporte –CX18 Radio Sport- hoy actualizada en su denominación a, tan sólo, la 890, de acuerdo al modernismo de la época donde las radios se ubican por la frecuencia que ocupan en el dial.
Y es lógico que esto sea así. Que el anticipo eufórico se desborde en lo previo minimizando toda posibilidad de análisis para transitar el camino de la reflexión que surge del estudio.
También contribuyó a este fenómeno de emoción anticipada el excelente e impensado arranque de las eliminatorias para Rusia 2018, donde la celeste no contó con Suárez y Cavani sancionados injustamente, que multiplicó la euforia. Los 23 puntos que mantienen al equipo de Tabárez en la tabla de posiciones desde el 10 de noviembre de 2016 parecían indicar que después de los sufrimientos pasados con Uruguay, abonado a disputar el último partido en el repechaje para saber si llegaba o no a los mundiales, en esta ocasión el anhelado pasaje se lograría con holgura. En ese entonces restaban siete partidos (Chile, Brasil, Perú, Argentina, Paraguay, Venezuela y Bolivia) y resultaba impensado que 21 puntos por disputar los celestes de Tabárez no obtuvieron tan sólo 5 que le aseguraran la clasificación.
Cinco días después el último triunfo que logró Uruguay 2:1 frente a Ecuador los celestes jugaron uno de sus mejores partidos en las eliminatorias ante Chile –sin Suárez, en Santiago. Perdió 3:1 en parte por un grueso error del juez paraguayo Enrique Cáceres quién no sancionó un clarísimo penal a Cavani, influyendo directamente en el resultado. Desde esa fecha Uruguay no se reencontró con la victoria. Pasaron don derrota los partidos ante Brasil (1:4), Perú (1:2), Irlanda del Norte (1:3) e Italia (0:3). Cinco enfrentamientos con similar cantidad de caídas, con cuatro goles a favor y quince en contra.
Así, con esta reseña breve que resume el hasta ahora exitoso proceso de Oscar Tabárez, el equipo celeste llega al enfrentamiento ante Argentina de esta noche. El entrenador-récord compatriota advirtiendo que problema del equipo se encuentra en la defensa, modificó su integración con tres cambios con relación al último enfrentamiento por las eliminatorias con derrota ante Perú. A saber: Martín Cáceres por Maximiliano Pereira, Gastón Silva por Fucile y Nandez por Carlos Sánchez. Es decir que varía el lateral derecho de la defensa con la salida de Pereira y Sánchez y también el otro, el izquierdo, con exclusión de Fucile. Contra lo que muchos puedan pensar no toca el corazón del mediocampo manteniendo a Álvaro González y Matías Vecino. Sí, contra Perú tampoco estuvo en la cancha Egidio Arévalo Ríos.
Así planteadas las cosas, a mi juicio el resultado del partido de esta noche dependerá de varias claves y la forma en que se despejarán algunas dudas que surgen de la evaluación de hechos.
De acuerdo a mi análisis las claves son las siguientes:
-1) El mantenimiento del nivel de juego normalmente habitual en la selección de las figuras claves del equipo: Diego Godín, Matías Vecino –muy grata revelación desde que Tabárez lo convocó y colocó como titular- y la dupla clase A (Suárez y Cavani).
-2) Una actuación sin fallas de Muslera (responsable ante Perú del casi inmediato empate de Guerrero); Martín Cáceres (“el Suárez de la defensa” según atinada definición de Tabárez) y Cristian Rodríguez (aquejado de problemas físicos en Peñarol que lo llevan a no entrenar varios días después de cada partido).
Y las incógnitas cuya respuesta brindarán los 90 minutos:
-1) Gastón Silva llega al encuentro con una prolongada inactividad. Realiza entrenamientos en Independiente de Avellaneda. Por la zona que debe controlar –la derecha del ataque adversario- es el lugar por donde casi siempre arranca sus jugadas Messi.
-2) Nahitan Nandez jugó su último partido el 9 de julio pasado ante Defensor. Desde entonces sus entrenamientos han sido alterados por las gestiones de su transferencia a Boca Jrs. Le tocará intentar controlar en el arranque al cordobés Paulo Dybala quien se mueve en ese andarivel del terreno.
-3) Álvaro González mantiene actividad en Nacional con alguna particularidad. A nivel internacional en el partido ante Botafogo en Río el pasado 3 de agosto, fue sustituido a los 33’ del primer tiempo por Silveira. En el plano local el domingo último frente a Danubio se movilizó con acierto en el primer tiempo decayendo en forma pronunciada en el segundo siendo sustituido a los 18 minutos. Tabárez lo mantiene –como contra Perú- en el doble 5 junto a Vecino. ¿Está físicamente para aguantar un partido de trámite internacional?
Hasta aquí las disquisiciones que siempre se realizan previamente a un partido. ¿Qué ocurrirá? ¿Cuál será el resultado? Es imposible responder estas preguntas no sólo en esta ocasión, sino en todas. ¿Por qué? Porque la mejor definición que existe sobre este maravilloso deporte la brindó Dante Panzeri. Uno de los grandes del periodismo argentino con quién mantuvo relación y correspondencia. Escribió un libro con un título que lo define todo: “Fútbol, dinámica de lo impensado”.
A este sentencia suele afiliarse Tabárez –sin mencionar a Panzeri-, pero no es casual que en todas las ocasiones cuando finaliza las conferencias de prensa señale lo mismo que dijo ayer sobre lo que ocurrirá dentro de poco en el estadio Centenario: “Será un partido muy, muy difícil, pero el desafío pasa por ganarlo. Vamos a ver a quién le da más el cuero más allá de las potencialidades, de los análisis previos y favoritismos. El partido se juega el jueves a partir de las ocho de la noche. Es cuestión de resultados. En la tabla de posiciones, en las sensaciones que van a quedar después del partido, todo es en función del resultado”.
O sea, “dinámica de lo impensado” y no importa cómo se juegue –bien o mal-, ni tampoco si el árbitro manifiesta imparcialidad en sus decisiones, porque lo único que queda es el resultado. Y a propósito del juez… ¿Por qué arbitra un peruano? ¿El clásico más antiguo del fútbol del mundo no merecía, por ejemplo, un juez brasileño, de imparcialidad absoluta porque su país ya está clasificado?