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Crónicas de viaje (7): los uruguayos que “coparon” el “Recanto do Sonhos”




El Dr. Marcelo Abdala, con la camiseta de Brasil, junto a un grupo de los uruguayos que "copamos" su "sitio" el "Recanto dos sonhos".


17 junio, 2014
Pelota al medio

 

El Dr. Marcelo Abdala, con la camiseta de Brasil, junto a un grupo de los uruguayos que "copamos" su "sitio" el "Recanto dos sonhos".

El Dr. Marcelo Abdala, con la camiseta de Brasil, junto a un grupo de los uruguayos que “copamos” su “sitio” el “Recanto dos sonhos”.

Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (enviados especiales)

Aquí andamos, otra vez como maleta de loco de aquí para allá detrás del sueño celeste que se alojó en “Sete Lagoas”, nombre de una ciudad que continuaría entre las totalmente desconocidas para todos los uruguayos, si no fuera por la decisión de Oscar Tabárez de elegir este lugar como la casa de celeste mientras permanezca en el mundial.  Para llegar hasta aquí, irremediablemente hay que pasar por Belo Horizonte, la capital del Estado de Minas Gerais. Luego buscar la autopista BR 040 con destino a Brasilia y andar sobre ella 76 km. para arribar a esta ciudad de casi 200.000 habitantes, contabilizando el área metropolitana y suburbana. “Sete Lagoas” está sobre el km. 471 de la ruta. Fundada en 1880, se encuentra enclavada en medio de montañas que conforman el paisaje típico de Minas Gerais y debe su nombre a la gran cantidad de lagunas, que no sólo se encuentra en la ciudad, sino también en todos sus alrededores. Justamente, el JN Resort donde se aloja la delegación de Uruguay, se encuentra en una zona plana a cuyo fondo se abre un enorme lago. Ayer lunes, aprovechando que no se realizaba entrenamiento por la tarde, varios jugadores luego de almorzaron, se dirigieron hacia la orilla lago con algunas cañas en sus manos para matar el tiempo pescando.  El JN Resort se encuentra en las afueras de “Sete Lagoas”, sobre el lado de la salida para Brasilia, en el Km. 466 de la ruta. En cada ocasión que realiza sus prácticas en la “Arena do Jacaré”, los uruguayos viajan ocho quilómetros para llegar al Km. 474, mojón donde se encuentra el coqueto estadio que también está en las “afueras” de “Sete Lagoas”. La delegación de VTV y tenfield.com, se encuentra alojada más acá, cuando la autopista  BR 040 se dirige a Belo Horizonte, exactamente al llegar al km. 503. En consecuencia, ese ir y venir diario para seguir sin perderle pisada a la selección uruguaya, cual si fuéramos hormiguitas viajeras del asfalto, nos han permitido conocer este paisaje serrano típico de Belo Horizonte y sus alrededores, caracterizado por un clima bien definido de dos estaciones. Cálido y húmedo, con lluvias abundantes de octubre a marzo y otra que aquí llaman “fría” y muy seca, de abril a setiembre. Esas dos estaciones climáticas tienen una particularidad. Durante todo el año el termómetro llega a los 30 grados desde que amanece con sol pleno hasta que comienza el poniente. Ese en ese momento que se nota la diferencia. En la actual estación (la “fría”), el termómetro llega a bajar hasta los dos grados. En cambio desde octubre a marzo, la temperatura más baja en la noche anda por encima de los diez grados. Por este motivo, en estos momentos hay que abrigarse en la noche con alguna prenda de lana, mientras que durante el día el calor se hace sentir y con una camisita alcanza.

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La topografía de toda esta zona es hermosa, con las lagunas metidas entre las sierras lo que ha permitido el desarrollo inmobiliario con la construcción de “sitios”, como los brasileños llaman a las extensiones de tierra que superan una hectáreas. Esos “sitios” tienen la particularidad de formar parte de “condominios” privados, que se engarzan en medio de las montañas, generándose esa escenografía de contrastes profundos. Por ejemplo, el “sitio” que ocupa el grupo de enviados de VTV y un puñado de compatriotas que viajan junto a la selección, forma parte del condominio cuyo nombre es “Solar das Palmeiras”, ubicado en un pueblo llamado “Ipé Amarelo”. Exactamente en el mojón del Km. 503 de la autopista doble vía BR 040, del lado de la cinta de asfalto con rumbo a Brasilia, hay que desviarse con el auto para internarse en el poblado. Desde allí, recorriendo un camino estrecho y serpenteante, con gran cantidad de “lomos de burro”, se llega hasta el condominio privado. Una pomposa entrada, siempre protegida por un funcionario encargado de abrir y cerrar la barrera, oficia de indicador claro de la llegada al “Solar das Palmeiras”. Una vez que se traspone el pomposo ingreso vigilado, una encrucijada de calles de piedra se extiende en subidas y bajadas, formando las diversas arterias por las que se llegan a los “sitios”. Todo el condominio está desarrollado en medio de las montañas, con sus casas erigidas en las laderas o las cumbres, generando un todo arquitectónico de gran belleza. Como ocurre en Punta del Este donde las casas no tienen número y son conocidas por sus nombres, aquí cada “sitio” tiene el suyo. “Recantos dos sonhos”, se llama el que ocupamos nosotros merced a la hospitalidad del Dr. Marcelo Abdala, su propietario.

