Entradas desde 28 a 56 pesos nuestros
Escribe Atilio Garrido / Fotografía Fernando González (enviados especiales a San Cristóbal, Venezuela).
PRECIOS. ¿Cuánto valen las entradas para el estadio de Pueblo Nuevo? Imposible saberlo porque todo depende del valor del cambio que se consiga en el mercado negro. El precio oficial del dólar fijado por el gobierno es de 10 bolívares por dólar. Pero… nadie puede comprar los dólares a ese precio porque el gobierno no los vende. Es sólo para la importación. Entonces si uno consigue el dólar a 15.000, 25.000 o 29.000 “bolos” el precio de las entradas ronda entre uno o dos dólares, es decir 28 o 56 pesos nuestros.
PUBLICO. A las 15.30 horas habilitaron las puertas de acceso. Los aficionados iniciaron su ingreso en forma lenta y a su vez paulatina y constante. La enorme mayoría luce camisetas de Venezuela, con su tradicional color vino-tinto.
CAMISETAS. A propósito de la camiseta de Venezuela, existe un hecho que se convirtió en histórico en la Copa América. Ocurrió en Montevideo en 1967, durante el mes de enero. En una doble jornada que se abría con el partido entre Chile y Venezuela –a segunda hora se enfrentaban Bolivia y Paraguay-, los equipos salieron con sus colores tradicionales. Chile de rojo con pantalón negro y Venezuela con su color vino-tinto y short blanco. En aquel tiempo no existían reuniones previas de coordinación y todas esas yerbas que existen hoy en día. Entonces… el juez resolvió que una de las dos selecciones se cambiaran la camiseta. Ninguna tenía equipo de alternativa. ¿Y qué hacemos? Cabildeos, espera de más de 40 minutos y… aparecieron once camisetas de Peñarol que se colocaron los venezolanos para jugar el partido. ¡Otros tiempos!
ARREGLOS. Desde que llegamos al estadio de Pueblo Nuevo observamos que un tractor pequeño comenzó a cortar el césped y a su lado otro similar pero con un rodillo, apisonaba el terreno. Luego que desplegaron esos trabajos en todo el campo, otros obreros ingresaron para marcar las líneas de las áreas y las franjas centrales. En síntesis, la cancha quedó “rápida” –como dicen los jugadores- lo que beneficiará al dueño de casa quién procurará imprimir un ritmo veloz al juego.