“Despacito por las piedras”
Emulando y parafraseando al que fuera jugador y luego periodista deportivo Don Carlos Penino, es que nos referimos al título de la nota porque es de una realidad a los hechos transcurridos, que resume nuestro transitar; con una frase suya.
Según relatos de nuestro socio fundador; entrenador José Eduardo Picerno, llevados al papel en nuestra revista de festejos de los 50 años de A.U.D.E.F (hoy yendo a los 54), nuestra gremial en la década de 1950 luego de la conquista mundial y pasada la eliminatoria para el evento de 1958, donde quedamos eliminados y pasado el mundial de 1962; se decidió entre los entrenadores agruparse para tener un lugar común desde donde poder lanzar proyectos de renovación e intentar aportarle al fútbol, o devolverle el lugar que Uruguay merece por historia.
Con el paso de los años se fue afirmando la presencia de la gremial en el fútbol; se presentaron proyectos para el fútbol en general, fútbol infantil, se trajeron entrenadores de renombre mundial a conferencias, uruguayos de recorrido internacional, se hicieron publicaciones de aportes técnicos, Proyectos para jugar en la altura, mejoramiento de pisos de estadios, se elaboró el Estatuto de entrenador vigente en convenio con A.U.F, se perfeccionó el mismo (costó una huelga en 1999), se creó el cargo de Gerente Deportivo que es de aporte total a la A.U.F (costó otra huelga en 1988), se instruyo y capacitó en un tiempo a entrenadores de A.U.F.I; se dan clases de ingles a los asociados; se construyó un Centro de Estudios donde estudian para recibirse de entrenadores de fútbol, regido por nosotros mismos (Instituto I.T.P-A.U.D.E.F) que opera en el propio Estadio Centenario, luego de muchos años de lucha se logró mediante convenio con U.T.U eliminar la esperanza a quienes nunca podrían ser entrenadores de fútbol y transformarla en realidad con el Plan Rumbo a los que no tuvieran Ciclo Básico, y hoy tienen ese anhelo concretado en real, se han hecho convenios con más de una veintena de gente que ha creído en nuestro crecimiento y realidad, el carne de libre acceso a nuestros asociados; donde, hoy, tenemos muy cerca la marca de los 500 socios, y solo esto a modo de ejemplo.
En cuanto a los proyectos “los cajones se los devoraron”.
Lo demás salió todo.
Dentro de los Estatutos internos de A.U.D.E.F está el hacer aportes al fútbol uruguayo por diferentes vías. Es decir que los fundadores marcaron una ruta que siempre se intentó transitar. Como no estamos solo se precisaba la aprobación. Muchas cosas no salieron; pero el paso del tiempo fue abriendo puertas y que se empezara a ver la capacidad de los entrenadores uruguayos en diferentes campos y no solo en una cancha de fútbol.
La A.U.F poco a poco fue viendo una “luz” en nuestras aspiraciones legitimas.
Una realidad que reconforta y “una caricia al alma” es la inclusión dentro de A.U.F; de cargos donde el aporte de entrenadores que están en los cuadros de A.U.D.E.F; son claves en la Asociación Uruguaya de fútbol como ser el Gerente Deportivo Entrenador Dr. Eduardo Belza; Coordinador de selecciones Juveniles Entrenador Jorge Ananía, y el Director de Desarrollo Entrenador Dr. Raúl Möller. Por si fuera poco esta confianza depositada en la capacidad del entrenador uruguayo y en A.U.D.E.F; la F.I.F.A se llevó al Entrenador Daniel Bañales para ser el representante en América del sur para el Desarrollo del fútbol, como Asesor técnico.
Nuestra gremial se siente plena.
A.U.D.E.F nació, creció y se desarrolló aportando al fútbol. La realidad de hoy ha cumplido con la idea, pensamiento y acción de nuestros fundadores y que se fueron cumpliendo a lo largo de 53 años. No fue nada fácil; lo escribo con total certeza que tengo a lo largo de 30
años de estar en esta casa.
Pero es idéntico a cuando estamos jugando en inferioridad numérica y perdiendo; sin embargo multiplicando esfuerzos se logra dar vuelta el resultado y en la hora.
Se disfruta esta realidad pero se está atento, porque alguien nos dijo una vez…….”no te duermas en los laureles…….porque se aplastan”.
Cuando alguien logra cumplir sueños de otros y los propios; se siente feliz.