100 años de Colombes (10)
Gómez inicia las transformaciones en el fútbol uruguayo. DÉCIMA NOTA
Escribe: Atilio Garrido
Gómez pacifica la asamblea e inicia las transformaciones
Veintiún días después de asumir la conducción de la Asociación Uruguaya de Football, el domingo 6 de octubre de 1907, se llevaba a cabo en Montevideo el enfrentamiento entre los rivales rioplatenses por la II Copa Newton. Primera ocasión en que Héctor Gómez, desde la presidencia de la Liga, debía encargarse de manejar el tema de la integración del combinado. Con anticipación y mucha habilidad, también con su gran capacidad para relacionarse en forma tolerante con los demás, Gómez logró algo que parecía difícil de conseguir.
“Anoche se reunió extraordinariamente la Liga de Football para ocuparse de la formación del team combinado que ha de representar á nuestro football. Ni una nota discordante empañó la discusión serena y tranquila, arribándose con esto á una solución que, aunque no sea la última palabra de la excelencia de la combinación, a nadie contraría. Se formaron dos team, el ‘Internacional’ y el de Combinados’, de la siguiente manera. Internacional: -Goal: Francisco Carbone (CURCC de la Villa Peñarol), suplente Rafael García (River Plate); Backs; Juan Carlos Bertone (Wanderers) y Marcos Frommel (Nacional); Enrique Sardeson (Montevideo FC), Francisco Branda (Wanderers) y José Pedro Suazú (Nacional); forwards: Rafael de Miquelerena (Wanderers), Rodolfo Rebagliatti (Wanderers), Aniceto Camacho (CURCC de la Villa Peñarol), Eugenio Mañana (CURCC de la Villa Peñarol), Pedro Zibechi (CURCC de la Villa Peñarol). Combinados –Goal: Santiago Demarchi (Nacional); suplente Cayetano Saporiti (Wanderers), Backs, Ángel Irisarri (CURCC de la Villa Peñarol) y José Benincasa (River Plate); Suplentes: Martín Aphesteguy (Wanderers) y Juan Quintela (Montevideo FC); Halves : Ceferino Camacho (CURCC de la Villa Peñarol), Jorge Delorrio (River Plate) y Luis Piñeyro Carve (Wanderers); Suplentes: Luis Risso (Montevideo FC), Jorge Strauch (Montevideo FC) y Guillermo Manito (CURCC de la Villa Peñarol); Forwards: Agustin Manito (CURCC de la Villa Peñarol), Alberto Cantury (River Plate), Luis Panizzi (River Plate), Allende y Santiago Raymonda (Montevideo FC). Suplentes: José María Penco (Montevideo FC), Eleuterio Pintos (CURCC de la Villa Peñarol), E. de Castro (Wanderes), Alberto Zumarán (Wanderers) y Ramón Ríos (River Plate). Juez, el vicepresidente de la Liga, señor J.H. Clulow y linemans, señor León Peyrou y Julio Pedragosa Sierra.
No vamos a censurar la obra de la Liga que en general es buena, pero sí creemos oportuno indicar la conveniencia de esperar el resultado del match de práctica del 18 de setiembre para resolver en definitiva el eleven internacional. Entre tanto reconocemos que se ha adelantado mucho este año por el ambiente de caballeresca galantería y reciprocidad con que se discutió anoche y esto es mucho dentro del charruismo (sic) de nuestros clubs y mientras sean ellos, los propios interesados en muchos casos los que han de resolver sobre su suficiencia y condiciones”.[1]
Mal principio… futuro mejor final
Eliminando las polémicas, evitando los roces, luego de la práctica realizada, Héctor R. Gómez encaró en la asamblea la formación del equipo que, por primera vez bajo su conducción, actuaría en el campo internacional enfrentando a los argentinos por la segunda edición de la Copa Newton. En 1906, cuando se puso en marcha la confrontación anual por este trofeo, Argentina ganó 2:1 en Buenos Aires en la cancha de la Sociedad Sportiva.
En la segunda edición, el 6 de octubre de 1907 en el Parque Central, con la conducción de Gómez, el equipo sin polémicas, se integró con Cayetano Saporiti (Wanderers), Martín Aphesteguy (Wanderers) y Juan Carlos Bertone (Wanderers); Luis Piñeyro Carve (Wanderers), Francisco Branda (Wanderers) y Enrique Sardeson (Montevideo); Rafael de Miquelerena (Wanderers), Juan Pena (Belgrano AC de Buenos Aires), Gilberto Peralta (Wanderers), Alberto Zumarán (Wanderers) y Cándido Hernández (Wanderers). contó con cinco jugadores del Montevideo Wanderers F.C. Aunque Uruguay volvió a caer derrotado por idéntico marcador al de la I Copa Newton (2:1), la armonía entre los dirigentes para elegir a los futbolistas marcó un cambio radical con relación al pasado. En el plano administrativo, el presidente Gómez buscó mejorar la prestación del servicio a los clubes, a través de una sede acorde con el prestigio que necesariamente adquiría la entidad. La sede de la Liga pasó a una casa más amplia ubicada en la calle Paysandú No. 122 en la esquina con Arapey.
