Último partido en Estadio de Natal que será demolido
Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (enviados especiales)
Cuenta la historia, que esta ciudad de Natal, típica del famoso “nordeste” brasileño, tenía un estadio normal, común, con tribunas simples y sencillas. Recibía los partidos del Campeonato Estadual de Natal –llamado popularmente Torneo Potiguar-, de la Copa Brasil y del Campeonato Brasileño. También se utilizaba como pista de carreras de karts, además de servir de escenario para show, circos y epicentro de parque de diversión, aprovechando su ubicación en medio de una enorme extensión de tierra sin casas. Su nombre, desde 1989, fue el de Joao Cláudio de Vasconcelos Machado –en homenaje al expresidente de la Federación Norteriograndese de Fútbol- y, como en Brasil todo el grande, los de Natal lo llamaban “Machadao”.
Su diseño fue proyectado por el Arq. Moacyr Gomes da Costa y era considerado uno de los dos más lindos de Brasil, al extremo que fue llamado por el entonces gobernador Cortez Pereira –quién lo inauguró- como un “poema de hormigón”. Fue bautizado inicialmente con el nombre de Estadio Humberto de Alencar Castelo Branco, cuando se inauguró en la década del sesenta.
Como escribió Víctor Soliño y cantó la “Trouppe Ateniense” allá por la década del veinte cuando demolieron la muralla para ampliar la Rambla a la altura de donde está el Templo Inglés, la designación de Natal como sede de la Copa del Mundo trajo consecuencias de muerte para el “Machadao”. Es conocido y sabido que con el argumento de mejorar los estadios, todos se obligan a venerar a Nuestra Señora de la Corrupción, que siempre va de la mano de proyectos constructivos gigantescos. Entonces, aquel bonito estadio, que no necesitaba ninguna adecuación en su estructura –si en los espacios exteriores para construir solamente estacionamiento-, fue demolido. A pesar que contaba con una capacidad de 57.000 asistentes, con récord de 56.320 personal el 29 de noviembre de 1972, en un partido jugado por ABC de Natal contra el Santos de Pelé, por el Campeonato Brasileño, “la piqueta fatal del progreso, se llevó sus recuerdos queridos”.
En aquel tiempo, le bajaron la capacidad reduciéndola a 35.000 asistentes, debido a algunas deficiencias que se advirtieron en las estructuras a raíz de filtraciones de agua, lo que generó la advertencia de los ingenieros sobre posibles derrumbes en caso de que se sobrepasara esa capacidad.
Entonces, con el argumento de “hacer un nuevo estadio para la Copa del Mundo”, la demolición comenzó el 21 de octubre de 2011 y terminó el 25 de noviembre de ese año. La “piqueta” se llevó al “Machadao” y al “Machadinho” que era el gimnasio que estaba construido a su lado, tal como ocurre en Río con el Maracaná y en Belo Horizonte con el Mineirao.
Así, de esta forma cruel sustentada en la necesidad de gastar mucha plata en la construcción de un estadio que no necesitaba ser demolido para construir otro en su lugar, nació el actual “Arena das Dunas”, donde se van a disputar solo 4 partidos. Sí señores, el de hoy entre Uruguay e Italia, es el último encuentro que se juega aquí. A partir de hoy, ahí quedará este “elefante blanco” como testimonio de Brasil 2014 y la montaña de plata que se gastó sin necesidad, y que bien pudo destinarse a continuar concretando los planes gubernamentales iniciados por Lula y continuados por Dilma, para combatir la pobreza extrema que desde la noche de los tiempos caracteriza al “Nordeste”…
El actual estadio Arena das Dunas fue diseñado por la empresa privada Populous, construyéndose mediante una asociación público-privada, que permitirá a los capitalistas empresariales, hacer su negocio después que termina la Copa del Mundo. ¿Por qué? Porque el diseño original, éste que tenemos hoy y que servirá de teatro para el gran partido entre Uruguay e Italia, tiene capacidad para 45.000 personas, merced a la utilización de tribunas temporarias, que serán demolidas a partir de mañana. En los tres partidos anteriores la asistencia fue de 39.216 en México-Camerún; 39.760 en Ghana-Estados Unidos y 39.485 en Japón-Grecia. Veremos a cuánto se llega hoy…
Una vez que esto concluya, el escenario permitirá el ingreso de 31.000 personas. Pero… utilizando los sectores demolidos, además del enormes predio libre que tiene a su alrededor, se construirá un Gran Centro Comercial, con edificios, hoteles de 5 estrellas, teatros, un bosque y un lago artificias, además de la reconstrucción de los centros administrativos para funcionamiento del gobierno y de las oficinas municipales.
El nuevo nombre de “Arena das Dunas” se colocó en homenaje a las diversas dunas que marcan el paisaje de la capital de Río Grande del Norte. Una de ellas, es visita obligada: se llama la de Genipabú.