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Más chico, más pobre, iguales títulos




Ariel Longo campeon con Yuyuan de Shanghai de Torneo Internacional Confraternidad con Macao 1997 .Con el traductor el Chino Carlos, su nombre en español


9 mayo, 2016
Columnistas

Muchas veces nos dicen o decimos que Uruguay es milagroso en fútbol.

Es milagroso en su funcionalidad y operativa.

No es milagroso en su calidad.

Es mi opinión y  NO por eso debe ser la única verdad. Todo es opinable y mas como lo hacen ustedes con  altura.

En la Columna anterior escribí sobre la violencia y del caso del entrenador de Wanderers; Gastón Machado. En ningún momento se escribió de clubes culpables, ni que no haya habido sanción a los clubes argentinos. Lo que si escribí es que ante hechos de violencia; y en el caso de los clubes argentinos en forma masiva y destructiva, mas el acontecimiento violento que le ocurrió a un juez de línea y a un miembro de A.F.R.A.U.F; nadie pasó por la comisaria, sumado al caso anterior de Rosario Martínez también, en cambio los entrenadores sí.  Eso es lo que dice la letra del artículo. Lo real es que los entrenadores pasaron pero los argentinos por ejemplo; no.

Volviendo al comienzo; hoy para disputar la Libertadores se encuentran entre 8 entrenadores de clubes finalistas, a 3 uruguayos, siendo el país que aporta  más en ese rubro.

Diego Aguirre, Pablo Repetto y Gustavo Munúa se las verán es esas instancias.

Ariel Longo campeon  con Yuyuan de Shanghai de Torneo Internacional Confraternidad con Macao 1997 .Con el traductor el Chino Carlos, su nombre en español

Ariel Longo campeon con Yuyuan de Shanghai de Torneo Internacional Confraternidad con Macao 1997 .Con el traductor el Chino Carlos, su nombre en español

Cuando en el año 1997, el 14 de enero y ya en el aeropuerto para viajar,  le pregunto al chino que me llevo a la  República Popular China, Sr. Huag Chiang, para dirigir al Yuyuan de Shanghai y tener el honor de ser el primer latino en dirigir en aquel país……” ¿Porque Huag, si usted estuvo 2 años observando al futbol de Brasil, Argentina y luego aquí, se decidió por Uruguay, para llevar entrenador?”

Me respondió algo que en lo intimo sabemos pero a veces nos resistimos; respondiéndome en ese lenguaje que hace acordar al aplicado por los indios en las películas de cowboys: “Uruguay; mas chico, más pobre,  iguales títulos”.

Entonces hice la segunda pregunta; “¿y porque a mí?”, respondiendo: “Ud entrenador de Liverpool y nunca dejo de enseñar niños y nosotros necesitamos aprender, todavía camino largo”. En ese entonces hacía años que teníamos una escuela de Técnica y fundamentos de futbol para niños con  mi querido amigo Ernesto “Pinocho” Vargas.

En la primera respuesta que me dio luego de 2 años de recorrida por los 3 países  sudamericanos, me dio una sentencia que es real…..”Más chico, más pobre, iguales títulos”; me estaba diciendo con una respuesta simple que el potencial de calidad esta aquí.

De igual manera que cuando estaba dirigiendo allá me decía….”usted tranquilo, nosotros primera etapa 2015 (pero estábamos en 1997 y 1998  y en 2020 competir para ganar Asia”; y mientras estuve los 2 años lo  cumplieron y ahora me confirman con las transferencias millonarias que ya están en esa segunda parte y queriendo alcanzar la meta de 2020.

Pude salir campeón 2 veces y disfrutar aquello, sobre todo el primer año, junto a Martin Arriola que lo lleve a mi equipo ese primer año y a Mario Carballo en el segundo año, pero lo que más retumba en mi cabeza es aquel análisis brillante del aeropuerto del Chino Huag, porque lo vemos día a día con jugadores, donde está a punto de tocar la cumbre mundial  Luis Suarez, donde el Profe Ortega en Atlético  de Madrid encabeza una lista interminable de grandes profesores nuestros, donde los 3 entrenadores, Aguirre, Repetto y Munua le dan la razón al ser mayoría ante tan encumbrados conductores de ser del país más pequeño y son los que hay más cantidad en la definición.

Orgullo de ser uruguayo, y también saber cómo muchas veces me lo dijeron también en centro  América: “Profe, ustedes, calidad”

Desde el extranjero nos ven de una manera distinta a la manera que nosotros nos valoramos.