Penitencia para Uruguay…
Escribe Atilio Garrido / Fotografías Fernando González (enviados especiales)
Al minuto, un error del famoso Gonzalo Jara, que no pudo despejar una pelota muy fácil, encontrándose solo, permitió que el esférico le cayera de regalo a Luis Suárez en la posición de puntero derecho. Encaró al arco y, cada día más jugador, advirtió que Cavani entraba como un rayo por el medio del área. Mandó el pase perfecto y Cavani le pegó como venía, con toda su fuerza. La magnífica atajada de Claudio Bravo salvó el gol, rechazando la pelota que cayó en los pies de Álvaro González. Su remate desviado sobre el palo izquierdo de Bravo, concluyó la incidencia peligrosa.
Tal vez alentado por ese error defensivo de Jara, el equipo uruguayo mantuvo esa tónica ofensiva generando inmediatamente otra acción de gol. Un centro vertical al área lo recepcionó de cabeza Suárez. Bajó la pelota para Cavani que entraba sólo, con el arco de frente. Le pegó, nuevamente como venía con toda la fuerza, elevándose el remate por sobre el horizontal.
Una tercera chance se originó al llegar el minuto cinco. Otro envío aéreo para el ingreso de avani, ubicado en la media luna, no pudo ser controlado por el salteño. Resbaló, cayó al suelo desperdiciando la tercera posibilidad.
La cuarta clara surgió de una gran maniobra colectiva. Pase que recibió Suárez en la línea de la mitad del campo, sobre la punta derecha. Controló la pelota y sacó un notable pase para Carlos Sánchez que ingresaba en posición de entreala izquierdo. La bajó con el pecho, sacando el tiro con pierna diestra. El disparo salió lamiendo el palo zurdo del arco de Bravo.
Apenas pasado el cuarto de hora el superior juego de Uruguay arrojó sus frutos merecidos. Y llegó a través de otra gran maniobra colectiva. Nuevamente con participación de Suárez –le robó la pelota a Medel en la proximidad del área-, y pasó la pelota a Cavani en neta posición de piloto, colocado en la media luna, sacó el latigazo de derecha, de tremenda potencia, a media altura sobre el palo izquierdo de Bravo, cuyo vuelo no pudo impedir que inflara las mallas.
El dominio de Uruguay se mantuvo. Muy firme atrás la línea final, con un gran trabajo en el medio campo de todos sus hombres y, adelante, intratables Suárez y Cavani, llegó a los 27 minutos una nueva clara situación de gol para Uruguay, generada en el error de Medel quién dejó la pelota corta al enviarla hacia atrás para el Bravo. Entre ellos surgió Cavani como un fantasma, controló la pelota en una baldosa, y cortó la acción hacia la derecha para marcar el tanto. La enorme humanidad de Bravo se le cayó encima al salteño, reclamándose la sanción del penal que el juez paraguayo no cobró. ¡Penal enorme!
El descontrol de Chile al no poder tomar contacto con la pelota en la mitad del campo para armar ataques, y el azote que significaba cada pelota que recibía Suárez, derivó en una dura infracción de Arturo Vidal en su contra. La tarjeta amarilla salió al instante, mientras las protestas de los celestes por el penal no cobrado continuaban y los chilenos por la amonestación, originaron la pérdida de varios minutos.
Al promediar la primera etapa Suárez desequilibró -¡una vez más!- por la derecha, recibiendo un perfecto pase de Maximiliano Pereira, tras muy buena acción ofensiva del lateral, llegó al fondo y elevó el centro hacia atrás perfecto, para el ingreso solitario de Álvaro González. Estaba el segundo gol. Con cabecear a un costado alcanzaba. El golpe de testa envió la pelota a las manos de Bravo. En la acción siguiente, Suárez, siempre Suárez ganó de cabeza pasando la pelota hacia adelante, cuando fue barrido por la potencia de Jara quién le aplicó un codazo. En la incidencia siguiente, cuando Suárez, otra vez Suárez fue a pelear por alto la pelota con Medel, el chileno cayó al suelo. El juez paraguayo mostró la tarjeta amarilla a Suárez, dejándolo fuera del próximo partido.
Cuando concluía la etapa con un dominio total de Uruguay, en uno de los pocos ataques coordinados de Chile, cortaron la pelota hacia la punta izquierda por donde se proyectó Beausejour, perseguido por Maximiliano Pereira, quién no pudo cortarlo. El lateral sacó el centro rasante, a media altura, encontrándose Vargas en la línea el área chica, para cabecear al arco venciendo a Muslera quién no atinó defensa.
Minutos después culminaba un gran primer tiempo con un injusto resultado. Una etapa caliente que finalizó de esa manera, con Suárez y Jara mezclados en una discusión que provocó reclamos y refriegas entre varios jugadores. Uruguay debió retirarse ganador por más goles. Pudo convertirlos y debió disponer de un penal a favor. Chile llegó al empate como resultado de una perfecta jugada de ataque hilvanada a toda velocidad cuando la etapa llegaba a su fin. El partido está abierto. Uruguay tuvo la penitencia por no concretar la gran cantidad de situaciones que tuvo a su favor. Chile, se llevó un premio excesivo, de acuerdo al trámite del juego.