ARTIGAS, GARDEL Y LAS RAÍCES
Es un tema viejo, pero que cada vez toma mayor vigencia, desde un ángulo estético y no de capacidad.
El tener arrugas o canas; pero títulos y copas encima; no cuenta; parecería que vale la imagen y la vestimenta.
“Yo no me visto; me tapo” decía el entrenador uruguayo campeón de América y del mundo Washington “Pulpa” Etchamendi.
Mientras tanto en otros ámbitos, ocurre algo similar.
Sobre todo en los medios televisivos compiten por el modelaje en los programas deportivos, en ropa, peinados, cabello, y de a poquito se está metiendo al campo de juego.
Tabárez es el entrenador más veterano del mundial, con su edad, remarcándola, (71) iluminando la noticia.
¿Brad Pitt puede ser un muy buen entrenador porque tiene “pinta”?. La realidad indica que no.
Ojo que estamos olvidando algunas cosas como por ejemplo que el natalicio de Artigas se ha transformado en el “Día del abuelo” y el prócer pasó al banco de suplentes.
Es decir que estamos en otros tiempos y otras costumbres, donde la memoria es como los zapatos de fútbol color negro, escasean.
Uno de los nombres más emblemáticos que nos hace poner “la camiseta” para discutir nacionalidad con los argentinos y nos da mucha garra para defender su origen es Carlos Gardel. Sin embargo el día de su fallecimiento pasó sin pena ni gloria en nuestro país.
El olvido es uno de las peores facetas de los seres humanos.
Será por eso que a la hora de la “balanza” no está el recuerdo de las trayectorias y lo que le dieron al fútbol, o en el ámbito que sea y juzgamos mediante encuestas, de TV, radio, diarios y todo lo que sea marketing sin mirar las medallas y si importando si es conocido hoy, o de buena “pinta”, en desmedro de las glorias.
Mucho defendemos la historia de nuestro fútbol; las conquistas. Pero muchas veces nos olvidamos de los que llevaron adelante esas conquistas. Los propios protagonistas y los sustituimos por lo mediático o lo actual; y en muchos casos no está mal.
Lo que está mal es el olvido de los protagonistas que nos dieron esas conquistas de la que tanto orgullo nos da.
La edad es lo de menos cuando a la hora de la gloria, haya alguna arruga o el pelo se transforma en nieve.
Lo que vale es la “percha”, no la ropa (dicho muy antiguo, utilizado cuando lo que importa no es la apariencia, sino quien está “dentro” de esa apariencia).
Por supuesto que siempre se debe cuidar el aspecto, pero no para competir.
Ahora se le ganó a Rusia y se quedó Uruguay con el primer lugar del grupo en forma invicta y sin goles en contra, con promedio de más de un gol por partido, venciendo al local……en un mundial.
Este plantel ha hecho reverdecer lo moderno y las raíces de nuestro fútbol.
Matías González (el León de Maracaná), estaría rebosante de alegría al ver a Nández “trancar” con la cabeza y mostrar a nuevas generaciones lo que él (Matías) hizo en 1950.
El medio campo jugó fútbol atildado, pero puso presencia y pierna fuerte en la zona quemante.
¿O creen ustedes que Schiaffino o Julio Pérez no jugaban técnicamente bien? ¿Que era todo “garra” por aquella época?
Hay lugar para todo en este fútbol, pero lo que no debe quedar “guardado” son las raíces, y este Uruguay desde hace años lo ha rescatado.
Si se tiene la capacidad, todo se puede.
Se ponen el Frac, Esmoquin (¡¡Que antiguo yo!!) o traje (para que entienda el joven) o lo cambian por el overol (ropa de trabajo), según la situación; son solidarios….. y son buenos jugadores, que más se puede pedir.
Nos representan de la mejor manera, y representan al fútbol antiguo y glorioso con todas sus luces y ponen lo moderno en práctica.
Sintetizando con un dicho del queridísimo Alcides “Cacho” Silveira…..”Ariel; puedo comer caviar en un Sheraton o chorizo al pan en los ranchos del Buceo”.
Esta selección hace una combinación de recuerdos de Artigas; Gardel, la raíces con lo moderno; que hace ilusionar a un pueblo que vive “Respirando fútbol” (recordando un programa radial de Enrique “Quique Peña).