El estilo Torquemada
Al que le quepa el sayo que se lo ponga: Es una frase que suele aplicarse en el momento en que se hace una reprimenda o llamado de atención, sin mencionarse quién es el destinatario, por eso se la deja «flotando» en el ambiente para que el «interesado» la interprete. El sayo era un vestido sin botones que cubría desde el cuello hasta las rodillas.
Tomás de Torquemada fue un fraile dominico castellano confesor de la Reina Isabel la Católica y el primer Inquisidor de Castilla y Aragón en el siglo en el siglo XV. Siendo su juzgamiento hacia otros de un fanatismo despiadado y teniendo un fin cruel quien no actuara o pensara como él. Con el paso de la historia el nombre Torquemada pasó a hacer algo destructor de lo que se ponga delante de su parecer. Juan Antonio Llorente; primer historiador del Santo Oficio, asegura que durante su mandato fueron quemadas más de diez mil personas y un número superior a otras cien mil sufrieron penas infamantes.
El estilo inquisidor se está imponiendo dentro del juzgamiento hacia los actores principales y únicos del fútbol; los futbolistas que son la razón UNICA por la que hay fútbol; los entrenadores ex futbolistas que extienden su carrera y su pasión por este deporte en su mayoría y los árbitros que tienen la tarea de impartir justicia con toda la responsabilidad de que la misma no tenga errores y eso sabemos que es imposible pero también sabemos que son indispensables en el andamiaje del fútbol.
El dirigente tiene la responsabilidad de la organización y andamiaje de las selecciones, de los clubes o de un club.
Todos los nombrados anteriormente deben lograr el éxito de una manera u otra, so pena de que con periodos más cortos o más largos su tarea llegue a su fin. Los más rápidos en dejar su tarea son los entrenadores ante los tropezones deportivos. Los árbitros tienen sus peligros latentes ante malas actuaciones (suspensiones, bajadas de categorías o retiros prematuros), y finalmente los futbolistas con carreras más cortas o más largas debido a diferentes circunstancias propias o de entorno, y los dirigentes que son juzgados por las urnas en sus clubes por sus conducciones.
Hay un ámbito que juzga y que permanece no importando el resultado deportivo. Como todo ámbito no es general. Pero de incidencia. Que pone en la balanza pública lo que gana un jugador o un entrenador, cuando el que debe valorar eso es el dirigente como también el responsable de esa medida económica. Cuando se ventila esa situación no se mira su propia casa. Incursionando un tema que debería ser reservado de la misma manera que el silencio impera en el que juzga en sus casos particulares y donde el resultado deportivo no hace tambalear “a nadie”.
Además los Torquemada dan nombres para subrogar a entrenadores cuando hay entrenadores trabajando en ese momento.
Los escenarios son diferentes en cuanto a sus “muecas”; los actores con dientes apretados ante los vaivenes de los resultados y las sonrisas permanentes en los que juzgan no dependiendo del gana o pierde.
Así como Torquemada no veía en su interior y veía “la paja en el ojo ajeno”; hoy todo el riesgo lo corren otros que merecen el respeto de que por ellos existen muchos Torquemada.
Para hablar de un entrenador; no se le nombra y se dice: “hay entrenadores que…” entonces tengo el derecho a esta nota.
A buen entendedor, pocas palabras: La persona inteligente comprende rápidamente lo que se le quiere decir, sin necesidad de que las cosas le sean dichas con muchas palabras.