El arte de “guardarla en el trampero”
Siempre se compara con antes y ahora, a todo nivel, en la política, en lo social, en lo familiar, entre amistades; en fin; es muy común estos debates de lo que es mejor o funciona mejor. En el futbol el éxito es un juez inexorable.
Si se quiere muchas veces es cruel con buenos jugadores, buenos entrenadores, profesores de educación física, presidentes, directivas, y hasta diseños de camisetas; pero se debe tener puntos de referencia, para encontrar soluciones, y cuando se sacan las cuentas estas deberían dar números claros.
Expondremos de generalidades.
Escribiremos de la influencia de Tabla de goleadores y su influencia en los clubes. No vamos a escribir de José Piendibene o Pedro Petrone, de Juan P.Young o Atilio García, de Juan E. Hohberg o Javier Ambrois, de José Francisco Sanfilippo o Alberto P. Spencer, de Luis Artime o Fernando Morena, de Julio Dely Valdez o Diego Aguirre, de Antonio Pacheco o Álvaro Recoba, por citar solo a algunos, y como siempre para otros que también quedaron en las retinas y en la memoria, el espacio nos quedaría chico. Con las salvedad de que algún jugador de equipo en desarrollo la ganaba e iba inexorablemente a uno de los grandes después.
Para ser un fiel reflejo de lo escrito y de la importancia de los goleadores en los grandes, Alberto Pedro Spencer sigue siendo el goleador que mas perforó redes en la Copa Libertadores de América (54; 48 con Peñarol y 6 con Barcelona de Ecuador), y él se retiró en 1973, y sigue siendo, aun, el máximo goleador de la misma.
Luis Artime en su pasaje de 1969-1972 por nuestro Nacional jugó 56 partidos, en lo local, e hizo la friolera de 61 goles, es decir más de un gol por partido.
La “lupa” de traer del exterior, era muy exigente.
Recordando y relacionado con este tema, cuando empieza el profesionalismo (1932) Juan Labraga, de Rampla Juniors es el goleador con 17 goles, e iría a Nacional al otro año y en este último torneo; Gastón Rodríguez de Wanderers también lo es, con 16; por eso escribimos de generalidades.
Pero si que este tema influye para lo que sigue.
Era muy difícil en otras épocas que los futbolistas de los grandes no aparecieran en el “Top Ten” de los goleadores de cada torneo, es decir que dentro de los 10 goleadores había una buena representatividad de los grandes nuestros; incluso los dueños de las referidas Tablas salían tanto de tricolores como de los carboneros, en muchas oportunidades, no en todas.
Dentro de los 15 primeros goleadores de este Torneo Clausura 2016 y debajo de Gastón Rodríguez de Wanderers; aparecen en un 5° puesto compartido, solo Nicolás López de Nacional, con 7 goles (3 de penal) y Miguel Murillo de Peñarol.
Dentro de los 37° hombres gol de los equipos, que es una cantidad respetable en números, aparecen lejos con 4 goles Diego Forlán y Maxi Rodríguez de Peñarol.
Hasta ese lugar 37°, que es una gran cantidad de futbolistas, están los que convirtieron 3 goles y no figura nadie más de los grandes, dentro de ese número de futbolistas, luego siguen con 2 una gran cantidad de jugadores donde aparecen varios de Peñarol o Nacional.
El equipo goleador del Torneo fue Wanderers (31) y de la valla menos vencida Plaza Colonia (9), el campeón.
En un tema de lógica; el que más ganó fue Plaza Colonia (9) y el que menos perdió (1), de ahí el tema de la lógica.
Es decir que en los rubros; que un entrenador cuando “saca cuentas”; estos datos de más arriba, están dentro de la conclusiones.
Los equipos grandes de nuestro medio estarán trabajando a full, tratando de encontrar una salida deportiva en pos de devolver al sitial que siempre han tenido y desde donde se catapultaban a los mejores podios hasta 1989 (Interamericana de Nacional con Héctor “Pichón” Núñez, como entrenador), y donde todos nos sentíamos felices que detrás del nombre de cada uno de ellos estaba el de Uruguay, cuando subían al podio mayor en el evento internacional que fuera.
Creo que este tema también debe estar “arriba de la mesa”, en el análisis final.
Todo esto son solo números que reflejan lo real y que en todo balance deberían estar, para tener buenas conclusiones.