Exclusivo: el “Loco” se confiesa deseando felicidad para todo el fútbol uruguayo
Habló de la “Operación Retorno” a Nacional y de la rescisión del contrato con Botafogo. Contó cómo desafió a la creencia de que el 13 era el número de la mala suerte. Se refirió a la selección uruguaya y su deseo de estar en la Copa del Mundo de 2014. Una nota imperdible al estilo de tenfield.com.
Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (Desde Punta del Este)
Teníamos que pensar en una nota que nos permitiera representar fehacientemente el nuevo año que nace. ¡El 2013! La idea surgió del “Gallego” González, con quién compartimos la conducción del relanzamiento de tenfield.com junto con el Dr. José Amorín.
-“Hay que buscarla por el año 13, por el lado de Abreu que es el loco por ese número…”
-¡Bárbaro “Gallego”, dale, manos a la obra!
No es fácil en estas fechas poder llegar a las grandes estrellas del fútbol. Estrellas que como Sebastián Abreu se refugian en Punta del Este con su familia, buscando los momentos de tranquilidad para disfrutar de las que son, generalmente, cortas vacaciones. Pero, ocurre que Abreu es un profesional con mayúsculas. Un muchacho a quién la mucha fama, que viene acompañada de comodidades placenteras que modifican conductas, sigue siendo aquel mismo botija que en su Minas natal soñaba con ser ídolo popular. Que no cambió su forma de ser. Que conoce como pocos el poder de la comunicación, ese ida y vuelta del contacto con las masas a través del periodismo. Por ese motivo, por ser como es Abreu –siempre cálido y afectuoso con su sonrisa a flor de labios–, todo resultó fácil. Tan fácil que, encontrarnos con él resultó más sencillo que vivir la difícil larga cola en la caja de la papelería del Shopping para comprar una cartulina y un marcador azul. Esos elementos luego fueron utilizados para escribir el mensaje que Sebastián se empeñó en enviar a todo el fútbol uruguayo y que nos puso como condición cuando pactamos la entrevista. Cuando tuvo la cartulina en sus manos firmó con cariño el: “feliz fútbol uruguayo 2013”. Y le agregó su impronta: “Loco picadita 13”.
EL NACIMIENTO QUE CAMBIÓ UN HISTORIA
Inmensidad azul de océano, rambla de dos manos cada día más apretada por la modernidad del hormigón que busca altura rascando el cielo. Vidrio de suelo a techo de los edificios para que ese brochazo de natura al que el hombre agregó lo suyo, se introduzca en la serenidad de un living o el bullicio de un comedor a la hora del almuerzo “con vista al mar”. Un enorme crucero blanco se me ocurre definirlo como un gigante elefante blanco que reposa a metros de la playa mansa en la parada 18 y medio. Cruzando la rambla en el complejo edilicio Lincoln Center, varias modernas torres suman su presencia a ese cambio que va sufriendo el paisaje. En una de ellas, de nombre Madison, descansa Sebastián Abreu. Apenas un escueto slip que cubre las partes genitales deja al descubierto su físico impecable, sin una gota de grasa, donde sobresalen decenas de tatuajes. Físico que Abreu, de 36 años cumplidos el 17 de octubre, cubre presuroso cuando el “Gallego” González busca con su cámara un primer plano. Después del registro Abreu se estira cómodo en el mullido sillón y comienza el diálogo.
-¿Cómo nació esta acción de contrariar lo establecido y transformar el tradicional 13 sinónimo de “la yeta”, en un número de suerte?
– “Ahora ya es un mito, pero no resultó fácil. Es algo que quedó instalado dentro de mi vida no solo deportiva sino también social, porque ahora se puede ver en la calle, en la gente –principalmente en Uruguay–, que se ha cambiado el concepto de que el 13 es mala suerte. ¿Cómo surgió en mí ese pensamiento? Fue de guacho, de botija, impulsado por esa irreverencia que tengo de no creer en la mala suerte. Me revelé contra muchas cosas de este tipo que instaban instaladas en la sociedad. No hay que pasar por debajo de una escalera porque es mala suerte; si rompes un espejo es mala suerte; si se te cruza un gato negro es mala suerte; si entras a la cancha con el pie izquierdo es mala suerte y por eso hay que entrar con el derecho. Dentro de esas creencias figuraban los números 13 y 17 como los de la mala suerte”.
-¿En qué momento decidís que tu camiseta iba a ser la número 13?
