100 años de la CONMEBOL (Nota 11)
Retomamos hoy, luego de la pausa impuesta por el fallecimiento de Néstor Gonçalvez, ante la necesidad de destinar espacios prioritarios a esa infausta noticia, la serie de artículos que veníamos “colgando” diariamente sobre el proceso fundacional de Confederación Sudamericana de Fútbol. Desde hoy, mantendremos el cambio diario de la nota hasta su finalización.
Por Atilio Garrido / Investigador. Autor de “100 años de la CONMEBOL / Un continente de fútbol”, libro oficial de la Confederación Sudamericana con la historia de su centenario.
Héctor R. Gómez retiró su renuncia y volvió a la presidencia de la LUF convencido que la mediación que realizaría para solucionar el cisma en el fútbol argentina resultaría exitosa. Como señalé en la nota anterior, aunque no exista documentación, es indudable que la estrategia que incluyó el retorno de Gómez a su cargo en la Liga, el inmediato planteo de formar una Confederación del Río de la Plata y la decisión de mediar en el conflicto del vecino país, se acordó con Ricardo Aldao –líder de los disidentes- en su visita a Montevideo, el domingo 30 de junio, al frente del club que presidía, Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA).
La irreductible posición de Hugo Wilson, conductor de la ahora llamada AAF, fue un golpe duro para Gómez. Inclusive, porque como he detallado en notas precedentes, el dirigente oriental tenía grandes lazos afectivos con la sociedad y los dirigentes del fútbol bonaerense.
Ante el fracaso de sus gestiones Gómez reasumió sus funciones en la Liga. Volvió a integran la ahora denominada Comisión Especial de team armando el equipo que jugó y perdió 3:0 ante el Swindon Town, el 7 de julio de 1912. Dos días después los británicos cerraron la excursión por el Río de la Plata enfrentando al combinado argentino en Buenos Aires. En este encuentro de despedida, donde también triunfaron los ingleses (1:0) quienes se retiraron invictos, se produjo otro hecho propio de aquellos tiempos. “El fútbol estaba dividido entre la Asociación Argentina y la Federación Argentina. A pesar de ello ambas entidades decidieron dejar de lado los rencores y se unieron provisoriamente para recibir la visita del Swindon Town y disputar, incluso, un partido para el cual se conformó un combinado con los elementos de clubes pertenecientes a las dos Ligas”.(1)
A partir de estos sucesos negativos –el fracaso en la mediación y la caída ante los ingleses-, el presidente de la LUF volvió a poner la mira en el futuro inmediato, que planteaba un gran desafío. Se venían los partidos oficiales ante los argentinos y, una vez más, Gómez se propuso mantener el equilibrio de fuerzas que había logrado desde 1909 o bien, dentro de lo posible, establecer nuevamente superioridad como ocurrió en 1910.
Para el enfrentamiento por la VIII Copa Lipton, en Montevideo, Gómez dejó de lado las pruebas realizadas en los dos partidos anteriores de este ante año ante los albicelestes, así como la experiencia que realizó frente al Swindon Town. Con relación a los once jugadores utilizados ante los británicos, mantuvo en el equipo solamente a dos jugadores: Foglino (al que llamabanm Fuggini) y Dacal, aunque a ambos los cambió a de puesto. El presidente de la Comisión de team volvió a la base del equipo del diez. El 15 de agosto de 1912, en el Parque Central, Uruguay obtuvo el triunfo 2:0 ante Argentina conquistando la tercera Copa Lipton consecutiva. El equipo formó con Saporiti, Benincasa y Aphesteguy; Pacheco, Durán Guani y Foglino; Módena, Dacal, Piendibene, Carlos Scarone y Romano.
Equipo que gana no se toca –se afirmaba en aquella época- y por esa razón los mismos once jugadores, derrotaron en forma contundente por 3:0 a los albiceletes, también en Montevideo, conquistando el 2do. Gran Premio de Honor uruguayo.
