Fénix no para de festejar: derrotó 2:0 a Wanderes y quedó como único líder del Clausura
Maximiliano Callorda festeja el segundo de Fénix, en el fondo la silueta de Díaz sufriendo el resultado.
Iban saltando con la bandera colgada en la espalda por el Rosedal de vuelta para Capurro. El Fénix, Fénix, rebotaba en todos los árboles del Prado. Es que esa victoria 2:0 ante Wanderers, al que le sacó el invicto, lo que le permitió quedar como único líder del Clausura, daba para llegar a los ravioles domingueros casi sin voz.
Maximiliano Callorda festeja el segundo de Fénix, en el fondo la silueta de Díaz sufriendo el resultado.
Un partido táctico por excelencia. Y si a la táctica le sumamos el gol, el resultado es lógico: victoria. Fue lo que tuvo Fénix. Una aplicación ciento por ciento perfecta. Muy buen trabajo de la línea de cuatro, bien acompasamiento en el mediocampo y buscando la explosión de contragolpe, que recién fue efervescente cuando Juan Tejera mandó a la cancha a Ligüera y Maxi Callorda, porque antes la provocó pero no tuvo concreción.
Wanderers fue fiel a lo suyo. Corrección en el funcionamiento. Búsqueda del toque, de apertura de cancha, velocidad en el juego. Los argumentos básicos con los que Alfredo Arias ha logrado llevar al equipo a cosechar aplausos generales. Que esta vez no haya tenido la cosecha esperada, no quiere decir que no haya jugado un buen partido, que no se haya desgastado buscando alternativas. Lo hizo con mérito mayúsculo, sólo que el rival fue más firme, más solvente.
La pelota quieta es un argumento de enorme valor cuando dos rivales con personalidad técnica y táctica se paran frente a frente. Cuando todo era equilibrio, cuando Mejía se había quedado con un par de arrimes bohemios, apareció un tiro libre que Rodrigo Rojo la colgó de un ángulo.
Golpe fuerte, que le hizo cimbrar las piernas a Wanderers, más allá que se repuso y tuvo respuesta firme. Trabajó su fútbol desde el fondo, procurando no perder hegemonía, pero chocó contra un muro alto de contención que le ponía Fénix. Pastorini y Blanco lo intentaron, pero el segmento del medio y la atención defensiva de Capurro le cortó la energía potenciadora de los que tenían que generar para los puntas bohemios.
Y cuando el trámite fue perdiendo rigidez táctica, los ingresos de Ligüera y Callorda, le dieron la suficiente energía a Fénix para de contragolpe poner el 2:0, que era definitivo. Una pelota que arrancó con Ligüera llevándola y marcándole a Aníbal Hernández donde tenía que ir a buscar el pase, para que el volante mandara un centro perfecto, para la entrada demoledora de Callorda.
No importaba cuanto faltaba. Ese segundo gol fue el golpe final al partido. Sin posibilidades de resuello para Wanderers. Fénix se fue festejando del Parque Viera. Sumó de a tres otra vez, le sacó el invicto al rival, lo bajó de la punta y quedó como líder absoluto del Clausura. Ideal para entrarle a los ravioles con una afonía total.
WANDERERS 0:2 FÉNIX
Cancha: Parque Viera. Jueces: Christian Ferreyra, Mauricio Espinosa y Javier Castro.
WANDERERS: Federico Cristóforo, Mauricio Gómez, Gastón Bueno, Martín Díaz, Maximiliano Olivera, Guzmán Pereira (74′ Diego Riolfo), Santiago Martínez, Gastón Rodríguez (54′ Nicolás Albarracín), Matías Santos (46′ Javier Cabrera), Rodrigo Pastorini y Sergio Blanco. Director técnico: Alfredo Arias. Suplentes: Martín Rodríguez, Germán Duarte, Adrián Colombino, Kevin Ramírez.
FÉNIX: Luis Mejía, Juan Alvez, Maximiliano Perg, Ignacio Pallas, Rodrigo Rojo, Gonzalo Papa, Agustín Olivera, Aníbal Hernández, Maximiliano Pérez (83′ Gonzalo Vega), Lucas Cavallini (74′ Maximiliano Callorda) y Franco Acosta (72′ Martín Ligüera). Director técnico: Juan Tejera. Suplentes: Rafael García, Emiliano Piedra, Leandro Zaspe, Fernando Machado.
GOLES: 16′ Rodrigo Rojo (F), 80′ Maximiliano Callorda (F).
Tarjetas amarillas: 15′ Guzmán Pereira (W), 21′ Franco Acosta (F), 45′ Gonzalo Papa (F), 70′ Rodrigo Rojo (F), 76′ Martín Díaz (W), 83′ Agustín Olivera (F), 86′ Gastón Bueno (W), 90′ Santiago Martínez (W).
