100 años de la CONMEBOL (Nota 10)
Por Atilio Garrido / Investigador. Autor de “100 años de la CONMEBOL / Un continente de fútbol”, libro oficial de la Confederación Sudamericana con la historia de su centenario.
El año de 1912 tuvo para el fútbol uruguayo y -muy especialmente- para Héctor R. Gómez, sentimientos encontrados. Por un lado fue el tiempo de la cosecha a nivel futbolístico. Aquella simiente plantada cuando la “convención” de la Liga Uruguaya de Football lo designó el 19 de setiembre de 1907 para cambiar la historia del fútbol uruguayo, daba sus frutos. En las canchas rioplatenses los orientales superarán por segunda vez a los argentinos, en los enfrentamientos anuales. Pero, a su vez, a nivel de la organización deportiva en el Río de la Plata, se iniciará una etapa turbulenta que culminará con la primera división del fútbol argentino.
Resulta muy interesante y es obligatorio, para introducirnos en la creación de la Confederación Sudamericana de Fútbol, recorrer cronológicamente los episodios futbolísticos y a nivel de dirigentes acaecidos en 1912.
El año se abrcon una curiosidad. En plena época veraniega –el 10 de febrero- donde la actividad futbolística se paralizaba por el calor y, por lo tanto, los diarios no brindaban información, apareció un pequeño recuadro con la siguiente solicitud:
“La Secretaría de la Liga Uruguaya de Football nos pide hagamos público que si alguna persona tiene concertado un partido con los argentinos para el día 25, se sirva pasar por dicha Secretaría, Paysandú 122, de 1 á 4 p.m., donde se pondrá en su conocimiento datos de importancia”.(1) Al requerimiento se presentó “el conocido y popular sportman Dámaso García, presidente y fundador -el 25 de mayo de 1907- de la Liga San Martín de Buenos Aires, bajo cuyos auspicios se llevó a cabo el match internacional de ayer, festejando el 5º. Aniversario. […] Resultó un fácil triunfo para el equipo local, á pesar de haber presentado en el field, con elementos de segunda división. Al equipo uruguayo faltó Juan Harley, lesionado a los veinte minutos, jugando con diez hombres el resto del partido”.(2)
Desde la instalación de la Comisión Nacional de Educación Física, Héctor R. Gómez junto con Sturzenegger –simultáneamente también, ambos integrantes de la dirección de la LUF ocupando los cargos de presidente y vice, respectivamente-, se convirtieron en los principales entusiastas ideólogos y defensores, de la realización de un campeonato de fútbol que organizaría el nuevo organismo junto con la LUF. El reglamento contenía una gran novedad. Establecía el otorgamiento de premios en dinero por un total de 200 pesos. Una suma estimable en aquella época. Después de casi un año de trabajo, aprobado por la CNEF, en la reunión del 5 de junio de 1912, la “convención” de clubes de la LUF lo rechazó en votación dividida por cinco a cuatro.
El delegado de Dublín, Sr. De Vecchi, que lideró la oposición, expresó que “aceptarlo era darle alas al profesionalismo; que aún estaba fresca la última campaña regeneradora para asumir hoy un criterio en desconformidad con aquella. Que el proyecto era malo. Muy malo. Que con su aceptación se condenaría a muerte la pureza del popular deporte. Sin premios hoy hay venalidades y relajaciones. ¿Qué sería del football el día en que los doscientos pesos se entrometieran en nuestros fields?”.(3)
Esta decisión que afectó a Gómez en su espíritu, se sumó a otra anterior, registrada al comenzar el año, en la cual también Dublín condujo la oposición. La temporada futbolística estuvo a punto de no iniciarse, ante la insinuación de varios clubes que integraron una coalición, a la que se refirió el delegado de Dublin en las palabras reproducidas líneas arriba. Esa coalición se formó y expresó que se negaría a jugar partidos ante Nacional, acusado de “introducir el profesionalismo”, al adquirir los servicios del jugador Vicente Módena, de River Plate, mediante el pago de dinero. Ese episodio, sumado a la votación negativa para poner en marcha el torneo planificado por la CNEF, ocasionaron en los primeros días de junio de 1912, las renuncias de Gómez y Sturzenegger a los cargos que ocupaban en la LUF.