-“También de chico. Siempre fui enfermo hincha de Nacional. Allá por el año 1992 mirando un partido de Nacional debutó un jugador atrevido, habilidosos, que manejaba la pelota con la pierna derecha y la izquierda con una facilidad tremenda y que hacía caños con mucha facilidad. Ese jugador que debutó llevaba el No. 13 y era Fabián O’Neill. Yo jugaba en Nacional de Minas, no estaba en Montevideo. A partir de ese momento pensé y me prometí incorporar a mi vida deportiva jugar con la camiseta con el No. 13. Meses después vengo a Montevideo para incorporarme a Defensor. Todavía estaba vigente la reglamentación que obligaba a los clubes a numerar a los jugadores del uno al once, pero en Defensor, por un tema de tradición, las camisetas números trece y diecisiete no figuran. A los delanteros suplentes les daban del número 18 hacia adelante. Me suben a primera, viene la Copa Libertadores de 1996 y yo estaba en el plantel. No había como escaparle porque había que inscribir a los jugadores en la lista de buena fe. Yo era el quinto delantero en Defensor. Estaban el ‘Polilla’ Da Silva, Vidal González, De Lima, Diego Pérez –aquel moreno que un Sudamericano Sub-17 en un partido había convertido algo así como seis o siete goles en un partido–, el ‘Loco’ Dos Santos y después venía yo. Entonces pienso que en este caso la camiseta No. 13 me la podían dar a mí, porque normalmente en Defensor en estos casos donde había que poner No. 13, se la daban a los que tenían menos chance de jugar. Yo era la quinta opción en el ataque, así que era muy difícil que jugara en la Libertadores. Entonces le dieron la 17 al tercer arquero y la 13 me la dieron a mí. Yo ya estaba feliz porque había conseguido por primera vez tener la 13 y poder competir. Se va desarrollando la Copa, se lesiona De Lima, el ‘Polilla’ se contractura y ahí Defensor queda con Diego Pérez y Vidal González que hacía el trabajo por afuera. Un día Ahuntchaín se la juega y me dice, ‘bueno vas a jugar de titular contra Universitario de Perú’. Ese partido lo teníamos que ganar para clasificar a octavos de final. Fue en el Parque Central, en mi casa aunque no sabía que lo sería en el futuro, y convierto los dos goles con los que ganamos. Después vienen los partidos de octavos ante Universidad de Chile y hago los dos goles de Defensor en Santiago y los dos goles en Montevideo, otra vez en el Parque Central. Quedamos eliminados por penales. Pero yo, jugando con la 13, en tres partidos hice 6 goles y quedé en cuarto lugar de la tabla de goleador junto con Francescoli que con River Plate que fue campeón jugó todos los partidos, y detrás de Anthony de Avila de América –el otro finalista–, que marcó 11 goles, Crespo de River con 10 y Biaggio de San Lorenzo con 7. Después de la Copa Libertadores viene el Campeonato Uruguayo…”
AQUELLA CHARLA CON AHUNTCHAÍN Y LAS CABALAS
-¿Y ahí como hiciste? Porque contaste que en Defensor, cuando no estaban obligados como en la Libertadores, no le daban el número 13 a nadie?
-“Y bueno, fui a hablar con Juan (Ahuntchaín) que era el técnico y así como hay tradiciones –la de que no hubiera 13–, también existen las cábalas. Entonces le digo a Juan: ‘me está yendo bárbaro con este número, no puedo cambiar para ponerme la 9”. Entonces tuvieron que ceder y arranqué a jugar con la 13”.
-¿Y en la selección?
-“Bueno, otra vez la suerte. Me cita Héctor Núñez en 1996 para la selección para unos partidos amistosos. Estaba de suplente. El ‘Vasco’ Aguirregaray que había jugado los partidos anteriores de las eliminatorias para el mundial de 1998 en Francia, no fue citado. Porque si no me cagaba el ‘Vasco’ que también usaba la No. 13 y en ese caso, por un tema de trayectoria yo tenía que achicar. Entonces al no estar el ‘Vasco’ chapo la 13 y debuto entrando a sustituir a Javier Delgado en el partido ante Japón, el 25 de agosto de 1996 en el Estadio Nagai de Osaka. Y esa tarde, la del debut, convertí un gol. Perdimos 5 a 3 y los otros dos los hizo Recoba. A partir de ese momento, hasta el día de hoy, nunca cambié la No. 13 en la selección”.
-¿En tu larga trayectoria y en la cantidad de equipos que defendiste, nunca tuviste impedimentos para jugar con la camiseta No. 13?
