Cyro Fontes: “Fui un poco atrevido al meterme sin antecedentes”
Cyro Fontes. Con menos experiencia que sus rivales, se ha vuelto una referencia.
Su tío Asdrúbal, más conocido como “Pocho”, compitió y fue amigo de Fangio. Su papá, de quien heredó el nombre, y su hermano mayor Mario, también fueron pilotos destacados. A Cyro Fontes no le faltaron referentes, ni contacto con el ambiente, mientras crecía en una familia ligada a Chevrolet desde 1922. El fútbol, sin embargo, postergó la pasión por el automovilismo por varias décadas. No fue fácil su comienzo en la Sonic Racing Cup, y menos el enorme salto que supuso pasar a Superturismo en 2015. La simpatía ya no es el único rasgo que distingue a este piloto oriundo de Piriápolis, que sorprendió a todos con una pole en Rivera 2016, y que desde entonces se ha ido ganando el respeto de sus rivales a pura velocidad.
-¿Por qué arrancaste grande?
-Cuando era gurí empecé por el fútbol, que me gustaba más. Mi hermano Mario (campeón de la Trimarca, precursora del Superturismo) también comenzó a correr ya grande. Me subí a un indoor-kart por primera vez y me encantó. De ahí pasé a un 125 Sudam, la categoría más potente, donde corrí un par de años hasta 1999.
-Ingresaste al automovilismo en 2013, ¿qué te decidió?
-Todo comenzó con el callejero de Piriápolis el año anterior. Cada vez que iba AUVO pensaba lo lindo que sería correr en mi ciudad, frente a mi gente. Cuando en 2013 arrancó la Sonic Racing Cup me sumé con esa idea, pero no se volvió a correr en Piriápolis, así que me quedé con las ganas. De todos modos, en 2014 gané en el callejero de Punta del Este y salí campeón de la Sonic de forma anticipada. Lo mío era el callejero, pero no en Piriápolis.
-Llegaste a Superturismo con poca experiencia, ¿por qué el cambio?
-Vi que empecé a andar bien en la Sonic y pensé en pasar a Superturismo. Cuando apareció la idea de implementar motores y cajas iguales en 2015, fui uno de los primeros en decidirme. Empezamos las charlas con General Motors, con los Collazo, con Omar y Martín Cánepa para armar tres autos. Después Nico Collazo decidió competir con los Mercedes, así que armamos dos autos con Martín.
-El debut con el Sonic no fue sencillo.
-El peso de la dirección fue un gran problema, porque arrancamos con la cremallera original. No abandonamos en la primera carrera, pero no podíamos con el auto. La forma de manejo tampoco era la adecuada. Además, el Sonic era bastante más pesado que el Onix que empezamos a usar el año pasado.
-La pole en Rivera 2016 fue tu punto alto con aquel auto.
-Ese día parecía un gurí chico al que le habían regalado un PlayStation. Este es un deporte egoísta, capaz que es el peor lugar para hacer amigos, por lo que me sorprendió la cantidad de gente que me fue a felicitar. Te confieso que fue una de las sensaciones más lindas que he tenido en mi vida.
-Tras el cambio al Onix, sorprendiste a más de uno.
-Estoy viviendo un sueño, peleando carreras con pilotos que son unos fenómenos. Nadie iba a decir que un viejo como yo iba a andar rápido. Quizás fui un poco atrevido al meterme en Superturismo sin tener antecedentes. Dentro y fuera del ambiente, me tiran muy buena onda: “esta es la tuya”, me dicen. Todo el mundo se fija ahora, pero podía haber ganado una carrera el año pasado.
-¿Qué falta para lograr tu primera victoria?
-Una carrera en seco sin factores extraños, como que se salga el volante, o se caiga la columna de dirección, como me pasó este año. Capaz que me falta manejar un poco la ansiedad. Según los exámenes psico-técnicos, la concentración es uno de mis puntos fuertes. No siento ninguna presión, corro porque lo disfruto.
Los años despertaron la pasión
Creció en el ambiente de las carreras, pero arrancó grande en el karting y la experiencia fue extremadamente breve: compitió en la Sudam entre las temporadas 97 y 99. Recién en 2013, la creación de la Chevrolet Sonic Racing Cup lo devolvió a la pista. Un vice campeonato ese año y el título en 2014, lo alentaron a ir por más. El Superturismo de nueva generación lo tiene en su grilla desde la carrera inaugural en 2015.