Es necesario señalar –cosa que muchos historiadores omiten, con lo cual la historia queda renga-, que en estos dos partidos, al igual que en el que se llevó a cabo el 30 de junio, los uruguayos enfrentaron al combinado de la oficial AAF. El equipo albiceleste se integró con jugadores de San Isidro, Racing, River Plate, Quilmes, Estudiantes de Buenos Aires, Belgrano, Rosario Central y Newell’s, clubes que mantuvieron su afiliación a dicha asociación.
El próximo encuentro oficial del año 1912 –el tercero- correspondía al enfrentamiento por el 4to. Gran Premio de Honor argentino. En esta ocasión se planteó una situación también particular. Cuando el Ministerio de Instrucción Pública del vecino país aprobó patrocinar este clásico rioplatense anual, cometió su organización al club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA). Además, agregó en la resolución oficial que el enfrentamiento tenía que llevarse a cabo en la cancha de esta institución.
Fijado para el 22 de setiembre de 1912, efectivamente se cumplió lo dispuesto oficialmente, lo que determinó que su organización la realizara la Federación Argentina de Fútbol, la organización disidente que a su vez era presidida por el Dr. Ricardo Aldao, también titular de GEBA y líder de la rebelión.
El presidente Gómez al frente de la Comisión de team repitió los mismos once jugadores de la victoria anterior frente al combinado de la AAF. En cambio el adversario presentó un equipo totalmente diferente, integrado por futbolistas de GEBA, Porteño, Argentino de Quilmes e Independiente. Este último club, luego transformado en uno de las cinco grandes instituciones del fútbol argentino, en aquel tiempo había actuado en segunda división, ascendiendo a dedo a primera al producirse el cisma y formarse la Federación. Uruguay ganó 1:0 con tanto de Piendibene.
El restante enfrentamiento, último del año, correspondió a la disputa de la VI Copa Newton, en la cancha de Racing de Avellaneda, el 6 de octubre de 1912. La AAF oficial presentó su equipo, casi similar a los que habían sido derrotados por los orientales en los trofeos Lipton y Gran Premio de Honor uruguayo. Por tercera vez consecutiva Gómez repitió la escuadra celeste. Arrancó ganando Uruguay a los 38 minutos 2:0 con facilidad por goles de Romano y Dacal. Alejandro Watson Hutton descontó un minuto antes del descanso. A los 61’ y 69’ los albicelestes dieron vuelta el marcador con goles de Viale. En el minuto 78 el gol de Carlos Scarone estableció el 3:3 definitivo. y, de acuerdo al reglamento, el trofeo se lo adjudicó Uruguay por haber logrado la igualdad actuando de visitante.
Aquella era una época del fútbol de nulo o más bien escaso rigor estadístico. Por otra parte, resultaba difícil encasillar los enfrentamientos internacionales y contabilizarlos, debido a que –como se ha observado desde 1901, año del primer clásico rioplatense- la organización de los mismos no era ni patrimonio, ni propiedad exclusiva de las asociaciones. Pero nadie puede dudas que, definitivamente, resultaron enfrentamientos internacionales entre selecciones.
Los diarios uruguayos celebraron el carácter del invicto que mantenía Uruguay ante los argentinos en lo que iba del año. El análisis se limitaba a los cuatro partidos oficiales. No se mencionaba el primer cotejo del año, perdido en Buenos Aires, en el cotejo organizado por la Liga San Martín, así como también la victoria celeste en Montevideo en el enfrentamiento puesto en escena por la Federación de estudiantes.
En cambio, si tomaron en cuenta –y con pena- el partido del 30 de noviembre que “resultó el último match de combinados de ambas márgenes, patrocinado por la Comisión de Fiestas de Verano y Carnaval. Tuvo ayer la virtud de atraer al Parque Central un crecidísimo número de ‘amateurs’ que, al llenar el amplio local del C. Nacional como en sus mejores días, aportaron la última nota sportiva del año”.(2) Los precios fijados para las entradas eran los siguientes: general $ 0.20, gradas $ 0.30 y $ 0.50 la tribuna oficial. Argentina, integrado con los jugadores de la AAF, ganó 3:1 luego de la disputa de un alargue, por empate en un tanto, para adjudicarse la Copa Montevideo que se puso en juego por los estudiantes organizadores.
