Salvador Ichazo: “el equipo estaba convencido que iba a quedarse con el título”
A las once de la mañana, recién levantado, aprontándose un matecito, Salvador Ichazo, el héroe del arco de Danubio, que atajó tres penales en la final ante Wanderers, en la definición tras ciento veinte minutos de juego y fue también el que, alcortar una clara chance de gol bohemio, comenzó la jugada de la hazaña del golazo de Camilo Mayada para empatar el partido sobre la hora, está disfrutando en familia.
-Festejamos principalmente con la familia, que vino toda de San José y estuvimos acá en casa. Fue un momento muy lindo el que me tocó vivir y compartirlo con ellos era algo que tenía en el debe. Les había prometido que lo íbamos a lograr para darles una alegría. Se dio, así que estoy muy feliz.
-¿Fueron todos al Parque Central?
-Fueron todos. Vinieron todos de San José. Vi desde la cancha dónde estaban y la verdad, que faltando poco para terminar, cuando íbamos perdiendo y los miré, nos quedaba muy poco tiempo para empatar y la verdad que me puse muy mal, pero había que estar fuerte y se empató. Se pudo ir a los penales. Sinceramente: en los penales tenía mucha confianza en mí y en el equipo.
-Fue decisiva la pelota que sacaste faltando dos minutos…
-Sí, uno toma conciencia cuando la ve o cuando los compañeros se la comentan. En el partido uno intenta resolver la situación y nada más. Después, en casa, viéndola bien, veo que de ahí se saca el contragolpe y justo hacemos el gol que nos da la posibilidad de ir a los penales.
-¿Viste todo el partido?
-Cuando llegué a casa, la repetición ya estaba en el alargue y fue lo único que vi, hasta los penales, que me pusieron muy contento. Gritábamos acá con mi familia como si lo estuviéramos viendo en vivo. Fue algo muy lindo. En la cancha, en el momento, realmente lo que hubo fue intuición al pensar que podían definir los jugadores a donde me tiré, pero hubo algo que creo que fue la clave de todo, para mí, para darme fuerza, que fue que en cada penal le pedí a mi sobrino que me ayude y creo que lo hizo.
Salvador se emociona al decirlo. Todo el plantel le dedicó el campeonato a su sobrino Gregorio.
-Realmente sentí esa fuerza, me sentía con mucha confianza. Algo que nunca me había pasado y me puse muy contento.
“MIS COMPAÑEROS SABEN POR LAS QUE PASÉ”
-Sí, mis compañeros también le dedicaron el Campeonato. Saben por las que pasé. Mucha lucha, muchas cosas difíciles. Somos un grupo unido, con compañeros que nos conocemos hace mucho y saben lo difícil que es y gracias a ellos he podido seguir, junto a mi familia, mi novia, que son los que siempre están y hoy, simplemente, quiero agradecer por lo vivido y disfrutar este momento.
-¿Cómo fue la preparación de estas finales?
-Fue muy buena. Si bien la parte táctica como la parte física fueron parecidas a las del resto del año, la motivación que tenía el equipo, el disfrute de las horas previas fueron muy buenos. Tenemos jugadores grandes que sabían manejar las situaciones y fueron los tres partidos inolvidables. El equipo estaba convencido de lo que tenía que hacer y convencido de que se iba a quedar con el título. No lo dijimos en lo previo para no quedar como soberbios, pero nosotros teníamos el íntimo convencimiento y eso llevó a que las cosas se dieran de la forma en que se dieron.
“LA MOTIVACIÓN ESTÁ DENTRO DE UNO”
Todos pusimos lo mejor, el entrenador, el masajista, todos los compañeros, pero a ver: estás jugando una final, podés quedar en la historia del club, podés cerrar un año de esfuerzo de la mejor forma, entonces, aunque nadie venga a decirte nada, la motivación está adentro de uno.
Se habló mucho en el grupo que lo teníamos ahí y que teníamos que dar el doscientos por ciento de cada uno y la verdad que fue así. Se veía en la semana, en cada entrenamiento. Cada compañero era un hermano. Lo vivimos y sentimos de una forma muy especial, disfrutándolo también. La clave fue lo que sentía cada uno adentro, que todos tiramos para el mismo lado, el que le tocó jugar y el que no jugó y el que le tocó estar fuera del plantel, con las mismas ganas, con los mismos nervios y eso demuestra que un grupo sabe para dónde va.
-¿La historia del club pesó?
-Yo creo que sí, porque en el momento en que ellos nos hacen el dos a uno, con los compañeros estábamos totalmente convencidos de que les íbamos a hacer un gol, porque Danubio está acostumbrado a ganar finales así, en la hora, porque Danubio en la historia es así, lo dijimos y para mí pesó, pero pesó en nosotros. No sé en el rival, pero en nosotros influyó mucho, sabiendo que se podía dar, que no podía ser de otra manera, que estaba guardada para nosotros esa final y se dio.
-Ahora las Copas continentales…
-Todo es muy positivo lo que se hizo este año. Se clasificó a dos copas, se obtuvo el Campeonato. Tenemos mucho plantel, tenemos jugadores que no les tocó estar y sinceramente son de gran nivel, con alguno que pueda venir por alguno que se pueda ir yo pienso que, si se siguen haciendo las cosas así, como se vienen haciendo desde la escuelita de Danubio a Primera División, de esta forma, Danubio va a seguir estando arriba.
-Ya estamos en el Mundial, ¿qué pronóstico hacés?
-Lo he dicho, he hablado con familiares: No sé por qué, pero tengo el presentimiento de que nos va a ir muy bien. Tenemos jugadores, se repiten los que nos han hecho emocionar mucho y yo, sinceramente, lo veo Campeón, lo sueño Campeón y que a Uruguay le pueda ir lo mejor posible va a ser la alegría de todos nosotros.
Es de San José. Actualmente vive con su novia en Montevideo. Tiene a su padre y a su madre viviendo en San José, dos hermanos y tres sobrinos. Festejaron todos en el gran Parque Central un nuevo título de Salvador. Dos veces Subcampeón de América con la celeste (Sub-15, 2007, en Brasil y Sub-20, 2011, en Perú; Tercero en Sub-17, 2009, Chile), dos mundiales juveniles en su experiencia. Campeón del más reciente Torneo Apertura, con 22 años, ahora también Campeón Uruguayo con su Danubio.