Además, después de conversar ampliamente con los dirigentes argentinos, impulsó otra decisión que aportaría rápidamente sus frutos. Sumó cuatro clubes más a la Primera División de la Liga, disputando diez instituciones la Copa Uruguaya en 1908 –la misma cantidad que actuaban en Buenos Aires– y once en 1909. El mayor número de partidos incrementó la exigencia de los jugadores orientales, lo que redundó en beneficio cuando competían a nivel internacional frente a los argentinos, al quedar en plano de igualdad en la actividad interna.
El mojón de 1908: comienza a cambiar la historia
Resulta necesario señalar que a medida que el fútbol comenzó a ganar la atracción popular, las temporadas en el Río de la Plata se ampliaron. Comenzaban en marzo y finalizaban en noviembre. Al iniciarse la estación de 1908, el presidente Gómez recibió una carta del presidente del fútbol argentino, Emiliano Hansen. Daba cuenta que llevó adelante la idea de agregar un nuevo partido oficial entre los combinados de uruguayos y argentinos, entrando en contacto con el Dr. Ricardo Aldao. Agregó que este se entusiasmó con la idea, logrando a nivel político con el ministro de Justicia e Instrucción Pública, Rómulo Sebastián Naón, el apoyo destinado para la adquisición de doce medallas de oro. El ministro firmó la resolución el 3 de octubre de 1908, nueve días antes de la finalización en el desempeño de su cargo. Estableció en el texto que la denominación era la de Gran Premio de Honor Argentino y que, la resolución ministerial, designaba al club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires organizador del enfrentamiento anual. Este agregado determinaba que el partido se llevaría a cabo en la cancha de GEBA. La institución desarrollaba la actividad del fútbol entre sus asociados. Analizando los hechos podría conjeturarse que esta decisión podría emparentarse con la determinación del Dr. Aldao de inscribir al club en la Segunda División del fútbol argentino en 1909. Lo cierto es que en 1908 las gestiones de los Dres. Gómez, Hansen, Aldao, el ministro Bibiloni y el sucesor Estanislao S. Zeballos,[2] pusieron en marcha un tercer partido oficial del que se iba convirtiendo en “el clásico rioplatense”.
El segundo enfrentamiento del combinado uruguayo con Héctor R. Gómez al frente de la Liga, se desarrolló en el tradicional día de Santa María, el 15 de agosto de 1908, en el Parque Central por la IV Copa Lipton en disputa.
En la reunión de la LUF, donde los dirigentes discutieron la integración del equipo, se mantuvo el mismo ambiente fraterno en el intercambio de opiniones que impuso Gómez desde su asunción en el cargo. Con cautela y conocimiento de la raza humana, escuchó a los delegados que presentaban a los jugadores que, a su juicio, debían integrar el combinado. El presidente, junto a León Peyrou, especie de fiel escudero de Gómez y amplio conocedor del ambiente del fútbol rioplatense, en una extensa charla mantenida antes de la reunión, decidió la integración. “Metieron mano en el equipo”, como se dice en los días presentes. Gómez fue escuchando a cada uno de los delegados de los diez clubes de Primera División –incluido Peyrou de River Plate–, sin tomar posición.
Solo oía y anotaba en un papel… El problema a resolver era la búsqueda de la oportunidad para imponer su pensamiento. Obviamente que entre los más de cincuenta futbolistas propuestos por los delegados se encontraban varios que él y Peyrou habían incluido al formar el equipo. Después de tres horas en las que Gómez permaneció en silencio y anotando los nombres de los jugadores, que formaban una larga lista, avanzada la madrugada solicitó la palabra, exhibió la cantidad de hojas acumuladas y con voz calma, luego de referirse a la importancia del tiempo transcurrido destinado a lograr el mejor team para jugar con los argentinos, y agradeciendo a los delegados su participación, concluyó diciendo:
–“Anoté algo más de sesenta jugadores que han sido propuestos por ustedes. Por mi parte me tomé el atrevimiento de armar el equipo. La mayoría se propusieron en la reunión, los otros son elegidos por mí. Les pido que confíen…”.