Inmediatamente, Montevideo Wanderers FC, con la firma de su presidente Héctor Ortiz Garzón, convocó a una reunión de clubes en la calle Arapey 174 (¿la sede del club en esos momentos?), para “cambiar ideas sobre el conflicto generado por la dimisión de Gómez”.
Por más gestiones que se realizaron las semanas fueron pasando sin resultados positivos. Ambos renunciantes no aceptaron el pedido formulados por varios dirigentes para que retornaran a sus cargos, dejando de lado la opinión de todos los diarios señalando la pérdida que significaban ambas dimisiones para el fútbol uruguayo.
Simultáneamente, las turbulencias de la crisis también afectaron al fútbol argentino. El 14 de junio de 1912, liderados por el presidente de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, Ricardo Aldao, se creó la Federación Argentina de Football (FAF), en oposición a la entidad madre, la cual cambió su nombre por la de Asociación Argentina de Football (AAF), manteniéndose Hugo Wilson en su conducción. “Actuó como detonante el problema que se planteaba con los clubes que otorgaban las llamadas compensaciones a sus jugadores de origen humilde, las cuales eran objetadas por vulnerar el espíritu deportivo de la competición”.(4)
El conflicto que estalló en Argentina, similar al que se vivía en Chile y afectará luego a Brasil y Uruguay, es hijo de la escisión del fútbol producida en 1907 en Inglaterra. No debe olvidarse la gran influencia británica en estos años de gestación y afianzamiento del football en el Cono Sur americano, al extremo de que las asociaciones argentina, uruguaya y chilena, estaban afiliadas a la FA inglesa y no a la FIFA.
Las diferencias se planteaban entre aquellos disidentes que encarnaban el libre pensamiento amateur, percibiendo retribuciones compensatorias por su arte, sin someterse a las reglamentaciones de una organización rectora, entendiendo que el centro del fútbol era el club, que decidía libremente su destino, sin ningún control de una entidad superior.(5) Era el criterio del presidente Aldao en GEBA; el de Gómez que alentó con su proyecto en la CNEF el estímulo en dinero para los clubes y será en 1922, el de Peñarol con Julio María Sosa enfrentado a Nacional con Rodolfo E. Bermúdez. Los entonces llamados albos contaban con todo el apoyo del gobierno y del poder que tenía José Batlle y Ordóñez, a través de su hijo -César- y Atilio Narancio, su entonces uno de los principales amigos del líder político.
En cambio, la FA concebía el futuro sobre la base de un poder central en Londres, el contralor de los jugadores registrados y la fijación del monto de salarios que podían pagar las instituciones afiliadas, de forma de garantizar la rentabilidad de la organización y los clubes con criterio empresarial.(6)
La división del fútbol argentino se produjo cuando se encontraba pactado el segundo clásico rioplatense de combinados del año, organizado de forma similar al primero, habiendo comprometido la entonces AFA el envío del combinado albiceleste. Como dato curioso el partido se llevó a cabo cuando la AFA ya no existía. Ahora era la AAF…
“Ante una enorme concurrencia efectuóse ayer, y en el Parque Central, el match internacional patrocinado por la Federación de Estudiantes de Montevideo”.(7) Uruguay triunfó 2:0 con goles marcados por insider derecho del CURCC de la Villa Peñarol, Luis Quaglia y el centrodelantero Dacal. El golero argentino vencido era José Buruca Laforia, el primer portero que comenzó a utilizar los pies, en el Río de la Plata, para salir a cortar juego fuera del área o entregar en corto a sus compañeros. Un precursor de los locuras que pondrá de moda Hugo Gatti en la década del sesenta. Por primera vez desde 1907, el ahora renunciante presidente Héctor R. Gómez, no intervino en la constitución del equipo a raíz del abandono que hizo de su cargo.
