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Perdiendo el estilo




Nacional y River Plate en el Parque Central.


7 noviembre, 2012
Columnistas

 

No creo que todo tiempo pasado haya sido mejor. Pero por aquello “del hombre y su circunstancia” nos formamos en una época de mayor tolerancia. Donde la delicadeza se compadecía con la firmeza. No son antagónicas. Perfectamente eran, y pueden ser, compatibles. En mis “años frescos” fui testigo de primera línea del respeto entre Obdulio Varela y Atilio García. Jamás una “chabacanería” cuando venían los partidos clásicos. Y decenas de veces, en las charlas del club Juan Jackson (Parque Rodó) ,”brotaban” frases de respeto hacia equipos menores con grandes jugadores. Y hasta cierta compasión con equipos en desarrollo que debían luchar contra el predominio económico y político de los grandes. No era casualidad que al comienzo de los partidos el “raspador” de grande golpeaba con impunidad al mejor virtuoso del ocasional rival. Y todos los ex-jugadores eran conscientes de ello.

 REFLEXIONES

A) No puedo entender, y no vivo ajeno a nuestra problemática social, el encono entre los hinchas de los grandes. Los límites entre el fervor por tu club y la prepotencia son muy débiles. Casi imperceptibles.

Temo por la seguridad del domingo.

B) Lastima escuchar a dirigentes de los grandes criticar, sin piedad, a nuestros discretos jueces. Sabedores que  Nacional y Peñarol EN TODOS LOS TIEMPOS han sido favorecidos ante la menor duda. Hablo y escribo sobre presiones insoportables. Y no por actos indignos.

Nacional y River Plate en el Parque Central.

Sin más el otro día debió suspenderse el partido en el Gran Parque Central. Y Olivera debió recibir una segunda tarjeta amarilla. Todo muy claro. Menos para árbitros, que en el subconsciente, protegen su carrera deportiva evitando sanciones a los poderosos de nuestro popular juego.

Juan Manuel Olivera marcado por Gedoz.

C) Por nuestra densidad demográfica, por la escasez de peso económico, por los fundamentos de nuestra propia nacionalidad, etc; siempre – o casi siempre – los uruguayos “tomábamos partido” por el más débil o por el más desprotegido. Eramos hinchas de aquel que peleaba contra cinco. Partidarios del respeto por las minorías. En el fútbol NO. Duele