La votación resultó unánime. El presidente informó que fue designado, en acuerdo con los argentinos, León Peyrou como árbitro del partido. Todos salieron conformes. Gómez, que se jactaba de conocer y saber mucho de fútbol, logró sacar adelante la oncena que elaboró junto a Peyrou. La integraron: Cayetano Saporiti (Montevideo Wanderers), Juan Carlos Bertone (Montevideo Wanderers) y Marcos Frommel (Club Nacional de Football); Carlos Márquez Castro (Bristol F.C.), Luis Carbone (CURCC de la Villa Peñarol), Ceferino Camacho (CURCC de la Villa Peñarol); Vicente Módena (River Plate F.C.), Pablo Dacal (River Plate F.C.), Alberto Cantury (Club Nacional de Football), Raúl Ribeyro (River Plate F.C.) y Alberto Zumarán (Montevideo Wanderers).
Analizando la escuadra formada por Héctor R. Gómez con el aporte de León Peyrou, la misma entregaba algunas definiciones valiosas. Debe tenerse en cuenta que el cotejo ante los argentinos que se disputaría el 15 de agosto de 1908 por la IV Copa Lipton, llevaba el número nueve en la historia de la selección uruguaya. La oncena ofrecía una buena cuota de jugadores con experiencia en el combinado. Carbone y Camacho acumulaban cinco partidos internacionales, incluyendo los enfrentamientos con Southampton F.C. de 1904 y Nottingham Forest F.C. de 1905. El capitán Bertone y Saporiti sumaban tres partidos y Frommel uno. Debe destacarse que los otros cinco jugadores debutaban con el combinado a nivel internacional: Márquez Castro en la defensa y cuatro atacantes, Módena, Dacal, Ribeyro y Cantury.
15/08/1908: empate que debió ser triunfo
El sábado, día del partido en el Parque Central, Argentina salió a la cancha con la camiseta blanca y celeste a rayas verticales, con pantalón y medias negras. Uruguay lució una indumentaria indescifrable. Camisetas de manga larga muy oscuras, con rayas horizontales tal vez negras, como si fueran de rugby, pantalón y medias negras. Al costado del equipo, de pie, posó para la fotografía Héctor R. Gómez con sobretodo oscuro, camisa blanca, corbata y sombrero bombín. A su lado, el juez: León Peyrou. También posará junto a los dirigentes y el equipo argentino en el otro registro gráfico de esa tarde. La actuación del equipo uruguayo sorprendió, mereciendo mucho más que el empate logrado.
“Excelente partido, buen juego, referee correcto y 2 tantos á favor de cada bando. Tal es, en resúmen (sic), el resultado del match anual que por la disputa de la Copa Lipton, se efectuó el 15 en el Parque Central. Ha sido unánime opinión la de que nuestro team fue el mejor, pues fue el que más hizo, habiendo merecido los honores del triunfo”.[3]
A juicio de quien escribe, el empate en dos goles en el Parque Central se convirtió en un mojón, piedra fundacional de los éxitos inmediatos y futuros.
Cosas del destino, demostrativas de que el fútbol uruguayo crecía, al otro día del empate en el clásico rioplatense, Nacional enfrentó en el mismo Parque Central a San Isidro A.C. de Buenos Aires. Frommel, Carbone y Cantury, los tres jugadores del club albo que el día anterior habían jugado contra los argentinos, integraron el equipo tricolor, contribuyendo a la victoria por 3:2, convirtiendo Cantury uno de los tantos. De cuatro puntos disputados entre uruguayos y argentinos, tres quedaron en casa…
13/09/1908: Ganó Argentina con penal “invisible”
El calendario marcaba el próximo clásico rioplatense en la cancha de GEBA en Buenos Aires por la Copa Newton. “Equipo que gana, no se toca”, es una máxima que existe en el fútbol desde la noche de los tiempos. Cuando en la sesión de la Liga se trató la integración del team, Gómez y Peyrou plantearon repetir los once jugadores. Los delegados de los clubes insistieron en sustituir a dos elementos que, afirmaron, no habían rendido: el lateral Márquez Castro y el insider izquierdo de River Plate, Raúl Ribeyro. Triunfó esa tesis, ingresando Guillermo Manito (CURCC) de half izquierdo y José Brachi (Dublín F.C.) en el wing zurdo, pasando Alberto Zumarán de entreala.
El mismo día del partido, el 13 de setiembre de 1908, los diarios informaron de la renuncia de León Peyrou al cargo de secretario de la Liga y la delegación de River Plate, sin brindar los motivos de la decisión. A buen entendedor… Argentina logró la Copa Newton ganando 2:1 al equipo uruguayo que brindó una gran exposición, enfrentando a los rivales y al juez argentino Mariano Reina. A los 40 minutos, un error de Zumarán permitió a Eliseo Brown marcar el primer gol. El segundo llegó a los 68´ de tiro penal ejecutado por Watson Hutton. Faltando siete minutos para el final, descontó el debutante “Pepe” Brachi con remate corto al arco de Wilson después de un centro de Módena que rechazó en mala forma Ratcliff.