Justamente, Gómez participó en el otro enfrentamiento internacional rioplatense que se llevó a cabo, también en Montevideo y en ese mismo domingo 30 de junio. Mientras Uruguay y Argentina se enfrentaban en el Parce Central, Wanderers venció 3:0 a Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires en Belvedere. La presencia de Gómez en este partido, que llevó poco público en una tarde típica de invierno, tenía sus motivos. El club visitante llegó con su presidente, el Dr. Ricardo Aldao, también conductor de la novel Federación Argentina de Football,
En la noche se realizó la tradicional cena de camaradería, antes del retorno del equipo de GEBA hacia Buenos Aires en el vapor de la carrera. A los postres, “en un conceptuoso discurso pronunciado por el Dr. Aldao en el banquete al que asistió Gómez, le solicitó el retiro de la renuncia. Al contestar al pedido, dijo el señor Gómez que accedía […] porque la gentileza del doctor Aldao lo obligaba como atención personal […]. El éxito de las gestiones del doctor Aldao no pueden sino complacer, por cuanto demuestra que los vínculos estrechos del club Gimnasia y Esgrima y la Federación Argentina de Football sirva para cumplir misiones gratas a los sentimientos de ambos países”.(8)
La íntima amistad que desarrolló Gómez con Aldao a fines de 1910, cuando gracias a la actitud del presidente de GEBA la LUF quebró la ruptura de relaciones adoptada por la AFA.
Cumpliendo lo prometido Gómez retomó la conducción de la LUF e inmediatamente fue designado por los delegados en la Comisión Especial de team, junto con los dirigentes Bordabehere y Spinzie, para integrar el equipo que el domingo siguiente, 7 de julio, enfrentaba en Montevideo a los ingleses del Swindon Town. El club británico fue contratado conjunta y proporcionalmente por las asociaciones de Argentina, donde realizó siete partidos, y uno en Uruguay donde vencieron a los orientales 3:0 en el Parque Central.
Aunque no existe constancia documental, es muy probable que en los encuentros que mantuvieron Gómez y Aldao en Montevideo, hayan conversado sobre la división del fútbol argentino y la posición algo más débil en que se encontraba la Federación. Es tan sólo una suposición, pero…
En la “convención” de la LUF, de la semana siguiente Héctor R. Gómez realizó una exposición sobre la división del fútbol argentino. Señaló que Uruguay debía intervenir como mediador entre las partes, contribuyendo con una propuesta concreta para solucionar el diferendo. Presentó un documento por el cual se creaba una autoridad común a ambos países, que estuviera por encima de las diversas asociaciones, para regir la actividad. La moción de “constituir la Confederación del Río de la Plata, en la que intervendrán, con iguales derechos y análogas obligaciones, la Liga Argentina, Rosarina y Federación Argentina y la Liga Uruguaya de Football”, resultó aprobada por unanimidad.(9) La prensa apoyó la iniciativa. “La idea que inspira el programa de la Confederación del Río de la Plata, es amplia, hermosa, de vastas garantías á la obra de perfeccionamiento común en la educación física de ambos países del Plata. (…) Por el bien del deporte en ambas márgenes del Plata, es de desear que, cuanto antes, el proyecto reciba la consiguiente sanción de las organizaciones del país vecino”.(10)
Héctor Gómez se trasladó a Buenos Aires reuniéndose con los dos organismos en pugna. El presidente de la Federación disidente, Ricardo Aldao, apoyó la iniciativa. En cambio Hugo Wilson la rechazó de plano. Tenía sus motivos para ello. La entidad oficial que había pasado a denominarse Asociación Argentina de Football (AAF), contaba con la flamante afiliación a la FIFA, primer país de América del Sur en vincularse al organismo europeo. En medio de una lucha equilibrada por el poder del fútbol en su país, este nuevo elemento resultaría decisivo. Las mejores cartas de la partida, Wilson las tenía en su mano. Aunque no prosperó y fue rechazada de plano, la semilla de la Confederación quedó plantada…
(1) “FOOTBALL. Liga Uruguaya”. La Tribuna Popular. 10/02/1912.
(2) “Deportes físicos. FOOTBALL. El match internacional del 25. Gran entusiasmo. Detalles y comentarios”. La Tribuna Popular. 14/02/1912.
(3) “El rechazo de un proyecto. La coalición en punta”. La Tribuna Popular. 07/06/1912.
(4) Beto Devoto, Julían Pascual, ob. cit.: 32
(5) Pierre Arrighi. Aporte del historiador franco-uruguayo, basado en sus investigaciones contenidas en el libro 1924 Primera Copa del Mundo de fútbol de la FIFA. Francia. Edición del autor. Montevideo, 2014.
(6) Ibídem
(7) “El internacional de ayer. Triunfo del equipo uruguayo. Uruguayos (2) Argentinos (0)”. La Tribuna Popular. 01/07/1912.
(8) “FOOTBALL. La Liga Uruguaya”. La Nación. Buenos Aires. 02/07/1912.
(9) y (10) Acta de la “convención” de la LUF. 14/07/1912
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