Exclusivo: los Adolfo Barán, padre e hijo, rivales de punta…
Adolfo, el padre, DT de Rentistas, Adolfo, el hijo, defensor de Miramar Misiones. Por primera vez frente a frente.
Adolfo, el padre, DT de Rentistas, Adolfo, el hijo, defensor de Miramar Misiones.
Por primera vez frente a frente.
¡Otra nota al nuevo estilo de tenfield.com! La familia Barán respira fútbol. Adolfo (el padre, 51 años), ex goleador de Peñarol, Defensor, Racing, entre otros y actual entrenador de Rentistas. Y sus tres hijos, para no ser menos, también futbolistas: Adolfo (22 años), defensor de Miramar Misiones; Santiago (20 años), delantero de Bella Vista y el más pequeño, Agustín (17 años), delantero y “pichón” de crack de Peñarol.
La familia se apronta para vivir un hecho inusual, padre e hijo mayor, por primera vez, frente a frente, en una cancha defendiendo distintos colores. Por un lado, el director técnico del puntero Rentistas, por el otro, el defensor del escolta Miramar Misiones, en el partido estelar que presenta la novena etapa del Campeonato Uruguayo de Segunda división profesional.
En su domicilio del Parque Batlle, entre bromas, chanzas y apuestas, padre e hijo, ya palpitan el primer choque entre sí…
-“Va a ser complicado tener del otro lado, como oponente, a mi propio hijo. Será la primera vez y uno siempre tira para el lado de sus hijos, pero cuando llegué la hora del partido, todo cambiará ya que los dos vamos a querer ganar. Y como si fuera poco, lo voy a tener cerca, ya que ocupará el lateral derecho y pasará varias veces por delante de mí en el banco. Veremos cómo lo recibo, puede ser bravo para él, ja, ja…”, comienza diciendo el padre, entrenador de los “Bichos Colorados”.
Los Barán en la intimidad de su hogar en el Parque Batlle.
-“Bravo va a ser para mí que conozco a todo los ocasionales rivales. Al “Topo” (se refiere a Fernando Rosa, técnico alterno de su padre) desde niño y para colmo de males somos concuñados con el profe Nicolás Barlocco. La señora de él, es hermana de mi novia. Todos en mí contra, ja, ja… Desde ya estoy apostando un asadito para compartir entre todos y la verdad, me juego todos los boletos a ganador”, retruca el hijo “cebrita”.
-“Nunca había vivido una situación similar, por el contrario, tuve sí la oportunidad de dirigir a mis propios hijos en divisiones formativas. Pero en frente, nunca. Incluso hablamos del tema con mi señora y ella también me hacía saber que le será extraño estar en la tribuna y tener que sufrir por los dos. Santiago -el segundo de los hijos- también me aseguró que estará presente en la tribuna. Agustín, es el único que queda fuera, ya que precisamente a la hora del juego estará entrenándose con Peñarol. Para todos es complicado, de un lado yo y del otro Adolfo. Y que ganen los dos equipos es imposible”, el padre y la situación insólita que se apresta a vivir por noventa minutos toda la familia.
-“¡Qué gane el mejor! Miramar Misiones, por supuesto. Vamos a ver cómo me tratan mi propio padre y amigos, que el sábado pasarán a ser enemigos por noventa minutos. Es un partido de fútbol, que los dos queremos ganar. Después todo vuelve a la normalidad, aquí en casa. El fútbol es una pasión para todos. Una pasión a la que tengo intenciones de seguir ligado por largo tiempo ya que estoy cursando estudios para recibirme de profesor de educación física. Y tan mal estoy ligando, que el examen final del curso me lo fijaron para el sábado 15, coincidiendo con una nueva fecha del campeonato, que me imposibilita presentarme a rendirlo”, el hijo, que más allá del hoy en el fútbol, se prepara para lo que viene después…
Adolfo, el padre, con el número 9 que lo hizo famoso. Adolfo, el hijo, con el número 4 que lo proyecta en el fútbol.
Padre e hijo, frente a frente, por primera vez, en el contexto de una familia que respira puro fútbol.