“El cuadro uruguayo, en conjunto, no jugó más; tuvo sus deficiencias, pero si perdió el partido debióse (sic) á un mal fallo del réferee, –que no fue el único de la tarde, pues su actuación fue por demás desacertada, al conceder un penalty invisible para todos”.[4]
04/10/1908: segunda victoria de Uruguay en Buenos Aires
En la cancha de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, organizador del partido donde por primera vez se disputaba el Gran Premio de Honor Argentino, el armado del equipo se realizó en medio de enormes contratiempos. El presidente Gómez y los delegados de la Liga tenían el team definido con una variante. Era el mismo del partido por la Copa Newton, pero con el ingreso del half izquierdo Pedro Zuazú, de Nacional, por Manito. Afectados de gripe en la semana previa al cotejo, no se pudo contar con la pareja de zagueros de gran rendimiento. Aníbal Falco (Nacional) y Federico Crocker (Dublín F.C.) ocuparon esos lugares.
A último momento surgió una iniciativa con la finalidad de potenciar al equipo. Gómez quería ganar en Buenos Aires… En el campeonato argentino luchaban por el título Belgrano A.C., donde brillaba el uruguayo Juan Pena, y Alumni A.C. El domingo 20 de setiembre se enfrentaron. Ganó Belgrano A.C. 1:0 quedando con cuatro puntos de ventaja faltando dos fechas para finalizar el torneo. El domingo 27 del mismo mes, Juan Pena, en gran nivel en la punta derecha del ataque, convirtió el único gol del partido ante Porteño, consagrándose su club campeón anticipado de 1908. La última fecha del torneo, con las posiciones definidas, se postergó siete días por la disputa del Gran Premio de Honor Argentino en el clásico rioplatense.
Se recordó entonces la idea que anteriormente se puso en práctica impulsada por los mismos jugadores, de introducir a Juan Pena en el combinado uruguayo. Aceptada la propuesta por el jugador, a raíz de su radicación en Buenos Aires se sumó al equipo en el puerto de Buenos Aires en horas de la mañana cuando arribó el Vapor de la Carrera. Se le planteó que ocupara el puesto de entreala izquierdo debido a que Gómez entendía que debía mantenerse el ala derecha con Módena y Dacal. Jugaban de memoria desde tiempo atrás cuando aparecieron en River Plate. Uruguay formó con Cayetano Saporiti (Wanderers), Aníbal Z. Falco (Nacional) y Federico Crocker (Dublín); Ceferino Camacho (CURCC), Luis Carbone (Nacional) y Pedro Zuazú (Nacional); Vicente Módena (River Plate), Pablo Dacal (River Plate), Alberto Cantury (Nacional), Juan Pena (Belgrano A.C. de Argentina) y José Brachi (Dublín).
El 4 de octubre de 1908 en Buenos Aires, Uruguay ganó 1:0 con gol convertido por el puntero izquierdo José Brachi. Conquistó el primer Gran Premio de Honor Argentino.
“Después de cinco años de lucha tenaz mantenida siempre al calor de un entusiasmo digno del mayor elogio, los uruguayos han vencido á los argentinos. Sin duda ese match de ayer se prestaría á muchos y muy encontrados razonamientos si se tratase de establecer ó negar la lógica del resultado que tuvo. Empero, una cosa nos parece indiscutible: por el empeño puesto en la demanda, el football uruguayo merecía esa victoria”.[5]
[1] FOOTBALL. Los teams Internacional y Combinados. La Tribuna Popular. Montevideo. 10/09/1907:6
[2] Sin ningún contacto con el fútbol, el Dr. Zeballos asumiría posteriormente en tres ocasiones el ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina. En el desempeño de su función, en uno de los tantos intentos por solucionar los límites del Río de la Plata, llevó adelante la tesis de que Uruguay tenía frontera seca con Argentina. O sea que todo el límite de Argentina llegaba hasta nuestras costas.
[3] Uruguay superó a su adversario en el juego exhibido. El Día. Montevideo. 16/08/198:8.
[4] Partidos del domingo. La Copa Newton. Revista SPORTSMAN. Montevideo. 20/09/1908:4.
[5] Merecida victoria uruguaya. La Nación. Buenos Aires. 05/10/1908:14.
PRÓXIMA NOTA: La política y el primer campeonato Sudamericano.