-“En dos lugares. Primero en San Lorenzo cuando fui la primera vez , porque agarré todavía la regla del uno al once, y después en España cuando fui a La Coruña, porque la Federación Española dispone que el No. 1, el 13 y el 25 son los números fijos para los tres arqueros. Pero fijate lo que son las cosas, te voy a contar una anécdota cortita. Cuando llego a La Coruña no tenía, vamos a decir tanta fuerza como para llegar al utilero y buscar una solución. Pero después, cuando llego a la Real Sociedad, el utilero sabiendo mi enfermedad por la No. 13, me llame y me dice: ‘chaval, ya tengo una solución para la camiseta’. Entonces le pregunto. ¿Michelo –era el nombre del utilero–, cual es la solución? Me mira, agarra la camiseta y me dice: ‘vas a jugar con la 18, pero para nosotros va a ser la 13’. ¿Qué hizo? Puso el No. 1 y después para hacer el 8 había agarrado dos números 3 y los unió para que formaran el 8 pero le hizo una franja en el medio, separándolos. Entonces Michelo decía: ‘para nosotros, chaval, es la 13, el 1 y el 3, para los jilipollas será el 18’. Estuvo bárbaro. Después, en todos los demás clubes, siempre jugué con la No. 13”
URUGUAY SIN No. 13 EN LA COPA DEL MUNDO DE 1962
-Te voy a dejar una anécdota. Uruguay fue a la Copa del Mundo de 1962, en Chile, con tres directores técnicos (Juan López, Roberto Scarone y Hugo Bagnulo). Como se sabe en el ambiente del fútbol, “el Hugo” era terrible cabalista y creía que el 13 era le yeta. Entonces, por ese motivo, en el plantel no hubo jugadores No. 13…
-“Bueno, pero si en ese momento Hugo hubiera visto todos los goles que yo hacía, seguro que como Juan iba a aceptar que yo jugara con la 13…”
-Y llegamos al 2013, el año del No. 13 de este milenio. ¿Cómo lo ves? ¿Cómo quieres que sea? ¿Cuáles son los proyectos?
-Esa es otra cosa que se me da. ¿Te das cuenta? El otro día lo hablaba con mi señora. Pensar que con lo fanático que soy del número 13, voy a tener el privilegio de poder vivir un año 13. Porque por problemas lógicos, no todo el mundo tiene la posibilidad de vivir su año. Entonces, como esto de mi fanatismo por el 13 la gente lo sabe y se ha hecho eco, todo el mundo me dice, el año que viene es tu año, es el 13. Entonces yo también mentalmente he ido pensando en el tema…”
-De pronto, como ocurrió en el 2009, haces el gol final que nos lleva a la Copa del Mundo de 2014. Sería impresionante…
-“Eso, sea el año 13 o no, siempre lo tengo en la mente porque uno está preparado porque sabe que la vida me ha dado la bendición para que en momento especiales me tire esa soguita para poderla aprovechar. Pero más allá de lo deportivo y con ese sabor especial que tendrá este año 2013, lo que uno quiere es que continuemos teniendo salud para toda la familia. Hace poco tiempo perdimos una abuela. Son cosas que sentimentalmente te tocan mucho. Porque deportivamente salir campeón o no es pasajero y si no lo lograste un año lo podes pelear el otro para conseguirlo porque nace un nuevo desafío. En cambio, cuando perdes un ser querido ya no lo tenés. Te queda la memoria y el sentimiento por él, pero lo perdiste. Entonces, cuanto más tiempo puedan estar los seres queridos al lado de uno, es lo mejor y uno desea tener salud para que ello ocurra”.
-¿Y en el plano deportivo qué deseas del 2013?
-“En lo personal, primero, poder disfrutar en el club donde esté, de lo más lindo y lo que más me gusta hacer que es jugar al fútbol. Ser feliz jugando al fútbol y que eso pueda lograrlo en el club donde éste, para que podamos seguir logrando títulos. Uno se prepara desde comienzos de la temporada para lograr los objetivos que son los de salir campeón y clasificar a la Libertadores, sin descartar el tramo final de la Eliminatoria para la Copa del 2014 que es fundamental para nosotros y todos los uruguayos. Esto es fundamental porque hay gente que, así en la corta, te dice ‘bueno, si no vamos, Vds. ya fueron, hicieron una campaña bárbara’. Y eso no es así, ni es nuestra mentalidad. Nosotros queremos mejorar lo que se consiguió y para eso hay que volver al mundial para que la gente y nosotros también, disfrutemos nuevamente del mundial. Y la realidad es que este 2013 será decisivo para alcanzar ese objetivo. Tampoco queremos dejar de lado un torneo importante que Uruguay no tiene costumbre de jugarlo, como es la Copa de las Confederaciones y al que le daremos importancia. Pero la prioridad son las eliminatorias, porque de nada te sirve salir Campeón de la Copa de las Confederaciones y no clasificas para el mundial. Entonces, le vamos a dar importancia pero vamos a apuntar a clasificar. Estamos en la pelea, estamos entreverados y gracias a Dios en la última fecha FIFA la memoria futbolística volvió y ese es un aliciente importante”.
