Bruno Silva: luchó por su vida… salió adelante y hoy vuelve a empezar
Bruno Silva pasó los dos últimos años luchando por su vida. Encontró el verdadero valor de decir hola, buenos días y gracias y no mira más allá del futuro que puede tocar con la punta de los dedos. Una historia de vida llena de esperanza, familia y amigos que cuenta cómo un hombre logró llenarse de fuerza para volver a empezar.
Bruno Silva nació el 29 de marzo de 1980 en Melo. En el 2000 debutó en Danubio, camiseta que defendió hasta el 2003 en su primer ciclo. En 2004 llegó al Rostov de Rusia y ese mismo año volvió a Danubio para ser campeón uruguayo. En 2005 comenzó su carrera en Holanda, en el Groningen hasta el 2008 y en Ajax hasta 2010. Ese año se fue al Inter de Porto Alegre, donde se consagró campeón de la Copa Libertadores. Formó parte del proceso celeste de Óscar Tabárez en la selección, jugando partidos amistosos y de las Eliminatorias rumbo a Sudáfrica 2010. Hasta que en 2011 volvió al Ajax sin saber lo que le esperaba.
EL COMIENZO DE LA LUCHA
Los últimos dos años cambiaron la vida de Bruno Silva. En su regreso a Holanda le tocó jugar el partido más difícil de su vida. ¿Su rival?, la muerte. “Todo comenzó con el hombro que se me salía de lugar y cada vez era más frecuente. A principios de 2011, cuando volví del Inter de Porto Alegre al Ajax, jugamos con el Hamburgo en Alemania un amistoso y al comenzar la pretemporada se me salió el hombro. Ya estaba cansado de que me pasara eso porque cada vez que se salía tenía que quedar parado un mes. Por eso le dije al técnico que me quería operar. Él me dijo que era lo mejor, que era algo sencillo y en dos meses y medio volvía a jugar. El tema fue que cuando me operaron en Holanda me agarré una bacteria que comenzó en el hombro y que se me fue para la sangre. Ahí se complicó todo. Los médicos se tuvieron que olvidar del hombro y se pusieron a trabajar en salvarme la vida. Cada vez que me intervenían me sacaban de todo del hombro. Lo principal era sacarme lo que me habían puesto en la primera operación, donde se había formado la infección. Pero también perdí cartílago y hueso. El hombro me quedó hueso con hueso.”
EL PEOR MOMENTO, SALIR ADELANTE, FAMILIA Y AMIGOS
Hoy en día, Bruno lo cuenta con la calma de que ya pasó, es una anécdota que lo marcó para el resto de su vida. Pero en su momento fue difícil, sobre todo cuando se dio cuenta, por primera vez, de que su vida estaba en juego. “Al tercer día de estar internado en Holanda quise mover el pie y no pude. Estaba con el Nico Lodeiro y mi familia. Ahí me di cuenta que estaba muy mal. Ese fue el peor momento. Después, en la tercera operación le pregunté al médico qué se me iba a hacer y le dije que si me tenía que cortar el brazo lo hiciera, porque yo quería vivir.”
Uno no puede curarse simplemente pensando que va a estar mejor, pero si se logra tener ese sentimiento, seguramente el camino no se haga tan cuesta arriba. Bruno tuvo la fortaleza de ser optimista y calmo. Todo eso, sumado al apoyo incondicional de su familia, lo impulsaron a ganarle el duelo a la muerte. “Todo me ayudó a salir adelante, mis hijas principalmente, mi familia, la gente que me ha rodeado, los amigos. Cada uno tiene sus fuerzas. Lo fundamental fue que me di cuenta que estaba muy mal pero nunca me desesperé. De mañana los médicos llegaban y hablaban de lo peor, pero yo siempre era positivo. También me ayudó mucho toda la gente que hizo cadenas. Yo creo mucho en eso y me llegaron un montón de cosas.”
Una de las consecuencias positivas que cosechó Bruno en estos últimos dos años fue la gratificación de saber que en la vida hizo bien las cosas. Por eso no solo tuvo una familia que lo ayudó a salir adelante, en esta historia también hubo amigos que fueron fundamentales para su recuperación. “Estuve cinco meses en una clínica de rehabilitación. Llegué ahí gracias al “Ruso” Pérez. Yo ya había averiguado y había tomado la decisión de operarme en Estados Unidos para tener calidad de vida. Estaba seguro que iba a dejar de jugar. Hablé con varios compañeros sobre eso. Antes de que me fuera de Europa fui a visitar al “Ruso” y le conté lo que iba a hacer. Él me dijo que me quedara en Italia, que me iba a llevar con un médico que me podía operar. Cuando lo fuimos a visitar el doctor me garantizó calidad de vida y que iba a poder seguir jugando. Cuando salimos de ahí no lo podíamos creer. Le dije al “Ruso” que me quedaba ahí. Al mes me instalé y estuve cinco meses ahí. Por eso le voy a estar eternamente agradecido. Al igual que a Eguren, que la primera noche después de la operación viajó de España a Italia para pasar conmigo.”
