Prof. Valenzuela y el adiós a Danubio

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El Prof. Alejandro Valenzuela en casa con la huella de las camisetas de los clubes y la Celeste donde trabajo; el preparador físico habló de su salida de Danubio.

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La renuncia del Prof. Alejandro Valenzuela a Danubio sorprendió. La decisión que pensó hace tiempo se consumó el sábado en la carta que leyó al plantel. “Asumo el error por el momento”. ¿Qué pasó con el preparador físico, experimentado, que tuvo a los españoles Raúl y Xavi Hernández en Qatar? “Se fueron jugadores importantes, de clase y percibí que el grupo no era el mismo. Uno queda como viejo pero hoy cuesta llegarle a la juventud. Me voy a preparar para volver”. Su experiencia, el fútbol uruguayo y Nacional “pisa como equipo grande, entra perdiendo…”

“Me sorprendieron los llamados y la repercusión. Reconozco que en estas situaciones suele suceder que el técnico se vaya. Me sentía en el debe con Danubio por el esfuerzo que hicieron” explicó el Prof. Alejandro Valenzuela, el preparador físico que dejó el cuerpo técnico de la Franja.

-¿La decisión se confirmó el sábado antes del partido?

-“Les leí la carta al plantel en el calentamiento y se los comuniqué tanto a Jadson (Viera) como a Luis González.  Dudé si lo anunciaba antes o después de partido.  Los jugadores me tienen aprecio y quería retribuir esa confianza. Asumo el error en el momento. Como se dice, con el diario del lunes es más fácil”.

-¿El presente deportivo de Danubio influyó?

-“Es parte de todo. La motivación es propia, viene de adentro de ellos. Uno la puede hacer. Les hablo con el corazón. No soy de imponer ni de ocupar el rol de Jefe. Trato de convencer, llegarles. Eso influyó. Se fueron jugadores importantes, de clase y no se trajo a nadie”.

“EMPECE A PERCIBIR QUE EL GRUPO NO ERA EL MISMO”

-¿Eran gravitantes en todo sentido?

-“Me refiero a Ricca, Torgnascioli y Formiliano. Luis (González) le dio confianza al plantel y tratamos de suplirlo con actitud, entrega. Sin embargo, empecé a percibir que el grupo no era el mismo”.

-¿En lo anímico o en el juego?

-“No hablo de la experiencia porque están Jadson Viera, Olivera, Bola Lima, Carlos (Grossmüller), Pasa por la actitud de juego. Torgnascioli (Franco) era un líder positivo, en silencio. Soy enamorado del error. Me gusta perder y corregir. Cuando se gana y el error no termina en gol no se corrige. Anduvimos bien en los amistosos de pretemporada. Fuimos a Porto Alegre con tremendo calor. Horas de ómnibus y le hicimos gran partido a Gremio. ¿Cómo no hacerlo en los partidos oficiales?”

“UNO QUEDA COMO VIEJO”

-¿Encontró el motivo?

-“De repente uno queda como viejo porque hoy cuesta llegarle a la juventud. Danubio había sido mi último club en el país, en 2002. Vine a la Selección y encontré hambre bárbara, los suplentes motivaban a los compañeros. En Ecuador, Qatar, con futbolistas de diferentes nacionalidades, lograba motivarlos. Los árabes se quedaban a escuchar las charlas”.

-¿Por qué no en Danubio?

-“Aprendo de los errores. Averigué con un empresario en Brasil por qué a Gremio no contrató a Nacho González. Me dijeron el motivo y se lo comenté para que corrija, mejore y progrese. Nunca lo hagan con el enemigo para no advertirlo. Hay muchachos jóvenes que recién comienzan y están enojados porque no juegan. Alentá a tu compañero, entró a la cancha él no un adversario”.

-¿Eso desgastó?

.”Claro. Son buenos muchachos. Sucede que está antes que nosotros. Muero con la hermandad del grupo. Insisto, quedo como viejo. Una vez les pasé el video del gol que erró  Valdano mundial del ’86 contra Bélgica. Les dije que Valdano estaba hecho pedazos y su compañero de habitación era Trobbiani que no había jugado un minuto. Compartían y vivieron el fútbol, en esa Copa del Mundo, desde los mejores momentos a los difíciles. En la final, Valdano cuando hace el gol corre 80 metros, se acuerda del error anterior y festeja con Trobbiani que lo había alentado. Trobbiani fue campeón del mundo sin haber jugado hasta ese momento. No se Bochini, quizás estaba con otra cara porque jugaba otro. Ahí va el ejemplo del compañero”.

“VOY A VOLVER A DANUBIO”

-¿Es una prueba como profesional convencer a los jóvenes?

-“Es un reto personal. Estoy leyendo un libro de los All Blacks. Le pedí a un sicológico amigo, Delgado, que quiero hacer una charla con él para hablarle a la juventud de hoy, como motivarlos. Es una cuestión de orgullo y humildad. Me voy a preparar para volver a Danubio”.

-Hoy se trabaja en forma integrada en los cuerpos técnicos.

