Nunca le hicimos “asco” a nada
Agregando a lo del título de la columna; en infinidad de veces, Uruguay, en fútbol y donde le agregaría también en otros temas sociales o políticos; se ha enfrentado a injusticias históricas como ser, para traer un antecedente de fútbol; la infame suspensión a Luis Suárez, por parte de F.I.F.A, en cuanto a tiempo de duración, métodos, aislamiento y una especie de “deportación” sufrida por nuestro compatriota.
No de que no debía ser suspendido.
Es muy claro que es a “los adornos” de la suspensión recibida.
Cuando vemos que se le da vía libre, al insulto a un árbitro o integrante de una cuarteta; y con pruebas suficientes, para que un hijo tuyo vea por TV que se puede insultar al libre albedrío; que otro jugador tenga los suficientes argumentos como para imitar lo acontecido con Lionel Messi, al más alto nivel de competición sudamericana, y no en un partido amistoso o benéfico (donde igual estaría muy mal visto), es decir que a la luz de millones de miradas que observan atónitos en una trasmisión de una Clasificatoria a un mundial, como se destrata no una sino mas de una vez a las máximas autoridades dentro de un partido; y F.I.F.A, avala tal insulto soez.
No hemos sido de llorar sobre la leche derramada. Al contrario, creo que son inyecciones de coraje muy charrúas, estos acontecimientos. Rebeldía es lo que aflora en estos casos.
El caso emblemático de Luis Suárez en su reaparición, luego de la suspensión, dando por tierra cualquier pensamiento que supuestamente destrozaría su vida deportiva; al igual que lo hizo en Inglaterra soportando agravios permanentes por sus actuaciones, y volviendo con “toda su luz fulgurante”; nos hace reivindicar que estamos hechos para soportar y reponernos con valentía. Pero no por eso; callarnos; que es otro de los puntos altos de nuestras características.
Lionel Messi, hizo muy poco para que le levantaran la sanción.
Hubo otros movimientos políticos y de grandes multinacionales que “metieron presión” para dar vuelta una sanción que era justa pero corta.
Estos hechos hicieron aflorar fuertes críticas hasta de los propios argentinos que dejaron estampado en TV, prensa escrita y oral, la estafa (según sus propias palabras) que significaba esta “vuelta de tuerca”.
¡¡¡Que grande que es Uruguay!!!
Vuelven a la memoria injusticias como el cambio de sede en el mundial de Mexico 1970, el intercambio de árbitros en el mundial de 1966 en partido con Alemania, y me quedo solo con estos dos ejemplos; habiendo en la historia muchos más en perjuicio de un país de 3 millones que molesta por su bravura deportiva.
La rebeldía de Luis Suárez que luego de la sanción de F.I.F.A se transformó en goleador mundial y figura del orbe; nos da que tenemos la fuerza suficiente como para que el mundial 2018 no nos sea esquivo. Estas cosas son motivaciones que siempre acompañaron a delegaciones uruguayas sea de clubes o selecciones.
La F.I.F.A ha dado al mundo una lección de cobardía ante las multinacionales.