Dicen que lo que no te mata te fortalece, parece que a Bruno Silva le sucedió eso. Después de ganarle a la muerte el partido más importante de su vida, cambió la forma de ver las cosas y aprendió a valorar lo realmente importante. “Siempre fui de perfil bajo, todo esto me dejó que a la vida hay que disfrutarla. No hay que complicarse por cosas que no valen la pena. Después de una situación límite en la que ves esas cosas, le das un valor increíble a todo. Yo festejé cuando pude ir al baño normalmente. Disfrutar de la familia, de los amigos, decir buen día, buenas tardes, decir gracias, son todas cosas que ahora se valoran más. No hay que perderlas.”
EL NUEVO “VOLVER A EMPEZAR”
Bruno se recuperó y hoy en día puede vivir con la misma normalidad que antes. Mucho más rico por dentro y con la fuerza de un héroe, vuelve a las canchas para defender los colores de su tierra natal, Cerro Largo. “Esta nueva etapa empieza bien, en Cerro Largo siento que estoy en mi casa junto a gente que conozco desde hace muchos años. Después de todo lo que me pasó estoy muy contento. En lo físico me ha costado un poco por los dos años de inactividad que tuve. Trabajé toda la pretemporada a la par de mis compañeros, pero cuando hicimos un poco de fútbol lo sentí un poco más. Pero el médico me vio y me dijo que eraalgo común. De la lesión estoy bien, a veces un poco incómodo, pero es normal. Tengo menos movilidad, la normal no la voy a recuperar. Me quedan algunos miedos. Después de dos años quietos el cerebro le deja de mandar órdenes a esa parte del cuerpo, pero me voy recuperando bien. Juego con normalidad, cubro la pelota sin problema, ya me he caído y golpeado y no ha pasado nada. Estoy contento. En Melo me han tratado muy bien, es algo impagable. Ojalá se haga una buena campaña. Voy a aportar todo lo que pueda en donde me toque jugar. Mis objetivos son los del club. Entrar a la Sudamericana otra vez, hacer una buena campaña y hacerse fuerte de local. Pero después de todo lo que me pasó yo siempre digo que al futuro hay que mirarlo pero siempre tocarlo con la punta de los dedos.”
Por más que la vida lo puso de nuevo en el punto de salida, este debut no es el mismo que el del 2000 en Danubio. “Es un volver a empezar distinto. El mes que viene cumplo 33 años. La motivación es la misma de siempre. Ojala pueda jugar muchísimos años más. Uno comienza a jugar porque le gusta, después te lleva a ser profesional. Yo no vine por plata, vengo para sacarme un gusto. Estoy ansioso porque quiero volver a la cancha. Recorrí el mundo buscando una solución y la encontré. Ahora quiero jugar para que mis hijas me vean en las canchas hasta que me retire.”
Jugó en Europa y fue campeón de América con el Inter de Porto Alegre. A punto de cumplir 33 años está reiniciando su carrera con todos sus objetivos puestos en Cerro Largo, pero siempre va a estar la posibilidad de volver al exterior. “Si me llega una oferta del exterior la voy a pensar. En estos momentos no se me pasa por la cabeza porque en Cerro Largo me voy a quedar un año. Llegado el momento lo analizaría con la familia. Pero con más tranquilidad que antes, seguro.”
SU FUTURO EN EL “CAMPO” DE JUEGO
El fútbol no es su única pasión. Cuando estuvo cerca de retirarse tuvo claro qué iba a hacer. Por eso lo dice con entusiasmo y con el deseo de que llegue ese momento. “El campo me encanta, el plan era retirarme y vivir del campo. Me da tranquilidad y paz. Tengo que aprender muchas cosas. Ojalá me llegue el momento. Después de retirarme, todavía no tengo seguro si voy a seguir en el fútbol.”
Puede parecer el guión de una película, pero no lo es. Los últimos años de Bruno Silva fueron toda una historia para él. Cuando la vida parecía seguir un rumbo normal, se encontró cara a cara con la muerte. En el momento que lograba salvar su vida pero no su carrera, apareció el “Ruso” Pérez y lo ayudó a rescatarla. Siempre contó con su familia, con sus amigos y con gente que le brindó todo el apoyo desde donde pudo. Bruno salió adelante y para muchos se transformó un ejemplo de vida.