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Hermosa vista interior del "Solar das Palmeiras", el lugar donde esta el "Recanto dos sonhos". Desde allí está tomada esta imagen que muestra el paisaje de sierras.

Hermosa vista interior del “Solar das Palmeiras”, el lugar donde esta el “Recanto dos sonhos”. Desde allí está tomada esta imagen que muestra el paisaje de sierras.

El “Recanto dos sonhos” ocupa la parte alta de una sierra, casi en su cumbre. Posee dos construcciones separadas, rústicas, generosas en espacio cada una de sus zonas. Una de ellas cuenta con una enorme cocina y comedor, muy similar a la de las estancias uruguayas. Con una isla casi en el medio dedicada a la cocina, un horno a leña en su interior, además de la típica “churrasquera” brasileña que nada tiene que ver con la nuestra. También aquí hay espacios amplios de entretenimiento (uno con un billar y una enorme pantalla donde se observan los partidos), además de un comedor más “bacana”, como se dice aquí, extendiéndose hacia los costados otra batería de dormitorios. La planta alta está destinada a otros dormitorios y, también, a una zona donde un “home theatre” ofrece la posibilidad de ver cine con los lujos de la tecnología actual. Es aquí donde se aloja un grupo de uruguayos que viajó en el “chárter” con la selección. En la otra construcción, un amplio techado alberga un bar y otro horno a leña, además de la “academía” (el gimnasio con aparatos y máquinas de musculación) y en lo alto, otro dormitorio y un amplio escritorio que es utilizado por nosotros ya que el servicio de internet por cable, aquí funciona correctamente. Metros más abajo, en la ladera que culmina en un pequeño lado con costa propia, se encuentra la piscina cerrada para invierno y verano. Saliendo del “Recanto dos sonhos”, internándose en el “condominio” en una larga bajada de casi 400 metros, el Dr. Abdala tiene otro “sitio” (éste sin nombre) en el valle con tres casas erigidas en torno a dos lagos, habitados por patos y gansos. Es aquí, en una de las casas, donde se aloja el equipo de tenfield.com y VTV.

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El grupo de uruguayos que habitan la casa principal, lo integran representantes de Juventud de las Piedras (el Presidente Yamandú Costa, el Vice Marcos Méndez y el Secretario Julio Rabino, antiguo juez de fútbol); Francisco Fusco, eternamente vinculado a Villa Teresa, hoy Neutral de la Segunda División Profesional; el Dr. Víctor Della Valle y su hijo Marcelo; el Dr. Jorge Alberti, importante figura de la Intendencia Municipal de Montevideo, junto a su hijo Nicolás; Ramiro Orte, delegado de Rampla Jr.; Juan Condon, propietario de “El Milongón” y permanente seguidor de la celeste, y su hijo Mariano; Claudio Felipe y Miguel Panosian fanáticos de Cerro, y Ruben Gerstenbluth, nombre y apellido de quién es hoy famosamente conocido como “Mi amigo Ruben”, el de “Fonomanía”. Cada noche el grupo de compatriotas se junta para comer, beber, jugar a las cartas y también al billar. Anoche, se agrandó la rueda con la visita de los dirigentes oficiales que están con la selección (Pastoriza, los Dres. Barrera y Balbi, Mario Buztyn, Ernesto Dehl y Freddy Varela). El gestor de esa invasión de uruguayos al “Recanto dos sonhos” tiene nombre y apellido. Elías Glusman, un judío nacido en la locura de un campo de concentración, con número marcado en su antebrazo. Amigo del Dr. Abdala desde hace más de 20 años, cuando se enteró que “Sete Lagoas” era la ciudad elegida por Uruguay para vivir en la Copa del Mundo, le ofreció estos dos hermosos “sitios”, con comida incluida, para que residieran aquí este grupo de orientales que en abrazo fraterno, despuntamos el vicio futbolístico. Y allí se lo ve feliz a Elías, junto con su hijo Daniel Obarzansky y su nieto, el botija Ignacio. Todos disfrutamos así, en patota, aprontando el bagayo para partir mañana rumbo a San Pablo. Salute.

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