Canciones para dormir la siesta
Imagínense a Carlos Solé filmándose gritando los goles, o a Víctor Semino posando frente a la cámara.
Los protagonistas semanales son los directivos, hasta los políticos y programas no deportivos se dedican a comentar fútbol y se les otorga espacio, que en televisión vale oro.
Es momento de que los que estamos dentro del campo de juego, nos sentemos a estudiar la situación donde se le han estado debiendo hasta 8 meses a los futbolistas y cuerpos técnicos, y ni que hablar a funcionarios del club.
Los árbitros, y me parece espectacular, es casi inmediato su encuentro con su remuneración.
El efecto que produce el fútbol es no solo masivo sino que es una industria sin chimeneas.
Vamos a comentar del fútbol uruguayo.
Los 0 kilómetros son muy ajenos a los protagonistas del fútbol. Las deudas son “patrimonio” casi exclusivo de los actores, ya sea que las tienen “hacia ellos” como que ellos las tienen con los dueños de las casas donde viven, el carnicero del barrio que lo conoce y le da “no sé que” no darle un “fiadito”, ni que hablar del almacenero, y la cola sigue……Es muy reducida la “elite” uruguaya de protagonistas, que por derecho propio vive dignamente.
Algo pasa que tenemos que darnos cuenta, entramos 4° en 2010 en el Mundial, salimos campeones de América en 2011, clasificamos a un mundial donde se genera mucho dinero, y resulta que la A.U.F debe, según versiones, 8 millones de dólares. ¿Cómo estaríamos si la selección no hubiera dado esa “bocanada de oxigeno económico”? Nuestros jugadores se venden en cifras siderales ( y está muy bien, porque eso indica que valen), como es el caso de Luis Suarez, actual. Y no me digan: “y bueno estaba jugando en el fútbol inglés”; porque salió de su querido Salto, después vino, jugó en juveniles y recorrió todo su camino en Montevideo. Es decir que jugó en Inglaterra pero recorrió las “baldosas sueltas” o los campos natales, salió de aquí.
El fútbol es de un “fuerza” indescriptible. Este deporte paró guerras.
Habiendo una Guerra civil en Nigeria en el año 1967 y estando el famoso Santos de Pelé de gira por África, jugó en ese país donde la cruenta guerra hizo un paréntesis para poder asistir a ver a la “Perla negra” en acción.
Una semana después de que estallara el conflicto bélico entre Argentina e Inglaterra por las Malvinas, jugaban en la isla Británica el Tottenham, donde jugaba el argentino Ardiles, y el Leicester City. Cada vez que Ardiles tocaba la pelota los aficionados rivales gritaban: “England, England” a lo que los aficionados del Tottenham, rebatían con un: “Argentina, Argentina”, en una clara demostración de que el futbol estaba por encima del propio patriotismo de la guerra para la afición que apoyaba al argentino.
El conflicto bélico entre Honduras y El Salvador tuvo como estandarte el partido por las eliminatorias mundialistas jugado el 14 de julio de 1969 y fue llamado “La guerra del futbol”; que derivaría en la participación de El Salvador en el mundial de México 70.
Es decir que este deporte, “que sacude al mundo” en cuanto a expectativa; es algo tan importante de atracción mundial como para que tenga a protagonistas “en agonía” en este país.
Algo anda mal, y no es nuevo. Lo que es nuevo es que las deudas son cada vez mayores. Jugadores, entrenadores, árbitros, preparadores físicos, personal de recaudación, médicos, kinesiólogos, utileros, cocineros, y otros que están detrás de la Industria sin chimeneas deberían juntarse para dar “vuelta las cartas” que están puestas al revés sobre la mesa.
Los que estamos dentro de la película no nos dejemos robar el protagonismo; porque hay fútbol por sus jugadores, por sus entrenadores y por sus árbitros. La cámara no debe apuntar para otro lado que no sea la cancha en su rol protagónico, no nos dejemos quitar ese rol ni sus beneficios. Está todo bien que otros ganen pero no puede ser que Brad Pitt pase penurias y los espectadores son todos de Beverly Hill.
Es cierto que siempre los entrenadores hemos “pateado el tarro” y no hemos tenido eco de quienes se encuentran mejor posicionados que nosotros. Es hora que la solidaridad no deje en soledad a quienes queremos a TODOS bien, sin exclusiones.
Además las cuentas bancarias deben ser más de las que hay ahora, que están bien ganadas las actuales; pero también es cierto que “los protagonistas duermen la siesta”.