LA “OPERACIÓN RETORNO DE ABREU” Y LA ILUSIÓN DE LOS MELLIZOS-MASCOTAS
-Se plantea una situación curiosa en el comienzo de este 2013 que es tu año. De pronto como no te ha ocurrido en los fines de años anteriores porque normalmente siempre tenías definido el futuro inmediato, en estos momentos estás en una encrucijada. Volver al Botafogo, Nacional que quiere que pone en marcha la “Operación retorno de Abreu”. ¿Cuál es la situación de Abreu hoy, en el último día del 2012?
-“Hay dos cosas, dos realidades que se enfrentan. Por un lado la parte sentimental y por el otro la parte contractual que todos conocen y que indica que el 5 de enero de 2013 me tengo que presentar en el Botafogo de Río donde tengo contrato hasta diciembre de 2014. En el plano sentimental está la ilusión que me genera un sueño que quiero que se haga realidad. Mis hijos gemelos nunca entraron como mascotas de Nacional y en cambio los grandes sí lo hicieron. De pronto, esto para alguno puede decir que son boludeces. Pero para uno que tiene un sentimiento muy grande por Nacional, por la selección, el hecho de que mis mellizos puedan compartir conmigo ese sentimiento, es algo importante, trascendente. Mis dos hijos grandes por vivir esa etapa en Nacional –la de ser mascotas–, hoy son barras bravas porque tienen un amor impresionante por el club. Ahora tengo los gemelos y me gustaría que se encaminaran de la misma manera. Después está lo que uno siente al ponerse esa camiseta; entrar al Parque Central; disfrutar de lo que es esa fiesta dentro del Parque… Después de esas ilusiones la realidad te da un cachetazo. ¿Cuál es esa realidad? Que cumplir esos sueños no depende de mí. Cuando dependió de mí siempre logré cumplir ese anhelo. En el 2001, obviamente con el esfuerzo del club se llegó a un arreglo. Percibí mucho menos, económicamente, de lo que tenía que recibir en La Coruña, pero se hizo el esfuerzo de los dos lados. En el 2003 fue Nacional el que me abrió las puertas y yo, en forma de agradecimiento al club, en esos tres meses que estuve en el Apertura, no quise cobrar. Y en el 2004/2005 el Presidente Ache hizo una gran gestión con Lendoiro logrando que La Coruña pagara un 70% del sueldo y el otro 30% lo pagó Nacional y tuve la oportunidad para venir al club”.
-¿Y en este año, en el 2013, el año del 13 de Abreu, no está esa posibilidad? ¿No puede llevarse adelante una negociación con Botafogo?
-“En este caso no tengo chance de opinión porque el club Botafogo es el que tiene el poder del pase. Lo único que pude hacer creo que lo hice. Fue decirle a Botafogo que a préstamo no salgo más. Entonces, a raíz de ese planteo el tema se clarifica porque ellos tienen que generar una venta del pase o negociar un arreglo que le sea viable a Botafogo porque, en el caso de irme, ya me voy y lo tengo que hacer para no volver. Entonces, ellos no van a estar pagándole a un jugador que no retornará y que estarán generando un dinero que saben que no le va a ser redituable para el club. Para Nacional el hecho de ir a negociar con Botafogo para traerme ya le genera un desembolso importante sin que todavía se haya hablado conmigo la parte del jugador. Entonces, yo estoy en el medio de lo que ellos puedan generar, de las reuniones que ellos puedan realizar y uno esperar para poder dar brindar una opinión. Pero hasta ahora no puedo decir ni A ni B. Insisto, si todo continúa así, el día 5 me tengo que presentar en Río, hacer la pretemporada y ponerme a disposición del club. Principalmente del Presidente de la institución que fue el que me llevó. El entrenador vino después. Con el que tengo una excelente relación y a quién le debo todo el respeto, es al Presidente. Si el día de mañana el Presidente del Botafogo me dice, ‘bueno, mirá, estas son las condiciones, ¿te sirven o no te sirven?’, yo las aceptaré o no. Pero hasta hoy, fin de año, la realidad es que por más rumores, yo tengo que estar el 5 de enero en Río. Se ha hablado de Chile, de Colombia, de México, se ha hablado mucho de Nacional. Pero la realidad es que al club, al Botafogo, no llegó ninguna propuesta?