-“No separo la parte físico desde el contenido al trabajo con pelota. Si no, sacamos la pelota y andá a correr. Prefiero un jugador peor físicamente pero que sepa correr, que entienda lo que va a hacer el compañero. Ese es mejor. El otro corre de más. Me quedo con el cerebro más rápido antes que un músculo”.

-¿Hay que adaptarse al cambio?

-“En la sociedad el exceso de individualismo es real. En nuestra actividad, los jóvenes ven poco fútbol. Yo soy padre de la generación que hemos fracasado. Antes mandaban nuestros padres. Ahora les preguntan a los hijos que queres comer. Mirá si antes les íbamos a decir que debían hacer. Los hijos son el centro de atención. En el fútbol la prueba es constante. La Internet, todo lo que hoy es accesible”.

 

XAVI Y RAÚL “HIZO 465 GOLES A UN TOQUE”

-Comentabas ayer que te envió un mensaje Xavi Hernández desde Catar. ¿Por qué con los consagrados sí y los que empiezan no?

-“Sí, Alejandro te habla Xavi me decía. Estaba informado. Lo tuve en Al Sadd. Un crack. También Raúl González, emblemático en el Real Madrid, dos años en Al Sadd. Aprendí mucho. Tiene una interpretación del juego única. Siempre eligiendo la mejor decisión. Inteligencia, capacidad y mentalidad que nunca había visto. Me sorprendió cuando trabajé dos años con él. Todo lo hizo fácil. Comentando aquel golazo de Zidane en final de Champions. Vio el video y dijo que si no era gol de Zidane era de él porque ya estaba picando. Hizo 465 goles a un toque, siendo lento”.

-Todo un sueño compartir con esos fenómenos.

-“Tengo una anécdota bárbara. Una vez olvidé ir a la Escuelita del Kilómetro 23, en la Ruta 8,  a dar una clase. Me llamó un amigo y me hizo acordar justo en el día que me iba a Qatar, en invierno, entrenando a chiquilines. Lo hice, viajé a Qatar y después a Alemania en el homenaje a Raúl. El Estadio estaba lleno, yo con el chaleco para darle a Raúl. Miraba el entorno y me acordaba de la imagen de los niños, la cara opuesta de esa realidad”.

LOS JUVENILES,  LOS ENTRENADORES Y NACIONAL: “PISA COMO EQUIPO GRANDE, ENTRA PERDIENDO”

-¿Ahora qué será de la carrera?

-“Voy a ayudar a Luis González en juveniles. Tiene un equipo multidisciplinario con sicólogos, nutricionistas. Daré mi punto de vista que hay talento y todo es cuestión de constancia. Intento actualizarme y prepararme para el futuro. Leo libros de Vicente Lombardi, entrenador de fútbol americano, Phil Jackson de la NBA, Guardiola, Bernardinho que es entrenador de voleibol de Brasil. Ahora estoy leyendo uno de los All Blacks. Son todos deportes de primera en la mentalización del grupo, no de las individualidades. El jugador es bueno si hace crecer al grupo. Me traes uno 10 puntos y otro de 6 que haga evolucionar a los demás y me quedo con él”.

-¿Qué  sorprendió del fútbol uruguayo?

-“La rigurosidad característica de defender bien, la paciencia de Fénix. No sale a atacar y no se desordena en un fútbol donde el empate es perder.  Me gustó la intensidad de Nacional. Pisa como equipo grande. Entra a los partidos perdiendo porque es cuando los equipos juegan rápido y atacan. Se verá en la próxima instancia de la Copa, el “mata mata” es otra historia. Ahí se inicia de nuevo. Las canchas mejoraron, la característica de destruir y no permitir el juego del rival. Es difícil jugar acá. No es  casualidad que Plaza esté ahí, uno ve que hay un equipo. Lo de Carrasco es distinto porque tiene su mentalidad”.

-¿Hay propuestas para emigrar?

-“Honestamente, no lo tengo pensado. La prioridad es familiar para disfrutar en el país. En Catar tengo las puertas abiertas, también en una Academia. La Liga de Quito me consultó por Gutiérrez (Alvaro). Un día le dije a mi señora pasando con el Fiat 600 alguna vez voy a estar acá pasando por Los Aromos. Al poco tiempo, llegó un yugoslavo, técnico campeón de la Champions (Ljubomir Petrovic), me vio en un entrenamiento y dijo voy a trabajar con él desde el lunes. Fue en Las Acacias, en la cuarta división. Estaba con Jorge (Fossati), el Profe Palese (Guillermo) y el Profe Alzugaray. Fui el Profe más joven en primera. No lo ví más a Petrovick. Ferro  me comentó que lo volvió a ver en un viaje”.

Alejandro Valenzuela, el preparador físico, terminó su segunda etapa en Danubio. “Me quedó la alegría de haber trabajado en mi hijo (Agustín), técnico asistente. Les hice el planteo a los dirigentes y lo contrataron. Va a seguir con el Teca (Gaglianone)”. De Ljubomir Petrovic a Fossati en juveniles, River Plate, primera en Peñarol ’96, Cerro Porteño, Danubio,  Colón, Liga Deportiva de Quito, la Celeste 2004-2006, Internacional de Porto Alegre, Al Sadd; hasta su camino en Al Sadd, Selección de Catar, Liga de Quito, Al Saad Club.

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