Nacional, el Díaz después
El día después para Gustavo Díaz. Un partido con sensaciones muy especiales. Una experiencia inusual para el técnico. Una carga de adrenalina enorme que fue recorriendo a lo largo de la semana. Las sensaciones del partido. Tiempo vivido dentro del ruido ensordecedor de un bombardeo incesante de motivaciones y preocupaciones.
“Está bueno y me siento bien. Es lindo poder vivir la posibilidad de una carga de tal magnitud como es un clásico. El día después permite valorar lo que se vivió en una semana llena de tensión, porque es tan especial que provoca reacciones de todo tipo. También uno se encuentra con sinsabores, porque estuvimos cerca de ganarlo y meternos en la pelea. Uno sopesa muchas cosas. Veníamos de una semana con muchas bajas, pero ya lo dije, la jerarquía de los jugadores quedó demostrada. Es un plantel con mucha mística, que está acostumbrado a revertir situaciones adversas”, analizó el entrenador de Nacional, el lunes después de pasado el mediodía.
“El partido lo planificamos como el segundo tiempo. Era para jugarlo en mitad de cancha. Pero ellos salieron con mucha fuerza. Peñarol nos hizo retroceder mucho en el primer tiempo y fue cuanto tuvieron las mejores chances. Pero después, con el muy buen trabajo de Damonte y de los zagueros, pudimos adelantar el bloque, jugar más en cancha de ellos y tengo en la mente la jugada en la que Luna le quita el balón a Lerda y estuvo a punto de convertir. Creo que eso marca la forma en que Nacional fue dando vuelta el partido, hasta estar cerca de ganarlo”, revivió Gustavo Díaz, que pese a toda la carga emocional, mantuvo las costumbres, levantarse temprano, llevar a su hija al colegio…
“El clásico es una experiencia intransferible. Fue una semana muy especial, donde hubo cuestionamientos de todo tipo y color hacia todo. Pero hay que mantener el equilibro y la fe en los futbolistas. Ya habían demostrado, en más de una oportunidad, su caudal de respuesta. Pero siempre hay que estar rindiendo exámenes. Es como si existiera la necesidad impostergable de estar renovando todo en forma permanente. Pero yo lo dije y lo sostengo, le tengo una confianza bárbara al grupo. Le respondieron a la gente, porque saben que están en Nacional, y por más que en la previa se decía que era difícil, imprimieron un panorama diferente”, sentenció.
Quedó flotando en el ambiente la sensación que todo lo que se habló en lo previo hizo causa en la interna del grupo y como respuesta final estuvo el marcharse rápidamente hacia Los Céspedes. “No es que moleste, porque en definitiva son temas normales que se manejan en la previa, cuando se hace un balance de cómo viene uno y otro. Las estadísticas están para marcar circunstancias. Por todos esos aspectos Nacional era favorito y no me equivoqué”
“El clásico es un campeonato dentro de otro, es algo aparte. Como decía, es intransferible lo que se vive. Ahora ya pasó, quedan por delante cuatro partidos. El Apertura ya no depende de nosotros, pero tenemos que lograr el ciento por ciento de los puntos para ver qué pasa. Vamos a ver cómo se desarrolla la tabla de posiciones”, dijo Gustavo Díaz, mirando hacia el futuro más inmediato.
El día después de Gustavo Díaz. En familia, con análisis, mirando hacia adelante, pero sintiendo las sensaciones de un clásico sobre la espalda. El martes comienza otro capítulo, con el plantel volviendo a Los Céspedes, sin jugadores en sanidad y el desafió se seguir ganando para esperar sucesos.