EL VIAJE DE CHIJANE A RÍO PARA ARREGLAR EL PASE
-Tengo entendido que viaja Jorge Chijane en estos días…
-“Jorge tiene que ir primero que nada para hablar de cuál va a ser la situación de mi llegada porque, en definitiva, el entrenador tiene otras opciones tácticas. Con su ida a Río, Jorge va a confirmar, directamente en persona, si me voy a estar presentando el día 5 de enero. Después, lógicamente, es probable que Jorge traslade algún pedido del Presidente Ache para ver como se debe desenredar esa madeja. Pero ese ya es un tema de Jorge con Eduardo, con el que tiene muy buena relación y, obviamente, por estar al lado mío se desencadenará el pasaje de la información que recoja para ver si es viable o no. Uno a veces se siente incómodo y hasta un poco impotente porque todo el mundo habla, todo el mundo opina, todo el mundo toma decisiones sobre mi futuro y por mí. Que tengo que hacer esto, que tengo que hacer lo otro y lo que no entienden es que no depende de mí. Cuando yo digo que Nacional no tiene condiciones económicas de pagarle a Botafofo, no es por mi contrato, es por lo que el Botafogo puede poder llegar a pedir por un préstamo mío, que de pronto, así, simplemente, son 500.000 dólares que, para Uruguay, es un platal. Y después tenés que entrar a sumar un contrato, porque obviamente un contrato tenemos que tener y eso lleva a que a Nacional se le haga un paquete muy grande para nuestro mercado. Y eso es lo que la gente tiene que entender. Que no es que no pueda venir por la plata. No, no, no… Estoy hablando del combo general que ningún club en el Uruguay puede pagar. Y si lo hace, se estaría embargando después para poder cumplir con esa responsabilidad. Porque también no es solo firmarlo. Hay que cumplirlo. A eso es a lo que me refiero. A veces uno dice, como yo, que no quiero hablar mucho. Pero, también, la tecnología es buena por algunos lados y mala por otro porque hoy, te metés en la computadora y Josesitoeltirador, que no sabes quién es escribe en el twitter, ‘a el loco Abreu dice que es hincha y no es hincha de nada’ y pepitoelpistolero escribe otra cosa y no sabés quienes son los que escriben. A veces no son ni de Nacional. Pero bueno, como mis hijos están metidos en la tecnología, leen y ellos también se sienten con impotencia. Y me dicen, ‘bueno papi, están diciendo esto de vos y no es así’. Y bueno, mi amor, les digo que no lean…”
-Pero en tu sitio de internet muchas veces difundís tus noticias oficiales.
-“En mi sitio sí, pero los demás sitios no los puedo controlar. Trato de clarificar un poquito y el que tiene una posibilidad de análisis que analice, que sepa que Sebastián Abreu no está tomando esas decisiones porque él depende de otro club para que se pueda dar esa alegría que va a ser la alegría de todos. Porque no es que uno va a venir de última diciendo, pa, no tengo más nada y llego a Nacional con la cabeza baja. No, no… Si me toca venir va a ser una felicidad enorme porque lo que siempre me planifiqué fue volver y volver a disfrutar de un Parque Central mucho más grande y mejor, cumpliendo el sueño de ese momento tan especial de poder entrar a la cancha con los gemelos como mascotas que todavía no han podido experimentar esa sensación de entrar a la cancha del Parque Central con la camiseta de Nacional y tener esa foto de recuerdo, como tienen mis dos hijos mayores. Esperaremos que pase el tiempo y ver que me depara el futuro”.
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Abreu habló como siempre. Con su claridad meridiana, eligiendo los conceptos justos para que la República de Nacional vuelva a ilusionarse. La fuerte apuesta del Ec. Eduardo Ache está en marcha. La “Operación Retorno de Abreu” cuenta con la aprobación del protagonista. Y eso es lo principal. Y así lo explicó Abreu en esta larga nota que, sin duda alguna, disfrutarán los cibernautas.