El 1 en un sistema
¿Porque desaparecen los “enganches”?
Edison Cavani fue goleador de Italia y va camino a serlo de Francia.
Luis Suárez fue goleador de Holanda, Inglaterra y España.
Son países importantes, no son insignificantes en el mundo del fútbol.
Ellos dos concretan o culminan lo que el resto del equipo en sus diferentes funciones va resolviendo; neutralizar al rival, recuperar el balón, administrarlo, y darla “servida”. Esta última función es más que importante en todo esquema.
Nuestro país ha sido inventor, innovador de infinidad de circunstancias y hechos anecdóticos que han quedado en la memoria del mundo del fútbol; o costumbres que quedaron arraigadas a nivel mundial, como ser la Vuelta Olímpica. Siempre a lo largo de la historia, los “cerebros” siempre estuvieron presentes; desde Héctor Scarone o Juan Alberto Schiaffino, en la primera mitad del siglo pasado, Pedro Virgilio Rocha o Ildo Maneiro, en la segunda, llegando al final del siglo con Enzo Francescoli. Por supuesto que hubo más pero son unos pocos ejemplos de la función. Y esto fue una constante hasta ir de a poco “borrando” de los pizarrones ese 1 que administraba.
Nuestro país que ha sido inventor de infinidad de cosas en el futbol se contagio de borrar esa pieza. ¿Por qué no hay o por sistema?
La desaparición del enganche, enlace o el 10 desde el medio del terreno y no desde la banda o de la línea de contención; ha ido poco a poco desapareciendo. ¿O los sistemas lo hicieron desaparecer? ¿Cuesta encontrar quien cargue con la responsabilidad de que sobre sus hombros caiga el armado del futbol y hacer “jugar” al equipo, además de abastecer a los goleadores?
Muestra de ello es que en Uruguay, Nacional reflotó a Rubén Sosa ya para finalizar la carrera y desde esa posición y función, dio clase.
Pablo Bengochea extendió lo que más pudo su carrera en Peñarol organizando a su equipo carbonero, también como maestro.
Ahora Nicolás Olivera dijo adiós al fútbol y a su Defensor Sporting, haciendo extrañar desde ya; su “magia”.
Fabián Canobbio pasó de ocupar la posición de 10, administrando al equipo de turno, a administrar desde la presidencia de Progreso, dejando de aportar su cerebral manejo desde la función de armador de sus equipos.
Álvaro Recoba dio clases hasta lo último en los tricolores, incluso jugando en algunos partidos pocos minutos pero demostrando su malabarismo y habilidad además de hacer jugar al equipo.
Antonio Pacheco extendió su carrera al servicio de los aurinegros, derrochando calidad y sobre sus hombros estaba el manejo de equipo.
Todos ellos con edad de más de 30 años, pegaron la vuelta al país porque aquí el 10 desde la función originaria desapareció.
¿No están por comodidad, por sistemas de juego, o por responsabilidad?
Cuando se dibuja en una planilla o pizarrón un sistema; además del 1 que va debajo de “los palos” hay otro 1 más que importante y es el armador de juego. Otro 1 es el solitario delantero, pero Uruguay goza de un privilegio ya que allá “arriba” tiene 2; y otros que están esperando. El sistema que impera hoy generalmente, en el mundo es 1-4-4-2. Este, no le da chance al 10 desde el medio. Solo como ejemplo ilustrativo de un sistema con enganche seria, 1-4-3-1-2.
Diego Forlan a pesar de no frecuentar esa función; pero por su calidad de jugador a nivel mundial, colaboró desde esa posición de 10 ayudando a la celeste; a Suarez-Cavani a que ellos brillaran y el mismo se coronara con un nada menos que, Mejor del mundo en el mundial 2010.
La características nuestras de juego hacen que es difícil encontrarlo. El Profesor José Ricardo de León me decía: “Nosotros somos mezcla, siempre hay alguien que cumpla una función específica, pero no le pida la otra, va solo a la voluntad del propio jugador”. “Unos marcan y otros juegan”. El paso del tiempo fue perfeccionando a la ductilidad pero esa función específica es la “sellada”.
Volviendo al tema inicial; si a Luis Suarez y Edison Cavani nuestro entrenador Oscar Washington Tabarez tuviera en el abanico de elección un 10 como los que nombramos anteriormente, se le facilitaría, ya que él mejor que nadie desea lo mejor para la celeste, y así explotar al máximo a los extraordinarios goleadores uruguayos en los cotizados campos de Europa.