Maxi Cantera, el jugador de la etapa
Maximiliano Cantera vive en el paraje El Tropezón
Maximiliano Cantera vive en el paraje Tropezón donde con su señora está construyendo su casa propia
Maximiliano Cantera es de Los Cerrillos, vive en el paraje El Tropezón. Cada mañana camina un kilómetro y medio hasta la parada del ómnibus que lo lleva desde Los Cerrillos a Las Piedras, por donde pasa a buscarlo Maximiliano Pérez para ir juntos a las prácticas de Fénix. Maximiliano Cantera fue el mejor jugador de la décima fecha del Clausura anotando los dos goles con que Fénix le ganó a Wanderers y se acerca a la clasificación a una Copa internacional. Con su señora están construyéndose una casa al fondo de la de sus suegros en El Tropezón. Habitan por ahora en la casa de sus suegros y están esperando un niño que ya tiene nombre: Román.
-Ahora sí que me puse las pilas. Estamos esperando un hijo.
Maximiliano Cantera tuvo varias oportunidades en Europa, primero en Suiza, luego en Italia, nada menos que en el Bologna, la tercera en Rumania, pero se volvió “no por razones futbolísticas, sino por cosas de gurí chico, que extrañaba”. De todos modos su represente siguió consiguiéndole oportunidades y así llegó a Fénix, en préstamo de Liverpool. Maximiliano Cantera tiene recién 22 años y puede tener una nueva oportunidad, para, ya con familia,, más templado, volver a jugar en Europa.
“En infraestructura los clubes donde estuve en Europa no se comparan con los de Uruguay. Impresionan”.
-Arranqué en Juventud de Las Piedras en preséptima. Hice ahí séptima y sexta. De allí Pablo Bentancur, que la verdad me dio siempre nuevas oportunidades, me llevó a Peñarol, donde jugué en sub-16 y en quinta. Me fui para Suiza. Volví, aunque me había adaptado al juego europeo, pero no me quedé, me fui para Italia, al Bologna, pero por cosas de gurí chico, que extrañé, tampoco me quedé y volví. Jugué en Cerro Largo, donde estuve un año. Me fui a Rumania, donde no arreglé. Volví a Uruguay y entré en Liverpool, Jugué un año en la B, subimos, jugué seis meses más en Liverpool y me dieron a préstamo. Ahora estoy en préstamo.
En cualquiera de los equipos que fui en Europa es otra infraestructua, nada que ver con los de Uruguay. No se compara. El Bologna, por ejemplo, es impresionante. Es la realidad, pero uno va orgulloso sabiendo que es uruguayo. Cada vez que volví, sinceramente, no lo veía como un fracaso porque no era por lo futbolístico sino por cosas de gurí chico. Porque si volvés por lfutbolístico, capaz que te sentís mal y capaz que hasta no jugás más al fútbol, pero no fue por eso, así que la seguí remando y ahora, cuando empecé a jugar en Fénix, fue cuando me puse las pilas porque mi señora está embarazada. A donde me tenga que ir, voy.
“EN FÉNIX LO MÁXIMO NO ES LO FUTBOLÍSTICO”
La verdad que a mí en Bologna me trataron de maravilla pero tá, extrañaba. Ahora capaz que uno estaría mejor en todo, me quedó esa espina, pero seguí jugando al fútbol porque me dieron nuevas oportunidades.
He jugado en todos los puestos. De juvenil jugaba de 9, después de enganche y cuando llegué a Primera ya me pusieron de volante por los dos lados y con Rasario Martínez llego a jugar de 5 también. La verdad que, sinceramente, cuando llego a Fénix lo máximo que vi no fue lo futbolístico, porque vi un grupo humano muy importante, que estamos todos luchando pa’ lo mismo y eso es muy importante. Siempre me trataron bien, desde un principio, espectacular y por eso sé que vamos a llegar a lograr cosas importantes.
“En Fénix lo máximo que vi es el grupo humano”.
Contra Wanderers me sentí muy bien por los goles pero por el desgaste de mis compañeros, porque respondimos todos a cómo era la situación del partido. Estábamos con un resultado adverso y lo pudimos remontar luchando todos juntos.
Ahora espero tener continuidad y buen juego y el primer objetivo nuestro era salvarnos del descenso: Lo vamos consiguiendo y siempre trabajando, los objetivos ahora los vamos a poner nosotros si estamos conscientes de lo que nos estamos jugando, con perfil bajo que las cosas van a venir nomás.
Espejos…
Miro a Crstiano Ronaldo, pero nada que ver conmigo. Lo admiro nomás. En el medio me gustan jugadores como Gago, Riquelme, Verón…
Maximiliano Cantera es el varón menor de nueve hermanos (tiene una hermana menor) y su padre falleció cuando él tenía doce años. “tengo a mi vieja”. Hizo la escuela 123 de Los Cerrillos. “Yo no era muy bueno en los estudios y me dediqué al fútbol y por suerte llegué a Primera”.
“Quiero agradercele a Pablo Bentacur que siempre me dio oportunidades para seguir jugando en Primera”.
Maximliano Cantera, camino a su natal Los Cerrillos, desde donde viaja cada día a Las Piedras y hasta Fénix
