Pronósticos para el Clausura
Fue una de las peores entrevistas que hice en mi vida, si no la peor. Tenía cuatro páginas de La República Sport para que Schiaffino me hablara de la selección de Tabárez y la que se venía con Cubilla, que había asumido sin citar a ningún “repatriado” (como se les llamaba entonces a los futbolistas uruguayos que jugaban fuera del país). Cubilla había dicho que no citaría a ninguno ni para la Copa América ni para las eliminatorias. Casi todo el periodismo, los grandes medios, casi todos los periodistas de entonces que hoy siguen en actividad estaban de acuerdo con Cubilla y el público era permeable a esa prédica, aunque algunos opinaban que un par de jugadores “de afuera” podía ser aceptable traer, a pesar del “fracaso” (término proferido por los connotados formadores de opinión), del “fracaso” y de la “vergüenza” que habían sido, según esos medios, los “repatriados” traídos por Tabárez, para el Mundial del 90. Saqué el tema en la bonita casa de Schiaffino en Punta Gorda, sobre la rambla y me contestó con una sola frase: “sin sus futbolistas que juegan en el exterior, Uruguay no tiene ninguna chance”.
Me sorprendió su respuesta por el modo en que la dio y no supe reaccionar. Estaba ante el ídolo máximo de mi padre (y eso que mi viejo estuvo en el rincón de Dogomar Martínez en el Luna Park junto a Pancho Constanzo en la pelea con Archie Moore), estaba frente a Juan Alberto Schiaffino, pero no fue que me inhibí, ni que me puse nervioso ni nada. Fue que lo dijo de una manera tan categórica, tan segura e incuestionable, que no me animé a preguntarle por qué.
Además me asombró. Si hubiese dicho “poca chance”, o “yo creo…” o “salvo que…”, lo usual, se hubiera entablado –pienso– una conversación entre nosotros y yo hubiese obtenido material para hilar la nota con el título, pero el famoso Pepe Schiaffino se estaba jugando un pronóstico terminante, concretísimo, sin acomodo alguno posible, como para tener que pedir disculpas incluso si en una de ésas terminábamos peleando un quinto puesto sudamericano y surgía por ahí un poquitito de chance. No. “Uruguay sin sus futbolistas que juegan en el exterior no tiene ninguna chance”, fue lo único que dijo y no me dejó a mí ninguna chance para volver a preguntarle, lo que en la jerga periodística se llama “repreguntar”.
Otro pronóstico categórico que recuerdo me sorprendió por inusual, fue de José “Loncha” García. Un mediodía de 2007, estábamos en casa de Hebert Revetria, haciendo la sobremesa de un almuerzo, don Aníbal “Maño” Ruiz, don Loncha, el dueño de casa y yo. Fernando González sacaba fotos. En determinado momento, hablando de laterales por derecha, el Loncha lanzó un pronóstico totalmente jugado y sin ponerle ningún énfasis: “El Monito Pereira va a ser el mejor jas derecho con ida y vuelta del Mundial” (¡Todavía no habían empezado las eliminatorias!). Quedó publicado.
Existen dos tipos de pronósticos: los categóricos y los ambiguos.
El de Schiaffino y el del Loncha son de los primeros. Los que oiremos y leeremos en esta semana previa sobre el próximo Torneo Clausura serán, seguramente, de los segundos.
Serán del tipo “sí… pero no”.
“Peñarol será el Campeón por plantel y funcionamiento… salvo que se lesione alguno (alguno se va a lesionar y eso cambiará o no las cosas, pero el pronosticador tendrá las puertas abiertas para acertar en cualquier caso). “Nacional hizo las mejores adquisiciones… pero no está funcionando colectivamente”. “Nicolás Olivera desnivela… pero no ha podido entrenar últimamente con sus compañeros”. “Canobbio también… pero Danubio viene de una muy mala campaña”. Y así con todos. A fin de año siempre habrán conservado un “sí” o un “pero” para ufanarse con el consabido “como nosotros lo dijimos…”.
Gloria vana pero contante y sonante, de quienes se sienten calificados para pronosticar.
Yo no estoy calificado para pronosticar públicamente sobre fútbol.
Cualquiera que haya alcanzado a jugar en Cuarta sabe de fútbol más que yo. Incluso alguno de los comentaristas profesionales que se sienten calificados para hacerlo, sabe más que yo. No lo digo por modestia, no conozco ninguno que arme las frases mejor que yo, pero específicamente de fútbol alguno de ellos y muchos de mis lectores saben más que yo.
Y no me aflige en absoluto. Lo que lamento es que ya no esté el Loncha al pie del teléfono, para decirnos si en marzo Maximiliano Pereira recuperará su formidable nivel con la celeste por las eliminatorias.