Uruguay llegó a ritmo de candombe
Escribe Atilio Garrido / Fotografías Fernando González
A las 22.21 de nuestro país, de hoy, domingo, llegó la delegación de Uruguay al hotel Hilton de Miraflores sobre la Avda. La Paz. La decisión de la Asociación Uruguaya de Fútbol de cambiar el tradicional alojamiento de las embajadas deportivas que elegían el céntrico Hotel Sheraton, a la salida de la zona antigua de Lima, estuvo sustentada en la necesidad de evitar los episodios que durante la noche, perturbaron el descanso de los jugadores de Uruguay en ocasión de la anterior eliminatoria. En esa oportunidad un centenar de hinchas peruanos con bombos, platillos y petardos, se convirtieron en un elemento perturbador, el día anterior al partido, de los integrantes de la delegación, sin que las autoridades policiales –que fueron requeridas por los dirigentes- pusieran coto al desborde.
En el aristocrático barrio de Miraflores –especie de nuestro tradicional Carrasco aunque de mayores dimensiones- la seguridad es uno de los bienes más preciados de la zona. El personal gerencial del hotel brindó garantías totales de que nada ocurrirá. Y prueba de ello fue que al arribar el ómnibus a las puertas del hotel, una nutrida cantidad de aficionados uruguayos aguardo en las afueras, para tomar contacto con los jugadores, mientras una cuerda de tambores candomberos hacían sentir el calor fraterno de los parches arrancando de sus lonjas y maderas el tradicional borocotó chás, chás.
Una vez dentro del amplio lobby del hotel, otro centenar de compatriotas, separados por barreras, fueron tomando fotos y alentando a los futbolistas. Lógicamente los ingresas de Suárez y Cavani, así como el del técnico Tabárez, fueron saludados calurosamente por los aficionados.