El 3 de diciembre, otro equipo oriental con once jugadores diferente, ganó 4:0 en la ciudad bañada por el río Paraná ante el combinado de la Liga local Rosarina, conquistando la Copa Asociación donada por el deportista rosarino Mariano Reyna.
En síntesis, el análisis de la actuación de Uruguay en 1912, iniciada en la nota anterior, refleja nueve partidos en al año con cuatro victorias (tres ante Argentina y una frente los rosarinos), tres derrotas (dos contra los albicelestes y una con los ingleses) y una igualdad con el combinado de la AAF de la vecina orilla.
La actuación de los orientales en el año tuvo el gran mérito de repetir la actuación de 1910, aumentando la cantidad de victorias frente a los argentinos. Además, sumó otro galardón histórico hasta ese momento inédito. Por primera vez Uruguay se consagró campeón en las cuatro “competencias internacionales” disputadas ante Argentina a nivel de combinados.
Fue la confirmación, el broche de oro, la frutilla de la torta que se amasó paulatinamente desde el momento en que Gómez asumió la conducción de la Liga el 19 de setiembre de 1907.
Como escribió Eduardo Arechavaleta en El Plata en 1931, el arranque victorioso del fútbol uruguayo, y por lo tanto su nacimiento, debe ubicarse en 1909 y no –como lo estableció el Dr. César L. Gallardo en 100 años de fútbol, fascículo 3- en este año 1912. Mucho menos, dejar escrito como luce en la obra mencionada, que “el equipo del 12 se mantuvo invicto” durante la temporada.
Un hombre de acción como era Héctor Gómez, entendió que la gran campaña de Uruguay realizada en 1912 merecía conmemorarse. Además de realizar varias exposiciones en la “convención” de la Liga sobre necesidad de la Confederación para solucionar el cisma argentino, propuso y se aprobó algo novedoso. “Hoy se realizará en el teatro 18 de Julio, la función en honor y beneficio del aplaudido 1.er actor L. Petray. Como se recordará, este simpático artista dedica su función de gracia á la Liga Uruguaya de Football, como adhesión y en homenaje a la brillante actuación de nuestros equipos de football, en la temporada recientemente clausurada, durante la cual se ha llenado una de las páginas más gloriosas de nuestros anales footballísticos”.(3)
Iniciado el año 1913 la mayoría de las instituciones le ofrecieron la reelección. Ni Gómez, ni Sturzenegger aceptaron continuar. El 7 de abril el Dr. Abelardo Véscovi le sucedió en el cargo. Triunfó en los comicios realizados en la Liga, superando en votos al Dr. De Nery y a Alfredo Le Bas. Al nuevo conductor electo presidente, lo acompañó en la vicepresidencia Jaime Ferrer y Olais. “El señor Facello mocionó para que en vista de los importantes servicios prestados por el señor Héctor R. Gómez, se le nombrara Presidente Honorario. Esta idea, no fue apoyada por no corresponder á la Asamblea de anoche tal designación, aprobándose en cambio, por moción del señor Bermúdez, que sea pasada una nota agradeciendo sus altos servicios al deporte, al señor Héctor R. Gómez y al señor Stuzenegger”.(4)
(1) Jorge Iwancuk. Historia del fútbol amateur en la Argentina. Edición del autor. Buenos Aires. Argentina, 1992:106.
(2) “MUNDO SPORTIVO. FOOTBALL. La primer derrota de nuestros combinados”. La Tribuna Popular. 01/12/1912.
(3) “EN EL 18 DE JULIO. El homenaje a la Liga”. La Tribuna Popular. 18/12/1912.
(4) “Mundo Sportivo. FOOTBALL. En la Liga. Elección de Presidente y Vice, para el año 1913”. La Tribuna Popular. 07/04/1913.
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